El 15 de enero, un hombre de 21 años le robó el taxi a su conductor, que se trepó al capot del vehículo para impedirlo. A pesar de los gritos de ayuda de la víctima, el joven condujo en esa situación y a alta velocidad durante 14 cuadras hasta que fue embestido por otro auto por pasar un semáforo en rojo. Como consecuencia de esto, el taxista falleció y el otro conductor quedó herido.
El juez Martín Del Viso, a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 7, procesó con prisión preventiva a un hombre de 21 años que el 15 de enero de este año robó un taxi y mató a su conductor tras llevarlo en el capot del vehículo por unas 14 cuadras. La medida fue dictada en línea con lo que había planteado el responsable de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°34, Juan Pedro Zoni. Además, se le trabó al imputado un embargo de 4.500.000 pesos.
Al hombre se lo procesó como responsable por los delitos de “homicidio en ocasión de robo en concurso real con lesiones graves -dolo eventual-”, en concurso real con “robo de vehículo dejado en la vía pública”.
De acuerdo a la imputación desarrollada por la Fiscalía y que el Juzgado compartió, el 15 de enero de 2022 cerca de las once de la mañana, Timoteo Tintilay (61) se detuvo con su taxi en la esquina de Avenida Garay y Pichincha para comprar en una panadería. Cuando estaba por ingresar al local, advirtió que un hombre ingresó a su auto y quería llevárselo. Ante esta situación, se subió al capot para impedirlo pero el imputado arrancó con él encima.
El joven manejó por la Avenida Garay unas 14 cuadras mientras Tintilay pedía ayuda a los gritos y le solicitaba que lo deje bajar. Sin embargo, el agresor continuó con su marcha, incluso por encima de la velocidad máxima permitida. En línea con lo que pudo reconstruir la Fiscalía, al llegar a la calle Maza, el joven cruzó un semáforo en rojo y fue embestido por un auto que circulaba de forma reglamentaria por esa calle.
Como consecuencia del accionar desplegado por el imputado, el taxista falleció a las pocas horas en el Hospital Penna mientras que el conductor del otro vehículo sufrió heridas de gravedad que lo mantienen hospitalizado hasta la actualidad. Tras el choque, el joven se bajó del taxi e intentó huir. Al llegar a la calle José Marmol, rompió el trabavolante de una moto estacionada y se la llevó: no obstante, fue arrestado cerca de allí, sobre la calle Tarija al 4200.
En el procesamiento, el juez repasó los testimonios de los policías que intervinieron en el caso, así como también el de una mujer que llamó al 911 tras observar la secuencia donde la víctima iba sobre el capot. Fue ella también quien identificó al imputado y lo describió.
“Tal como lo destacó el acusador público en su dictamen, entiendo que se encuentra reunido el cuadro de probabilidad suficiente que permite agravar la situación procesal”, consideró el magistrado Del Viso. Además, hizo foco en que el imputado rengueaba como consecuencia de una herida en su pierna. En esa misma línea, resaltó que en la moto sustraída se encontraron rastros de sangre compatibles con esa lesión.
Al momento de calificar el hecho, coincidió con la postura del fiscal Zoni al considerar que se trataba de un homicidio en ocasión de robo, previsto en el artículo 165 del Código Penal. Resaltó que la conducta desplegada por el imputado quedó registrada en diferentes cámaras de seguridad que evidenciaron el cruce de por lo menos dos semáforos en rojo, así como también el trayecto recorrido con la víctima encima del capot.
Para el magistrado Del Viso, la magnitud y naturaleza del peligro creado por el hombre de 21 años “fue inmenso”. “Frente a esta sucesión de factores de riesgos introducidos por el imputado, resulta muy difícil suponer que no haya tenido conciencia de lo que podía ocurrir y que no haya previsto un desenlace perjudicial para terceros”, indicó.
Con respecto a la prisión preventiva, recordó que la pena en expectativa para los delitos que se le atribuyen al imputado no le permitiría acceder a una pena de ejecución condicional en caso de ser condenado. Marcó también dos causas que tiene aún en trámite y el hecho “sumamente grave y violento” que significó la muerte de Tintilay y las heridas graves que le causó al otro conductor.
Sostuvo también que el tiempo que lleva detenido el hombre -desde el 15 de enero pasado- no es desproporcionado en relación al avance del expediente ni tampoco frente al monto y modo de cumplimiento de una hipotética condena. “Frente a este panorama, no parece factible la posibilidad de adoptar alguna otra alternativa menos gravosa que el encierro carcelario”, explicó el juez.