En lo que va del año el 74,6% de las mujeres tuvo que lidiar con situaciones violentas en el parto de acuerdo con el informe Basta de Violencia Obstétrica, una cifra alarmante que obliga a poner en contexto esta forma de violencia de género.
La violencia de género se presenta en todos los ambientes y experiencias que transita una mujer, incluido el nacimiento de sus hijos. «El parto es un campo donde la violencia parece desarrollarse con total impunidad dejando daños físicos, psicológicos y emocionales tanto para la mamá como para el bebé», aseguró Néstor Larrauri, fundador y director de Larrauri & Asoc.
Según el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, «la violencia obstétrica es aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales».
Es en este marco que opera la ONG Las Casildas que, según Larrauri, aporta un dato vital para entender la coyuntura de la violencia obstétrica: una de las formas más comunes de violencia es que a las mujeres no se les provee información sobre las diferentes opciones y procedimientos que se le van a realizar o entre los cuales puede elegir.
Es por estas situaciones que la ONG Dando a Luz impulsó la Ley de Parto Humanizado (25.929) quecontempla que todas las mujeres tienen derecho, entre otras cuestiones, a ser informadas sobre las distintas intervenciones médicas y decidir, si su vida o la del bebé no está en peligro, por ellas mismas. También a ser tratadas con respeto de modo individual y personalizado, ser protagonista de su parto y que se respeten los tiempos biológicos y psicológicos del parto y se eviten prácticas invasivas.
Entre las leyes que pueden utilizarse, está la de parto respetado (25.929), la 26.529 del derecho del paciente que habla por ejemplo del consentimiento informado, y la protección de mujeres contra la violencia, la 26.485.(DIB)