Debido al bajo nivel del río Paraná, la salida de buques de carga por el río Paraná se encuentra limitada a unos 31 pies; los buques que normalmente se despachan a unos 34 pies de profundidad se están despachando a unos tres pies menos, disminuyendo así la carga de sus bodegas en los puertos fluviales de la provincia de Santa Fe y su parcial reemplazo por los marítimos del sur bonaerense.
Por otra parte, hay preocupación por las reservas actuales en los embalses de “aguas arriba”, ya que son inferiores a las de 2020, lo que genera problemas en las tomas de agua para consumo urbano; en tomas de agua para refrigeración de centrales de generación eléctrica; en las tomas de agua para refrigeración de procesos industriales; en la navegación fluvial; en la fauna ictícola; en la estabilidad de las márgenes y en la exposición a incendios en márgenes e isla.
Sobre la posibilidad que la carga de buques graneleros se traslade a los puertos del sur bonaerense, el presidente del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca (CGPBB), Federico Susbielles, señaló que esa terminal del sur de la provincia de Buenos Aires «está preparado para absorber mayor cantidad de carga en caso de que sea necesario».
«El 90% de las operaciones de granos en el puerto de Bahía Blanca son de completamiento de carga», señaló Susbielles a Télam al indicar que «siempre funciona como un esquema de complemento de todo el complejo Rosafe, de la hidrovía».
Para Susbielles, «la bajante va a impactar en una mayor capacidad de completamiento de los buques en Bahía Blanca; el año pasado funcionó de esta manera, especialmente entre los meses de julio y octubre y el puerto de Bahía Blanca está preparado para absorber mayor cantidad de carga en caso de que sea necesario». (InfoGEI)