A días del inicio de un nuevo ciclo lectivo, la situación de las escuelas rurales en la provincia de Buenos Aires vuelve a estar en agenda: mientras que docentes y padres de diferentes distritos vienen denunciando la fusión de cursos y hasta el cierre de establecimientos, desde el Gobierno niegan que esto último pueda suceder pero reconocen que en muchos casos hay instituciones que tienen uno o dos alumnos.
En las últimas semanas, en distritos como Pehuajó, Bolívar, Punta Indio y Bragado volvió a debatirse la problemática que se viene registrando desde el año pasado en otras localidades. De hecho, desde los gremios denunciaron ante las Jefaturas Distritales el cierre o fusiones de cursos en diversos niveles en Rauch, Chivilcoy, Pilar y General Arenales. En Junín, en tanto, se habría dado marcha atrás con la iniciativa.
Fuentes del Gobierno negaron que exista un plan para cerrar escuelas, pero tras la última reunión paritaria, la titular de la FEB, Mirta Petrocini, y la secretaria adjunta de Suteba, María Laura Torre, dijeron que necesitan poner sobre la mesa de discusión esta problemática porque existen muchas denuncias.
«Las escuelas rurales van a continuar funcionando y la Provincia no va a cerrar ninguna. Muchas de ellas son única oferta y lo que tenemos que hacer es mejorarlas y brindarles mejores recursos», indicaron desde Educación. «Lo que estamos proponiendo es garantizar la escolaridad de los alumnos, garantizar el trabajo de los docentes pero dentro de un proyecto de integración mucho más amplio que el que tienen hoy», agregaron a esta agencia desde la cartera que conduce Gabriel Sánchez Zinny.
De acuerdo a cifras oficiales, en el país existen unas 15 mil escuelas rurales que atienden entre 10 y 150 alumnos, y muchas con el sistema de plurigrado, donde un docente imparte la enseñanza en varios niveles y áreas. En la provincia, son unas mil las escuelas con menos de 10 alumnos y que, de acuerdo a datos del Gobierno, sostenerlas supone un costo anual de $ 740 millones.
Si bien el fenómeno rural es complejo, lo cierto es que sin inversión del Estado, estas pequeñas localidades se encuentran con servicios precarios, abandonadas, con caminos intransitables, lo que impulsan en ocasiones al éxodo de sus habitantes. Muchas veces, los padres de los alumnos abandonan los pueblos en búsqueda de trabajo y así la matrícula rural va en baja.
Casos que preocupan
En Guanaco, partido de Pehuajó, docentes, vecinos y padres se reunieron esta semana frente a la decisión oficial de fusionar cursos (segundo y tercer año estarán juntos, al igual que cuatro, quinto y sexto), y dejar un turno único en la Escuela Secundaria que funciona en este pueblo de 300 habitantes. «Están matando a las escuelas rurales», expresó la directora del establecimiento Cecilia González, y relató al diario Noticias que los profesores que son titulares van a ser reubicados, mientras que los demás perderán sus horas.
En el paraje «La Vizcaína» del partido de Bolívar, los gremios locales fueron a la Justicia por el agrupamiento de materias. Allí funciona una escuela secundaria, una primaria y el jardín y a partir de este año se agruparán las clases en cinco materias para «optimizar» los módulos docentes. La institución de casi 80 años, tiene la particularidad de haber sido la primera escuela estatal en la provincia creada en un ámbito rural que no tiene salida agropecuaria.
En Bragado, el panorama es similar. Mientras que el poblado de Irala (400 habitantes) una docente se hará cargo de varios años por la unificación de curos, en Warnes (450 habitantes) la fusión hará perder materias y en Comodoro Py (640 habitantes) se juntaron 5to y 6to año.
En alerta
Más allá de que las autoridades educativas vienen asegurando que no existe un plan de cierre masivo de escuelas rurales, en los últimos meses se dieron un par de ejemplos que encendió la luz de alarma de los gremios. En Pringles cerraron dos establecimientos (y fusionaron grados); en Coronel Suárez cinco y en Adolfo Alsina dos. Pero a esto se suma que hay cientos de casos con menos de diez alumnos, donde en ocasaiones hasta los maestros los van a buscar a sus casas en el campo para llevarlos al colegio.
Mientras que en la zona del Delta aseguran que se cerrarán este año diez escuelas por baja matrícula, en Magdalena, cerca de La Plata, 14 tienen menos de siete alumnos y varias son vecinas y están unidas por buenas rutas, de acuerdo a las autoridades.
«Esta semana se comunicó a las autoridades escolares el cierre de más de diez jardines y escuelas primarias de Islas del Delta, en San Fernando. Nos oponemos profundamente ya que se están violando los derechos de los estudiantes y de toda la comunidad educativa del Delta», indicaron desde Suteba. (DIB)