El sábado por la tarde en la Estación Experimental del INTA de Pergamino, donde hace casi 100 años funciona el observatorio meteorológico, referente y sitio de consulta en la región, un fuerte temporal de viento y lluvia ocasionó caídas de árboles y graves daños en instalaciones y en el tendido eléctrico, pero sobre todo en los equipamientos de precisión que posee el organismo en el predio.
Todo sucedió alrededor de las 18.30 cuando ráfagas de viento de gran intensidad, que alcanzaron hasta los 80 kilómetros por hora, afectaron el suroeste de la localidad y en particular el sitio donde está emplazado el INTA.
El ingeniero agrónomo y director actual de la entidad, Ignacio Terrile, contó a La Nación que todo los equipos que estaban resguardados en los abrigos meteorológicos fueron destruidos por el viento.
“Contamos con un radar meteorológico para las alertas tempranas, pero nunca pensamos en un evento de esta magnitud. Fueron 10 minutos de grandes ráfagas que tiraron abajo todo lo que se encontró en el camino: el techo de un estacionamiento, árboles, los cables de electricidad y los abrigos meteorológicos, que son unas pequeñas casitas, donde estaban los termómetros, el barómetro, el anemómetro, los termohigrógrafos, el pluviómetro y otros elementos que nos permitían día a día brindar información al Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y que desde ese momento no podemos hacerlo”, indicó.
“Hace casi 100 años que aquí se toman datos y observaciones meteorológicos, incluso antes de que se funde el INTA, cuando la experimental pertenecía al Ministerio del Agricultura. Es una verdadera lástima lo que ocurrió. También, tuvimos que suspender las actividades el lunes porque todo el tendido eléctrico estaba en el piso”, aseguró Terrile.
“Son equipos importados de mucho valor. Estamos buscando presupuestos para pedir que el INTA nos envíe una partida especial de dinero, como fondo de contingencia, poder comprar las cosas y ponerlas en marcha”, relató.
“Aunque aun no tenemos precio certero de los termohigrógrafos, sabemos que son muy onerosos y cuestan más US$5000. Estos equipos miden en simultáneo la temperatura y la humedad y, con un sistema de relojería que se da cuerda, van dibujando cada observación. Tenemos daños solo en equipos por cerca de US$20.000″, describió Terrile.
“Ya hablamos con un carpintero para que se encargue de la construcción de los abrigos con todas las especificaciones que pide el SMN y, cuando lleguen los equipos, que deben estar homologados también por dicho servicio, los mandaremos a calibrar rápidamente para volver a brindar nuevamente, como hace casi un siglo, toda la información que necesita el campo”, finalizó.
(Con información de La Nación)