Rosario, Colón, Pergamino y toda la zona núcleo y otras adyacentes la enfermedad es endémica.
Los jefes de las distintas áreas del Instituto Maiztegui encabezaron un fuerte reclamo para que se arreglen todos los equipos que no funcionan para la fabricación de la vacuna. Aseguraron que es la primera vez que atraviesan una situación así.
En este momento, en el Maiztegui sólo quedan algunas dosis, que alcanzarían para cubrir la demanda de las distintas provincias por este año.
«Se rompió un equipo que es fundamental para el funcionamiento del laboratorio», señaló la jefa de producción de la vacuna del instituto, Carmen Saavedra.
Por su parte, la titular de aseguramiento y control de calidad del instituto de Pergamino, Laura Riera, agregó que realizaron innumerables gestiones y «desde la Secretaría de Salud de la Nación hubo un compromiso de enviar una nueva maquinaria, pero hace más de un año que no lo hacen. Hay palabras, pero no hechos», remarcó.
El instituto Maiztegui cuenta con 200 mil dosis en stock, pero «es menos de lo que se demanda en un año, porque en general son 500 mil vacunas», detalló Riera más que inquieta por la situación.
El Maiztegui elaboró las primeras dosis de vacuna en 2003. Pero recién fue en 2006 cuando se produjo el registro oficial de la de la vacuna, y al año siguiente se incluyó en el Calendario Nacional de Vacunación. Desde entonces y hasta el año pasado, se mantuvo la producción de las dosis necesarias para abastecer a la población.
La enfermedad
La Fiebre Hemorrágica Argentina o mal de los rastrojos es una enfermedad transmitida por el ratón de campo, que vive en esta zona del mundo. Estos roedores eliminan un virus por la saliva que contamina el medio ambiente, a partir del cual el hombre se infecta accidentalmente.
La única manera de prevenirla es a partir de la vacunación porque es imposible exterminar a estos roedores. No existe una medicación para tratar la enfermedad y por eso puede ser causa de muerte (Datos La Capital)