María Eugenia Landaburo, tiene 33 años, y vive junto a su hija «Maru» de 10 años en Acevedo, apenas a unos kilómetros de Rojas, la localidad en la que fue asesinada Úrsula Bahillo, la joven de 18 años, hace apenas unos días. Pero pese a la conmocíón generada por el femicidio, nada parece haber cambiado.
La historia se repite
Cuando María Eugenia fue a denunciar a su ex pareja a la comisaría de Pergamino por violar la restricción perimetral y tras un largo historial de amenazas, nadie le quiso tomar la denuncia.
«¿Sabés qué me dijeron? Que no era delito, y no me la tomaron. ¿Cómo puede ser que sigan sin escucharnos? Es peligroso: si me mata, mi hija se queda con él, ¿van a esperar a que nos mate?”, cuestionó.
Su historia se hizo pública horas después del femicidio de Úrsula Bahillo -asesinada de al menos 15 puñaladas- tras un hilo en Twitter desesperado publicado por su hermana Lucía, que es docente: “A MI HERMANA LA ESTÁN MATANDO”, comienza la publicación.
María Eugenia comenzó su relación con el padre de su hija cuando ella tenía 19 años. Tras cuatro años en pareja, y una hija de por medio, “ me separo en 2012, tras una golpiza feroz. Ese día agarré a la nena para que no me siguiera pegando y corrí a la calle”, cuenta.
Sin embargo, la violencia psicológica, había empezado mucho tiempo antes, pero un día «me agarró del cuello y me dejó en la pared con los pies colgando». Ese fue el punto final que la impulsó a tomar sus pertenencias y a su hija e irse de Río Negro, donde se había mudado con él, para regresar a su pueblo natal.
Según su relato, en 2013 firmaron un convenio que no cumplió, ya que amenaza con no pasar la cuota mensual si no ve a la nena. En noviembre le dijo a su propia hija por teléfono: ‘Cuando a tu mamá le agarre Covid y se muera nosotros por fin vamos a ser felices. Cuando fui a denunciar esto me dijeron que no me iban a tomar una denuncia porque no tenía pruebas. De paso, ya que estaba en la comisaría, me hicieron salir de testigo de un choque”, dice la mujer, según consignó Infobae.
Además, la menor también se niega a ir a la casa del padre. Por si fuera poco, en medio de ese proceso, María Eugenia lo denunció por abuso sexual. “Se comunicó conmigo una ex pareja de él que me dijo ‘a tu nena ni siquiera la trata, y cuando la trata es acostados, él en calzoncillos, la nena en bombacha’, cuenta. Tras la realización de la Cámara Gesell, la justicia le puso una restricción de acercamiento a María Eugenia, pero no a la nena.
«En diciembre mandó un mensaje diciendo que la venía a buscar, pero mi hija no quería irse con él. Vino igual y quedó todo grabado en un video con el que fuimos a denunciar. El tipo la zamarreó, se la quiso llevar por la fuerza, la nena se soltó y salió corriendo y él le gritó ‘tu mamá va a ir presa’. Por suerte estaba el vecino de testigo”, relara Eugenia. Es así que a partir de la declaración de la nena, le dieron una restricción perimetral, que recientemente intentó violar.
Pero cuando fue a denunciar este episodio a la comisaría de Pergamino, «no le quisieron tomar la denuncia«. «Me dijeron que si la iba a buscar otra persona no era delito”, cuenta. (Crónica)