Papá Ernesto, mamá María Cristina y los pequeños Priscila (13 años) y Antonio (8), la familia pergaminense Lobo-Amarillo que sufrió un accidente lejos de casa hace 20 días, está de regreso en su hogar después de vivir la experiencia más angustiante de sus vidas.
En la tarde de este jueves los cuatro, más un familiar que había viajado para acompañarlos, arribaron a Pergamino en un micro proveniente de Catamarca, donde los dos pequeños estuvieron internados.
No obstante la buena noticia de que les fue permitido realizar un viaje de casi 20 horas -lo que denota el buen estado de salud de ambos menores- la recuperación de las lesiones aún no es total por lo que los respectivos tratamientos deben tener continuidad en Pergamino. De todos modos Ernesto confesó este viernes que “nada es como estar en casa”.
En tal sentido se mostró agradecido con toda la gente que colaboró en esta dolorosa experiencia que padeció la familia, tanto con aquellos que humana y profesionalmente hicieron todo para la recuperación de sus hijos, en la lejana Catamarca, como con los que desde Pergamino hicieron sus aportes económicos para que la familia se pudiera sostener en estos días tan aciagos y en los que los recursos se habían acabado.
“Esto sigue, mañana (por este sábado) los chicos van a ser evaluados y entrarán en una etapa de rehabilitación, pero nada como estar en casa, porque acá vienen los amigos, la gente que uno quiere, y todo se hace más llevadero”, resumió Ernesto este viernes desde la certeza de que al estar cerca de sus afectos, tanto él como su esposa y los niños van a salir más rápido de este doloroso trance.
El siniestro
Cuando todo parecía ser el inicio de unos días de vacaciones en la provincia de Tucumán, la familia sufrió un accidente el domingo 19 de enero a la mañana en la localidad cordobesa de Lucio V. Mansilla. Los hijos del matrimonio resultaron con lesiones de consideración y quedaron internados en el Hospital Eva Perón, de Catamarca.
Ernesto Lobo, de 35 años, y su esposa María Cristina Amarillo, de 33, habían decido viajar a tierras tucumanas para pasar unos días de descanso junto a los familiares que residen en esa provincia norteña, acompañados por los pequeños Priscila 13 y Antonio 8, cuando según el propio relato del conductor se reventó una cubierta trasera de su Fiat Siena de color negro, se cruzaron al otro carril y terminaron volcando en el kilómetro 924 de la ruta Nº 60. Producto del fuerte impacto los mayores terminaron con algunas lesiones, aunque la peor parte la llevaron los pequeños quienes sufrieron golpes importantes que complicaron seriamente sus vidas.
Priscila fue operada de la séptima vértebra cervical y además sufrió una lesión importante en uno de sus ojos. Su recuperación fue rápida y logró el alta antes que su hermano, quien estuvo varios días en un coma inducido por un fuerte traumatismo de cráneo.
La solidaridad
Una vez que se dio a conocer la situación que estaba padeciendo esta familia y que se encontraba en Catamarca prácticamente sin recursos económicos, varias personas de nuestra ciudad colaboraron por medio de transferencias de dinero en efectivo. También en algunos puntos de la ciudad se colocaron urnas. Esa ayuda llegó a manos de la familia y fue fundamental para poder sostenerse tantos días lejos de casa.
“No tenemos palabras para tanto agradecimiento porque mucha gente colaboró aún sin conocernos y eso será algo imborrable en nuestras vidas”, remarcó Ernesto Lobo. (LA OPINION)