Pergamino: Encuentran a ex comisario de Colón muerto en su domicilio

 (Por Victor Calvigioni) El ex Comisario de Colón y Pergamino, Roberto Domingo Leone,  apareció muerto en su domicilio de Urquiza al 1400. El ex Policía Bonaerense tenía 75 años y fue hallado por un hijo en una cama de la habitación donde moraba. El cuerpo fue trasladado al Hospital San José de Pergamino para realizar las correspondiente autopsia. Todo indica que murió por emanaciones de monóxido de carbono. En Colón, el funcionario policial, Leone fue protagonista de más de un historia. En Pergamino, al retirarse de la Policía Bonaerense  se dedicó a la venta de sistemas de seguridad.

Los huesos de Pearsón

El Comisario Leone fue una de las claves  de una crónica policial no finalizada. Todo comenzó cuando el empleado rural, Orlando Ismaél Torres, observó  huesos humanos  en el lecho seco del arroyo de Pearsón. El peón rápidamente  dio avisó, al cabo Alfredo Brausteinir encargado por ese entonces del Destacamento de Pearson.  El policía los depósito en una caja de cartón (había una mandíbula inferior humana con las piezas dentarias) y lo trasladó a la comisaría, donde los recibió el comisario  Roberto Leone

El destino posterior de los huesos es difícil de «perforar». Por el extravió de tan importante prueba judicial, se abrió una causa judicial  y debieron declarar casi dos decenas de policías.

En primer lugar, el Comisario Leone, habría remitido los huesos encontrados al Hospital Municipal “Eduardo Morgan”  y allí un médico de origen peruano  que realizaba guardia habría dicho «que se trataba de un animal carnívoro que habitaba la zona». (SIC). Ante estas «pericias», el policía le resto importancia a las piezas óseas.

La historia no está finalizada  y podemos indicar que en los últimos meses tendríamos precisiones después de  más veinte años sobre el destino  de los huesos donde se dispusieron y en que forma.

   La  crónica de un secuestro

Los huesos hallados se sospecha que eran del  empresario lácteo José Díaz Franco.  El rosarino fue secuestrado el 19 de diciembre de 1988, cuando se dirigía a su empresa (repartía leche la Serenisima ) y que estaba ubicada en calle Urquiza al 2566 de Rosario. La banda a las pocas horas exigió un pago de 300 mil pesos de rescate.

Los contactos fueron gravados y las voces por primera vez en la historia de la justicia argentina fueron enviadas a la Universidad de Michigan en los Estados Unidos. Los técnicos comprobaron que la voz era de Jorge Manuel Rivas. El empresario lácteo jamás apareció. En 1994, un anónimo de tres hojas, escrito a mano llegó a la Dirección de la Policía Bonaerense diciendo que el empresario rosarino fue tenido en cautiverio en una casa alquilada por un contador ( emigró de nuestra ciudad en la década del noventa) y que estaba ubicada entre el Cementerio de Colón y la ahora denominada avenida Eva Perón.

El escrito además señalaba que la víctima del secuestro habría sido ejecutado en esa vivienda y llevado luego por dos sujetos a un puente situado a 2000 metros de la planta urbana de Pearson, donde su cadáver fue arrojado al arroyo que lo atraviesa. La policía Científica, al mando del comisario Oscar “Pajarito” Rossi encontró huesos humanos y las pericias posteriores señalaron que se trataban de partes de cuerpos de un hombre y una mujer joven. Nuca se supieron sus identidades.

    Otra vez Leone protagonista

La participación del Comisario Leone no termina en este episodio.  Cuatro años antes que apareciera el anónimo donde informaba sobre el lugar donde se encontraba los huesos de Díaz Franco,  el comisario Roberto Leone fue protagonista de  la fuga más desopilante  que se tenga memoria en nuestra ciudad.  El colonense, Jorge Rivas fue detenido por primera vez el 23 de mayo de 1990.Un año más tarde, en julio de 1991, en un hecho todavía recordado escapó en un auto Citroen de la Comisaría de Colón, luego de reducir al comisario Roberto  Leone en su propio despacho y salir hacia calle 51 y 18 donde lo esperaba el vehículo.

El oficial de imaginaria Roberto Rodriguez.  El acusado de secuestros y asaltos, y por pedido de Leone,      fue llevado al despacho principal sin armas de fuego. Pocos minutos después  salió de la oficina  teniendo de rehén al Comisario. Un revolver apuntaba a la cabeza del policía. El santiagueño Ródriguez, a pesar de esto y cuando encontró la oportunidad,  se tiroteo con Rivas en el pasillo de la Comisaria. El “pibe cabezas” pudo escapar.

El santiagueño Rodriguez , días después  fue desafectado de la fuerza policial. Para mantener a su familia  trabajo en la Semillera Morgan. La tristeza lo invadía hasta que tres años después falleció, tratando de demostrar su inocencia. La viuda y su hijo regresaron a la provincia de Santiago del Estero. (Foto Diaz Franco padre e hijo)