(Por Camila Costa-Infocielo) Juan Ignacio Montiel es un niño de 8 años que vive en Pergamino, localidad de la provincia de Buenos Aires, y creó su propio emprendimiento en el parque. Vende poesías a $10 en un puesto que él mismo armó con cajas, una mesita, banderines y un pizarrón.
Todo comenzó el pasado domingo 24 de abril, «como plan de juego, sin mucha planificación ni organización», según explicó Natalia González, la mamá de Juani a Infocielo. Ese día, el niño imprimió en la computadora de la abuela algunas poesías y se le ocurrió tener su puesto de ventas.
¿Su objetivo?: que la gente las compre para regalarlas a otras personas. Según explicó su mamá, las sacó de algunos libros, aunque varias son escritas por su abuela. «Siempre le gustó leer, desde chico le interesó, pero no lee específicamente literatura ni poesías», contó su mamá.
La iniciativa de vender ese tipo de narrativa surgió porque «para el día de la madre le pidió a la abuela que lo ayude a escribirme una para regalarme a mi e hicieron un rejunte de libros, Internet e ideas suyas». Esas poesías son las que imprimió y vendió el domingo en un parque de Pergamino.
La historia de Juani trascendió a través de una vecina de la localidad bonaerense que compartió, a través de sus redes sociales, el emprendimiento del niño. «Él es Juani y vende poesías, está en calle Carpani Costa y J.V González, pasá a conocerlo, es divino», escribió Daniela Naites en su cuenta de Facebook.
Los comentarios, «me gusta» y compartidas no tardaron en llegar. Y es que en las fotos se puede ver a Juani con su propio puesto, en el que avisa en una pizarra: «vendo poesías a $10». Natalia, en diálogo con este medio, contó que «lo hace como juego, le divierte jugar a que trabaja, atender a la gente. Aunque es muy tímido también, se desenvuelve con grandes y chicos».
De la vereda de su casa a un parque de Pergamino
A pesar de que el emprendimiento de Juani es reciente, ya cuenta con recorrido dentro de la ciudad. Y es que la venta de poesías del niño comenzó como un juego en la vereda de su casa, donde se acercaron vecinos, chicas y chicos de su barrio. Con 8 años, Juani ya es un todo un profesional: para vender todo lo que imprimió fue al parque Belgrano de Pergamino para que lo vea más gente.
Allá fue con su mamá, su papá y hermanito menor, trasladando todo su puesto de venta. «Hizo todo muy casero, dos cajas para las poesías y una más chica para el dinero», contó su madre y agregó que «lo llamativo de la venta fue que se acercaron muchos nenes a participar en su juego de roles y una de las personas que pasó, pidió permiso para fotografiarlo y publicarlo».
Respecto al dinero, Juani no planea comprarse algo específico, sino que la ahorra mientras se divierte jugando. «Nosotros lo acompañamos porque sentimos que es un aprendizaje del trabajo, del valor de la cosas y del manejo del dinero», sostiene Natalia a este medio.
Los vecinos de Pergamino lo recibieron con «una mezcla de asombro y ternura», siguiendo el juego y respetando su rol de vendedor. «La verdad que nosotros nos morimos de orgullo con él», afirma su mamá y dijo que aun no sabe si lo volverá a repetir la actividad este fin de semana.
El juego en la niñez
Natalia, la mamá de Juani, contó que él «no lo toma como un trabajo ni con horarios, surgió como plan el fin de semana y antes de estar adentro con el teléfono, lo llevamos a que juegue al aire libre». En ese sentido, profundizó en la importancia del juego en las niñeces, en un contexto de tanta tecnología.
Juani va a tercer grado de la escuela primaria y practica taekwondo en el club del barrio. «Obviamente que le gusta usar mucho el celular, por eso cuando surgen planes así, o cuando quiere hacer un invento con cartones u otra cosa novedosa, lo alentamos para desconectar un poco de la tecnología y jugar más», explica su mamá.
«La verdad que siento mucho orgullo. Realmente siento que es maravilloso, que a veces le cuesta encajar porque no tiene los mismos gustos de nenes de su edad, pero me encanta que así sea» dijo Natalia sobre su hijo y agregó que «en tiempos como estos, en los que el esfuerzo y el trabajo están muy desvalorizados, apoyamos su iniciativa e interés por ‘trabajar y ganarse su dinero'».
Finalmente, Natalia dijo que son «una familia trabajadora y queremos enseñarle eso, la cultura del trabajo, que las cosas no caen del cielo, que cuesta ganar la plata y que todo vale. Así que muy contentos con ese aprendizaje que va adquiriendo él».
A pesar de que Juani todavía no decidió si este fin de semana va a volver a armar su puesto en el parque Belgrano de Pergamino o en la esquina de su casa, esta semana siguió vendiendo algunas poesías escritas por su abuela que vecinos de la localidad bonaerense le encargaron.