(LA OPINION) El martes, a las 9:30, en el Juzgado Correccional Nº 2 a cargo del flamante juez Raúl Alejandro Salguero se desarrollará la audiencia preliminar en la que conforme a lo que dispone el Código Procesal Penal, fiscales, imputado y querella presentarán las pruebas y testigos que utilizarán en el debate, las investigaciones suplementarias solicitadas y distintos pormenores relacionados con el procesamiento penal. Además, se esgrimirán las nulidades que se plantean.
“En dicha audiencia mantendremos la acusación de la responsabilidad penal que tiene Alejandro Urquiza Rueda en el siniestro por la muerte de Victorio y, conforme lo venimos diciendo desde el primer momento, nuestra postura irreductible de que se lleve a cabo el juicio oral y público al único culpable de la muerte de mi hijo”, comenzó la charla con LA OPINION, Alejandra Otero, mamá de “Vito”.
Justicia sin venganza
Con el dolor siempre latente, apenas equiparado por la fuerza de la lucha, Alejandra reclamó que en este proceso judicial se le respeten todos y cada uno de los derechos y garantías que le asisten a Urquiza Rueda. “Que pueda ofrecer los testigos que quiera; que pueda producir todo tipo de pericias; que pueda producir cualquier informe que sea a su favor inclusive; que pueda concurrir al juicio y delante de los jueces y de la sociedad en general aclare: ¿cuánto alcohol había bebido esa noche-madrugada? ¿Por qué iba con su camioneta de gran porte (Volkswagen Amarok) a una velocidad brutal, conduciendo temerariamente con un total desprecio por la vida? ¿Por qué se retiro del Hospital San José esa madrugada tan rápidamente sin realizarse la prueba de alcoholemia? ¿Por qué estuvo casi tres días prófugo de la Justicia? ¿Por qué entregó un celular roto imposible de peritar?”. Con estas expresiones, Otero deja en claro y enfatiza cuál es objetivo de este transitar judicial: “No queremos venganza privada, no queremos ningún tipo de tormentos solamente buscamos que se haga justicia”. Pero hay uno mayor, que aunque no lo haya expresado en esta nota, otras veces Alejandra ha dejado saber: es establecer jurisprudencia con un fallo que contemple las muchas formas de dolo que agravan un homicidio culposo, que es la figura que en general aplica a los siniestros viales.
Involucrados
Ha sido continuo y visible el trabajo de la familia y amigos de Vito por mantener vivo el pedido de justicia; lo vemos en las calles, con el importante despliegue de columneros y stickers en vehículos; en cada evento musical se trae el nombre de Vito a los escenarios. Pero también hubo una ardua tarea de pesquisa para sumar elementos de interés a la causa. Esta participación, este “hundir el escalpelo” en distintos ámbitos, habría generado molestias en los encargados de la investigación. Frente a ello Otero aclaró: “Jamás hemos ejercido presión a ningún funcionario judicial, jamás hemos obstaculizado la posibilidad de que el imputado pueda expresarse públicamente donde, cuando y como quiera, jamás lo hicimos ni lo haremos, a pesar de que sí lo han intentado con nosotros. Como si callarnos, como si quitarnos el derecho de expresión modificara los hechos. Hablemos o no hablemos, la realidad es cruel y dolorosamente inmodificable, Vito no está más con nosotros porque Urquiza Rueda lo mató”, sentenció Alejandra con lágrimas de bronca e impotencia en sus ojos.
Un cierre
“En manos del doctor Raúl Alejandro Salguero está darle a la comunidad el derecho de conocer la verdad, donde corresponde: en una sala del Poder Judicial”, indicó Alejandra, apelando a un fallo ejemplificador para la sociedad, “y para la familia y amigos la posibilidad de transitar la pérdida de Vito con la mirada más limpia y abocada al objetivo natural de la dolorosa aceptación y la memoria, y no al reclamo constante que no permite cerrar heridas por siempre abiertas. Esperamos que así sea”.
El hecho
Según relataba el 10 de septiembre de 2017, el trágico suceso donde perdió la vida en Victorio Otero de 27 años ocurría minutos antes de las 4:30, en la intersección de Estrada y Larrea, entre una camioneta pick up Volkswagen Amarok de color blanco, que circulaba por Estrada y un automóvil Ford Ka negro que se desplazaba por Larrea, el cual fue impactado sobre el lateral derecho.
A causa de la violenta colisión, el automóvil terminaba la trayectoria contra una columna de alumbrado público. Se informaba que los involucrados eran identificados como Victorio Otero, de 27 años, a bordo del KA, y la persona que iba al mando de la camioneta, de nombre Alejandro Urquiza Rueda, de 34 años. El menor de ellos fue el que sufría heridas graves y tenía que ser intervenido quirúrgicamente; tras permanecer internado en la sala de cuidados intensivos del Hospital San José, fallecía en horas de la tarde del sábado 9 de septiembre de 2017.
Mientras tanto, el otro joven involucrado en el accidente, escapó del nosocomio mientras aguardaba los estudios, indicaron por aquellos días fuentes policiales. Con la muerte del joven Otero, la causa fue recaratulada como homicidio culposo y era radicada en la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 7, a cargo de la doctora Alejandra Ghiotti.
Cabe recordar que en febrero de este año la Cámara Penal de Apelaciones conformada por Mónica Guridi, Fernando Ayestarán y Julio Caturla, rechazó el recurso de apelación interpuesto por el imputado Alejandro Urquiza Rueda, ratificando la elevación a juicio decretada por el juez César Solazzi por considerarlo penalmente responsable del delito de homicidio culposo agravado por conducción de vehículo automotor con exceso de velocidad (artículo 84 bis del Código Penal).
La sociedad toda
El caso Otero sensibilizó a toda la comunidad, porque si bien los siniestros viales son moneda corriente, las características del hecho, la actitud del inculpado y el lamentable fallecimiento del joven músico marcaron la diferencia.