“Un hombre viajado”, dice alguien que conoce a J.V. Sus registros comerciales no revelan ninguna actividad reciente, ninguna deuda bancaria o de tarjeta de crédito, apenas unos 7 mil pesos que le debe a una cadena de supermercados hace varios meses. Con domicilios entre San Nicolás, Pergamino y Capital Federal, el hombre de 72 años, de nacionalidad argentina, tiene como único ingreso visible una jubilación que percibe a través del Banco de Córdoba. Es eso, un jubilado.
Esta semana, la división Interpol de la Policía Federal Argentina lo arrestó en la zona cordobesa de Los Reartes, a 65 kilómetros de la capital provincial, por un delito tan inquietante como infrecuente: fraude al Tesoro de los Estados Unidos.
La investigación se inició a partir del pedido de captura internacional del prófugo por el conducto diplomático. Inmediatamente, el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la Nación remitió la solicitud al Juzgado Federal N° 1 de la Provincia de Córdoba, el cual ordenó su detención con la firma del juez Ricardo Bustos Fierro.
Así, se comenzó la investigación para hallarlo, con los detalles sobre el delito cometido mantenidos en estricta reserva. Interpol pudo determinar que se había instalado en la zona hace dos años. Así, permanece en una celda a la espera del comienzo de su trámite de extradición.
J.V no es el único jubilado prófugo detenido por Interpol PFA en las últimas semanas en la provincia de Córdoba. A fines del mes pasado, detuvieron a L.P, un hombre de 81 años que había vivido en California con su familia. Allí, fue denunciado por un familiar directo por un abuso ocurrido, según confirmaron fuentes del caso, en la última década.
La víctima fue una menor. Así, varias investigativas e intercambio de información se realizaron con el Servicio de Alguaciles de los Estados Unidos, el U.S Marshals Service. El hombre no tenía una circular roja sobre su cabeza y su rostro no aparecía en el sitio web de Interpol. El operativo, también bajo la firma del juez Bustos Fierro, se realizó con estricta reserva de los datos del expediente. Las autoridades locales no recibieron los detalles de ambos casos: solo la orden internacional del arresto.
A comienzos de septiembre, la división Interpol de PFA realizó otra captura de trascendencia internacional. Ocurrió en un barrio de la periferia de San Miguel de Tucumán. La Justicia española buscaba al argentino Julián Ovejero uno de los crímenes más feroces de la historia ibérica reciente, el asesinato de Najuzaith Zahell Díaz, un ingeniero informático y artista portorriqueño de 34 años asesinado en febrero de 2018 en su departamento de la zona madrileña de Carabanchel.
La división local de Interpol comenzó a intercambiar información con la Unidad de Fugitivos de la Policía Nacional española. Así, descubrieron que Ovejero había ingresado al país a través de Bolivia, de forma clandestina.(Noticias Bariloche)