La industria textil confeccionista de la Argentina, de la cual Pergamino es su principal polo productivo, sigue jaqueada por la alta carga impositiva y, fundamentalmente, el excesivo volumen de mercadería de fabricación extranjera que ingresa al país.
Según publica La Opinión de fuentes del sector, “el rubro va hacia una liberación del mercado, de menor a mayor, y eso a los fabricantes nacionales los perjudica notablemente”. Aseguran que el Gobierno se había comprometido en establecer un cupo de importación de material textil de 11 mil toneladas para 2017 pero ese límite ya está ampliamente sobrepasado.
En junio ya estaba en 9.500 toneladas, en septiembre era de unas 15 mil toneladas y todavía faltan los datos del último trimestre del año, “pero se puede prever que se rondará un total de entre 18 y 20 mil toneladas”, explicó la fuente consultada.
“Ese cupo fue un acuerdo entre las partes pero el Gobierno con el afán de
liberar todo, no les importa nada más. Ese es uno de los problemas
importantes, pero además sufrimos una altísima carga impositiva y la caída del consumo. Ahora se anuncia una reforma impositiva, pero todavía no se ve demasiado en el horizonte”, resaltó un empresario del sector.
La misma fuente consultada por considera que en este contexto
“hay que encontrar el punto de equilibrio”, porque “se pueden consensuar
políticas de Estado para que se llegue a un consumo medido, para no generar
expectativas de inflación que es lo busca el Gobierno que, dicho sea de paso,
no lo está logrando porque la inflación sigue estando alta. Evidentemente tiene que haber otra política que no sea solamente la tasa de interés como ancla, porque eso destruye todo”.
Con relación a cómo se acomodó la mano de obra en las empresas a partir de
esta realidad que ya lleva dos años, referentes del rubro indican que hubo
algunos despidos, pero que al momento se ha logrado una cierta estabilidad.
“Estamos la mayoría con el trabajo justo, normal, pero sabemos que hay
algunos que no la están pasando bien”, dijo un empresario del rubro.
Desde el sector textil confeccionista creen que la solución “es dosificar la
importación, no impedirla, pero tampoco exagerar, para que pueda
desarrollarse la industria nacional”. (InfoGEI)