(LA OPINION) En el marco de un proyecto de extensión aprobado por la Unnoba se realizó en Pergamino la Primera Jornada Informativa sobre Cannabis Terapéutico. Fue el viernes en el auditorio “Atahualpa Yupanqui” y el encuentro sirvió para abundar en diversos aspectos vinculados al uso medicinal de esta sustancia y al marco normativo vigente. Con gran interés por parte de los participantes, profesionales de distintas disciplinas que conforman el equipo del proyecto dialogaron en forma abierta sobre un tema en torno al cual surgen muchas inquietudes atendiendo a que si bien la ley vigente avala su empleo para el tratamiento de algunas patologías como la epilepsia refractaria, deja por fuera un universo de cuestiones que aún deben ser abordadas.
Durante el encuentro también se relataron experiencias de familiares de pacientes que utilizan el aceite de cannabis para el tratamiento de diversas patologías. En la jornada se enfatizó sobre la necesidad de profundizar la investigación en relación a la utilización de esta sustancia en el abordaje terapéutico de distintas enfermedades y se planteó como imperativo la posibilidad de ampliar la legislación vigente para hacerla extensiva a otros cuadros clínicos, previa validación científica de sus efectos a través de trabajos de investigación.
“Esta actividad se realizó en el marco de un proyecto de Extensión que generamos el año pasado y que cuenta con financiamiento de la universidad”, destacó Paola Ferrero, su directora. “Tiene los lineamientos de un proyecto de Extensión y es más abarcativo que las jornadas, que fueron el comienzo. El objetivo del proyecto es tener una noción del panorama de Pergamino y la región de las necesidades de las personas en relación a temas de salud y su vínculo con la posibilidad de ser tratados con cannabis o sus derivados”, explicó.
La iniciativa plantea un abordaje desde el área de salud que se complementará con la posibilidad de ofrecerles a las personas algunas respuestas o articular con los interesados. “Nos resulta necesario conocer cuántos pacientes hay o quiénes tienen alguna dolencia que sea candidata para el tratamiento; saber quiénes ya lo están haciendo informalmente, qué médicos están interesados en informarse o en poder adquirir más conocimiento tanto de la parte médica como del contexto legal vigente”, abundó Ferrero.
El autocultivo, una experiencia personal
El proyecto de extensión que se desarrolla desde la Unnoba se puso en marcha a partir del contacto con personas que plantearon las inquietudes y necesidades que tienen las personas que usan la medicina cannábica y muchas lo hacen en un marco de informalidad. Uno de ellas, Fernando Cejas, oriundo de la localidad de Alberti, que reside actualmente en Pergamino, brindó su testimonio en la jornada y el relato de su experiencia se transformó en uno de los tópicos que concitó mayor interés.
Fernando Cejas desde hace varios años se dedica al autocultivo y ha adquirido las habilidades para extraer aceite de cannabis para su uso con fines terapéuticos. En primera persona este joven que comenzó a utilizar derivados del cannabis para el tratamiento de un dolor crónico, se inició en el autocultivo para ayudar a sus hermanas que fueron diagnosticadas con cáncer y recurrieron a la medicina cannábica como tratamiento complementario al de la medicina tradicional.
“Creo que fue una ayuda, sobre todo para la quimioterapia, no creo que cure pero sí que es un paliativo para tener una mejor calidad de vida”, refiere en su relato. Así y como sucede con muchas familias, su historia personal comenzó a ser atravesada por este tema y ese conocimiento comenzó a ser compartido con otros. En su relato cuenta que en su casa llegaron a armar un “mini” laboratorio para obtener un producto que en el mercado es caro y poco accesible para muchos. En la ilegalidad, porque el autocultivo no fue incluido en la ley a pesar de que en uno de los artículos se lo contemplaba, Fernando valora los alcances de la ley, pero reclama que se incluya la cuestión del autocultivo a la normativa.
También aspira a que pueda conformarse una asociación de pacientes bajo tratamiento que posibilite un mayor acercamiento de ellos al mundo médico y científico; y un círculo de autocultivadores que tienen la capacidad y las herramientas para experimentar con cepas orgánicas para tratar cada patología en particular. “Todavía hay mucho prejuicio y mucho miedo y es una batalla ideológica que hay que dar para tener acceso a una medicina que sea segura”.
Masiva convocatoria, clara señal de una necesidad
El auditorio de la Universidad se vio desbordado de público que se sintió convocado a participar de la jornada informativa. Personas de todas las edades, desde jóvenes hasta adultos mayores se mostraron sumamente interesados y participaron activamente del diálogo con los profesionales que integran el equipo del proyecto de extensión. De primera mano, LA OPINION recogió varios testimonios que tuvieron como común denominador la avidez por tener más información sobre un tema atravesado por ideas y preconceptos que buscan encauzarse a partir del conocimiento.
Muchos se acercaron en busca de cómo poder acceder al aceite de cannabis, otros relataron sus experiencias de uso y muchos afectados por distintos problemas de salud fueron a escuchar para tratar de comprender mejor los alcances de la ley y la complejidad de aspectos que conlleva el uso de una sustancia que si bien está avalada en la ley para el tratamiento de alguna patología, fundamentalmente la epilepsia refractaria, ofrece un universo de posibilidades que todavía por fuera de la normativa se impone discutir para validar científicamente conocimientos que están en lo empírico y se imponen en el ideario de una sociedad que aguarda el debate y de la mano del derecho y de la ciencia lo da.