(LA OPINION) La modalidad motochorros en Pergamino es una lamentable forma de delito que crece constantemente, difícil de prevenir y que en la mayoría de los casos involucra el uso de la violencia.
El viernes 19, en horas de la tarde, una joven de 25 años circulaba en bicicleta por zona del barrio Viajantes y en la intersección de las calles 6 y 11 fue abordada por un sujeto que se transportaba en una motocicleta de 110 c.c. de color azul, bajo intimidación la empujo para hacerla caer del robado, situación que logró por la violencia de su accionar y cuando la mujer intento escaparse caminando nuevamente la tira al suelo desde su vehículo y le sustrajo la mochila (contenía un celular marca Samsung A30 de color negro, notebook marca Compaq de color negro y documentación personal) para darse a la fuga. A consecuencia de los dos arrastres violentos, la víctima sufrió lesiones de consideración en la zona cervical.
La investigación
Según indicaron los investigadores, en primer término la actitud colaborativa de la víctima fue clave para realizar la primera identificación del autor a través de reconocimiento fotográfico.
Paralelamente, oficiales de la Comisaría Tercera arribaron a la conclusión de quién era el autor a través de la observación de los videos aportados por particulares de la zona, que cuentan con cámaras de vigilancia. Con ese material, se realizaron allanamientos y se detuvo al sujeto.
Además de efectivizar el arresto, los oficiales de la Comisaría Tercera pudieron recolectar pruebas para un eventual juicio contra esta persona: una motocicleta de 110 c.c. que sería la usada en el hecho y que se ve en el video y la campera que el detenido tenía puesta al momento de su detención, que coincide con la que se ve en el video.
La moto, un arma
Según el Ministerio Público Fiscal, “la motocicleta debe ser considerada un arma” razón por la cual, el fiscal considera el hecho como “delito de robo agravado por el uso de arma en los términos del artículo 166 inciso 2 del primer párrafo del Código Penal Procesal”.
Justifica: “El particular modo en que ha sido utilizado para la consecución del fin criminal satisface las exigencias del concepto de arma. Además, resulta indudable que el modo en que fue utilizado el ciclomotor para incrementar la violencia y lograr neutralizar la resistencia de la víctima presenta un mayor disvalor de la acción que requiere mayor respuesta punitiva.
Agrega el fiscal Furnari sobre la incidencia de la moto: “El apoderamiento perpetrado por el imputado tal como sucedió, no hubiese podido llevarse a cabo sin la efectiva y reiterada utilización de la potencia del motovehículo aplicada sobre el cuerpo de la víctima, puesto que la fuerza que hubiera podido ejercer el sujeto frente a su víctima hubiese sido sustancialmente menor, disminuyendo la vulneración sobre la integridad física de la víctima. Repárese en que luego de dos tironeos violentos, ya lesionada, la víctima desiste de su actitud opositora, cede a la voluntad de su agresor y entrega la cartera”.