Luego de un 2017 cargado de tensiones, entre planes de ajuste y extensas negociaciones salariales, los trabajadores municipales buscan sentarse cuanto antes con los ejecutivos locales para avanzar en las paritarias 2018, previo al comienzo de las reuniones de los estatales con Provincia, lo que marcará la pauta. Mientras tanto, persisten conflictos sobre las cifras otorgadas el año pasado y crece el estado de alerta de los gremios por la no renovación de contratos.
El comienzo de las negociaciones salariales está signado además, por la grieta entre los jefes comunales en torno al Pacto Fiscal promovido por Provincia. Mientras los kirchneristas lo resisten, los intendentes de Cambiemos y algunos renovadores ya firmaron la adhesión, que prevé un compromiso para el recorte en los gastos públicos y es condición para el auxilio financiero.
Uno de los jefes comunales que ya adhirió al Pacto Fiscal fue Pablo Petrecca, de Junín (Cambiemos). En ese municipio, desde el Sindicato de Trabajadores Municipales ya adelantaron que pedirán «al menos» un 35%, cifra que duplica la proyección inflacionaria del Gobierno nacional. No obstante, señalaron que ese número surge a partir de los puntos porcentuales perdidos años atrás por la inflación.
«El Ejecutivo aumentó las tasas un 20% por la inflación. Nosotros perdimos cuatro puntos porcentuales el año pasado, en 2016 ya habíamos perdido otros 15 puntos, es decir que ahora no podemos pensar en menos del 35% de aumento para sentarnos a negociar», dijo al diario La Verdad el titular del Sindicato de Trabajadores Municipales local, Claudio Camilo, quien confirmó que aún no fueron convocados a negociar.
En ese municipio, el Presupuesto 2018 fue aprobado días atrás pero no incluye la pauta salarial. En ese sentido, desde el Frente Renovador deslizaron la «preocupación» por la no convocatoria a paritarias por parte del Ejecutivo.
En Tandil las negociaciones salariales ya comenzaron, pero el Sindicato de Trabajadores Municipales rechazó la primera oferta de un 15% en dos cuotas con cláusula gatillo. El sindicato había realizado un pedido de bono de fin de año por un valor de 5 mil pesos, y el gobierno municipal ofreció 3 mil, por lo que en principio las negociaciones se trabaron.
Asimismo, en Balcarce, el primer contacto entre el Ejecutivo y los sindicatos fue a fines de diciembre y comenzó con 15 puntos de diferencia entre lo que pretende pagar el Gobierno y lo que piden los trabajadores, quienes advirtieron que no bajarán del 25%.
Mientras tanto, el Gobierno de Bahía Blanca contestó el pedido oficial de reunión realizado por el gremio y puso fecha para el primer encuentro: se realizará el 23 de enero, y se dará, seguramente, en medio de un clima de tensión. Es que los municipales realizan desde el jueves una nueva retención de tareas hasta el lunes en rechazo de la reducción de horas extras que implementó el intendente Héctor Gay en el marco de su plan de austeridad. «En la negociación paritaria le pediremos a todo el staff político una reducción de sus salarios en el orden del 10», señalaron desde el gremio.
En Necochea, en tanto, el Sindicato de Trabajadores Municipales (STM) también apura las reuniones y solicitó a la Delegación local del Ministerio de Trabajo que proceda a habilitar las condiciones para la puesta en marcha de la «apertura de la paritaria» del año 2018 en la órbita de la comuna local. El compromiso se encuentra contemplado en el acuerdo salarial del año pasado y establece como plazo para la reunión la «segunda semana de enero».
A contramano, los intendentes kirchneristas de Avellaneda y Ensenada, Jorge Ferraresi y Mario Secco, desafiaron a la gobernadora y ya anunciaron subas salariales del 30% y 25% respectivamente, así como también el aumento de la planta permanente y la incorporación de nuevos trabajadores.(DIB)