(Por Andrés Lavaselli )El triunfo político que supuso para Javier Milei la aprobación de la Ley Bases y el Paquete fiscal, que abrió la puerta a una segunda etapa de su gobierno, parece hacer tenido impacto directo en el escenario bonaerense: Axel Kicillof Máximo Kirchner se mostrarán en una foto de unidad opositora que permitirá minimizar contrastes desfavorables y facilitará hacer foco en las críticas a las consecuencias sociales y productivas del programa económico, mientras que Mauricio Macri decidió distanciarse del Presidente y para ello recurre al empoderamiento de dirigentes de la provincia enfrascados en la guerra abierta contra Patricia Bullrich.
El capítulo tal vez más urgente de todos los que, desde el punto de vista de la bonaerense, se desprende de lo que aprobó el jueves Diputados se vincula con la disputa entre Bahía Blanca y Rio Negro por quedarse con la planta para exportar GNL que construirá la petrolera estatal malaya Petronas. Casi como un lobista de esa compañía, el CEO de YPF, Horacio Marin, puso como condición necesaria para avanzar con el proyecto la adhesión de cada provincia al RIGI, el nuevo régimen de grandes inversiones que en este caso mejora las condiciones de un negocio que ya era rentable sin esos beneficios, al punto que la obra se había anunciado en 2022.
La jugada de Marin pone presión a Kicillof, un crítico del RIGI que ahora tiene que definir si impulsa la adhesión pese a su postura previa o no lo hace y afronta el costo de perder la inversión extranjera más importante de la historia de la Provincia. El Gobernador ya tomó una definición política al respecto: “No le dará a Milei la excusa de no adherir al RIGI para que él pueda quitarle a Bahía la inversión”, le dijo a actores clave de su círculo íntimo. Es una suerte de principio de revelación inverso: Kicillof quiere que si la obra va a Rio Negro quede claro que es porque Milei no quiere dársela a una provincia opositora.
¿Significa que PBA adherirá al régimen de inversiones que diseñó Federico Sturzenegger? Puede que la solución que intente la provincia sea más compleja que un sí o un no. Por ahora, Augusto Costa, el ministro de Producción, encabeza un equipo de economistas y juristas que analiza alternativas en el mayor hermetismo. Apenas se sabe que están estudiando minuciosamente el régimen de grandes inversiones que tiene la Provincia desde el gobierno de Daniel Scioli.
Mientras, la presencia de Máximo Kirchner el lunes en el acto por los 50 años de la muerte de Juan Perón que cerrará Kicillof también debe ser leída en relación con el buen momento político de Milei. Organizado por Carlos Bianco y Andrés “El Cuervo” Larroque, los dos principales armadores del proyecto de poder presidencial del Gobernador, ese homenaje iba directo a convertirse en otro mojón de la pelea en el peronismo de la Provincia. Ahora, se transformó en una señal de distención, motivada por la necesidad de no entregar una imagen de internismo menor que agigante, por contraste, la victoria legislativa del Presidente.
El faltazo de Massa, que además ordenó a su tropa no concurrir a la quinta 17 de Octubre, en San Vicente, contrasta con aquella foto de acercamiento. Además, a tenor de lo que hará La Cámpora, luce extraña la explicación que dio el líder del Frente Renovador: no querer mezclarse en internismos. Massa tiene excelente relación con Cristina Kirchner, por lo que habrá que ver qué dice la Expresidenta el domingo por la noche cuando dialogue con el streamer Pedro Rosemblat. ¿Habrá otro mandoble para el Gobernador? Algunos apuntan a otra cuestión: ¿querrá Massa el primer lugar en la lista de candidato a diputados nacionales por PBA en 2025 con respaldo de Cristina y Máximo?
Como todo encuentro de su tipo, el del lunes será pródigo en señales. La presencia de Lucía Corpacci (Vice PJ Nacional) y su expresidente José Luis Gioja –propuesto para volver a sumir como prenda de unidad interna- una indicación de que Kicillof no tolerará que lo excluyan de la definición de la próxima conducción partidaria. La de su par riojano Ricardo Quintela, de que sigue inmerso en la pulseada para “romper el corsé bonaerense” y construirse como figura nacional. Y la de Alberto Pérez, el exjefe de Gabinete de Daniel Scioli del que se alejó por su giro libertario, de que es polo de atracción de grupos variopintos y no K del peronismo.
Es la economía
Como muestra de que la economía de todos los días sigue siendo el principal desafío para gobernar una provincia con financiamiento menguado por las políticas nacionales, el gobierno bonaerense deberá ver a los gremios estatales nuevamente a la cara para discutir paritarias. Luego de la “pausa” en los aumentos para asegurar el pago del aguinaldo y de la advertencia del ministro Pablo López de una caída de la recaudación de 1.5 billones (millones de millones) en el primer semestre producto de la recesión, llegará una nueva oferta de aumento. Pero no será en la primera reunión, el miércoles, sino en otra que se harpa después de que se conozca el nuevo índice de inflación. Es que Kicillof intentará volver a “alinear” aumentos de precios y salario, aunque sabe que lo perdido en junio no podrá recuperarse. En el plano privado, por la situación de la industria ligada al mercado interno (la más golpeada por el plan Caputo), la desocupación trepa a casi del 10% en el Conurbano, y de los 114 mil puestos de trabajo perdidos en el primer trimestre, algo más de 110 son bonaerenses.
La advertencia sobre la necesidad de verificar mes a mes la factibilidad de continuar con los descuentos de Cuenta DNI o la ampliación del subsidio a la electricidad, ambas comunicadas esta semana, son ejemplos de cómo Kicillof busca contrapesar con medidas los efectos del plan de Milei y, a la vez, dejar en claro que lo está haciendo. Lo primero es una opción de gestión, lo segundo, una estrategia política, su modo de definirse como opositor.
La furia de Mauricio
En la oposición provincial, la movida más resonante ocurrió en Capital Federal: fue la reunión de Macri con su núcleo de dirigentes afines. El expresidente dijo allí que el respaldo a la Ley Bases y el Pacto Fiscal son el último aval general a Mieli. “A partir de ahora, se negocia ley a ley”, fue la definición. Lo interesante es que para operativizarla eligió el escenario bonaerense, donde libra su batalla con Bullrich, la ministra de seguridad que quiere todo lo contrario de lo que pretende él: acelerar una fusión completa de PRO con La Libertad Avanza.
¿Qué hará Macri? El 4 de Julio colocará al frente de la Asamblea del partido –el órgano que define sus alianzas- a Martín Yeza, exintendente de Pinamar. Yeza ahora es Diputado nacional, al igual que Cristian Ritondo, que asumirá la presidencia del partido tras el corrimiento de Daniela Reich, senadora provincia y esposa del intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, el principal aliado de Milei entre los alcaldes de la provincia. Al igual que con Yeza, la entronización de Ritondo se decidió en el marco de la guerra con Bullrich. Pero Macri, en la reunión, Macri deslizó un estiletazo que tal vez enfurezca a Milei más que su reticencia a un acuerdo: elogió a la vicepresidenta, Victoria Villarruel, a quien consideró una dirigente con “un gran futuro”.
El martes desde las 9, por otra parte, el radicalismo provincial realizará un plenario para intentar definir la fecha de la renovación de autoridades del Comité Provincia, que preside hoy el senador marplatense Maximiliano Abad. La fecha de elección sería octubre, pero la incógnita es otra: ¿habrá lista de unidad entre el oficialismo, el sector que lidera Facundo Manes y el de Martín Lousteau? Muchos apuestan a que sí, pero el acuerdo todavía no se logró. (DIB)