Todo hacía presagiar que lentamente Melincué volvía a convertirse en el centro turístico del sur santafesino por excelencia, como lo fue décadas atrás. Pero el aislamiento social masivo como consecuencia de la pandemia por coronavirus está resintiendo el funcionamiento de sus 12 establecimientos gastronómicos y fundamentalmente al Hotel Casino Resort; principal dador de trabajo de esta localidad ubicada a 120 kilómetros de Rosario y a 60 de Venado Tuerto.
Claro que lo que sucede en Melincué no es distinto a lo que pasa en distintas partes del mundo. Sucede que parece estar signada por los dramas colectivos que la fueron atravesando a lo largo de su historia. Siempre por el mismo hecho vinculado a la crecida de su laguna, a lo que ahora se le suma el Covid-19, que hasta el momento no se asomó en este sector del departamento General López.
Hace tres años, en 2017, quizás la inundación más grave de la historia, el pueblo casi queda literalmente sepultado por el agua de su laguna homónima. La inundación de 2001/02 fue también muy grave y fue desde ese año en que el viejo hotel quedó literalmente bajo agua.
En el año 2005 comenzaron las obras para la colocación de las estaciones de bombeos para la nivelación de la laguna. En 2007 se inauguraron, junto al flamante Hotel Casino, y la reparación de la ruta provincial Nº 90 que luego sería vital para la llegada de turistas; fundamentalmente para visitar el casino.
Todo era color de rosa por aquellos años hasta que llegó el fatídico marzo/abril de 2017. El pueblo, literalmente, casi queda sepultado por las aguas de la laguna. De a poco, y casi como un destino marcado para Melincué, el pueblo fue recuperando su brillo y el 2019 fue uno de los mejores desde el punto de vista económico.
Polo gastronómico regional
La localidad, en la que viven alrededor de 2.500 habitantes, se convirtió en polo gastronómico regional con doce emprendimientos. Porcentualmente es un número altísimo de bares y restaurantes si se tiene en cuenta la población real. Es que los fines de semanas es cuando se suelen quintuplicar la cantidad de habitantes con visitantes que llegan de distintos lugares de la zona.
Hoy el panorama aparece desolado. Sin visitantes. Con los locales nocturnos cerrados. Lo mismo que el Casino; el principal generador de trabajo para alrededor de 200 personas. Todos esperan que la cuarentena termine de una vez por todas para poder amortiguar los casi treinta días de parate.
Sin casino, sin restaurantes
Melincué se venía caracterizando por la multitud de gente que la visitaba todos los fines de semana, pero la pandemia que tiene en jaque a todo el mundo cambio inesperadamente la realidad de este pueblo turístico del sur santafesino, aunque ya está acostumbrado a los hechos inesperados y traumáticos. El presidente comunal Silvio Garbolino tuvo que tomar fuertes decisiones. Incluso las medidas más importantes fueron dispuestas adelantándose a las de nivel nacional y provincial. La primera decisión crítica fue cerrar el Casino, “con todo lo que esto conlleva a nivel económico no sólo para los empleados de la empresa sino también para la comuna, que es la principal receptora impositiva de la casa de juegos”, señaló.
También -como medida drástica- se cerraron los ingresos a la localidad, quedando abierto uno solo y que es controlado por la Patrulla Urbana y la policía local. Los agentes toman la temperatura a toda persona que ingrese a la localidad y se permite solamente el ingreso a proveedores.
De la misma manera, se redujo el horario de circulación en el pueblo, y los comercios abiertos sólo son del rubro alimenticio y las farmacias, que lo hacen de 8 a 15 horas. Además se tomaron medidas higiénicas en los cajeros automáticos limpiando con alcohol una vez que salen e ingresan las personas.(La Capital)