Valeria Luján González, de 28 años que fue asesinada por su pareja Sebastián Cecchetto y su cadáver fue ocultado en el pozo ciego de la propia casa ubicada en las calles 122 y 133 de Batán.
La preocupación por el estado de Valeria surgió después de faltar al cumpleaños de su mamá. El padre la llamó varias veces por teléfono pero cada intento fue en vano. Al hombre le pareció muy extraño ya que Cecchetto le había dicho que ella había salido de casa a las 8.30 del viernes y que tampoco se había vuelto a comunicar con él.
Así, alrededor de las 23.30, el papá de la víctima se acercó a radicar la denuncia por averiguación de paradero a la comisaría octava y lo hizo acompañado del femicida, según revelaron a 0223 desde la Jefatura Departamental de Policía de Mar del Plata.
Minutos después de estar en la dependencia policial, los hermanos de la joven se cruzaron con Cechetto en un boliche bailable y allí se produjo una confrontación. La pareja de la joven se retiró del lugar en su camioneta y, desde entonces, permanece desaparecido.
En ese lapso, el papá de Valeria decidió ingresar a la casa del femicida y, al revisar distintos sectores del domicilio, advirtió la tapa de una cámara séptica interna corrida de lugar. Al levantarla, vio el cuerpo de su hija.
Por su parte, la camioneta en la que escapó Cecchetto fue localizada en Miramar. Todo hace presumir que se tiró al mar desde diez metros de altura pero lo cierto es que el cuerpo aún no apareció, por lo que se realizan una serie de rastrillajes marítimos y terrestres para intentar localizar al femicida y confirmar o no la posibilidad del suicidio.
Aún no trascendieron otros detalles sobre la mecánica del femicidio. La operación de autopsia terminar de esclarecer el triste desenlace de Valeria Luján González. En la causa interviene la fiscal Romina Díaz, de la Unidad Funcional de Instrucción Nº6. (InfoGEI)