Los hechos comenzaron en 2010: un tío obligó a tres pequeños (dos niñas y un varón) de 12, 11 y 8 años a establecer situaciones sexuales. En otros juicios fueron encontrados culpables la pareja de una mujer que abusó de la nieta de la señora y un profesor por acosar a una alumna.
Durante este mes, y luego de varias jornadas de investigación a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 4 que preside Karina Pollice, que se ocupa de temas sobre violencia de género, se llevaron a cabo tres juicios sobre abuso sexual en nuestra ciudad y la zona.
El primero de los hechos que a continuación se detallarán ocurrió en la vecina localidad de Mariano H. Alfonzo, a mediados de 2010, cuando un tío, hermano de la madre de los menores (dos niñas y un varón), abusó de sus tres sobrinos en una vivienda que habitaba detrás de la casa donde residían las víctimas junto a sus padres.
Según figura en la causa, los chicos se quedaban a dormir en la casa de su tío debido a que una de las niñas era ahijada del hombre y tenían mucha confianza. Los sucesos en su mayoría ocurrían los fines de semana. Una de las nenas en ese momento tenía 11 años, la otra 12 y el nene contaba con 8 años. El mayor abusó reiteradamente de los chicos, muchas veces tocándolos y en otras ocasiones los hacía tocarse entre ellos para observarlos. Además, con una de las niñas perpetró una violación con acceso carnal.
Finalmente, una de las pequeñas se animó a contar lo sucedido. Luego de la denuncia los chicos pasaron por la Cámara Gesell y todos coincidieron en la descripción de los hechos con un alto grado de credibilidad; además cuentan los investigadores que los hermanos eran testigos entre ellos de los abusos por parte del tío.
El abusador, que actualmente tiene 58 años, desde el principio de la investigación (2016) estuvo con prisión preventiva y sigue detenido. Hace algunos días el Tribunal integrado por los jueces Danilo Cuesta, Miguel Angel Gaspari y Guillermo Gerlero confirmó la condena de 10 años de prisión de cumplimiento efectivo. La sentencia fue por juicio abreviado y al sujeto se lo encontró culpable de abuso sexual con acceso carnal agravado por calidad de guardador; abuso sexual simple agravado por calidad de guardador y corrupción de menores agravado por ser guardador.
“Abuelo” abusador
El segundo caso que fue a juicio durante este mes ocurrió los primeros días de febrero de 2016, cuando una nena de 6 años iba a la casa de su abuela de visita. La causa señala que la señora de 60 años estaba en pareja con un hombre de 63. Era verano y este sujeto, en los momentos que se quedaba solo con la pequeña (cuando la señora se iba a descansar o realizar mandados), mientras jugaba con la menor en la pileta que tenían en el patio en reiteradas oportunidades le tocaba por debajo de la ropa de baño la zona genital, la besaba en la boca y hacía que tocará su miembro. Además, como generalmente ocurre en estos casos, le pedía a la niña que no le contara a nadie.
La pequeña hizo caso omiso y en su seno familiar reveló la situación que vivía junto a este hombre que se hacía llamar “abuelo”, tras lo cual sus padres realizaron la denuncia.
Según información que surge de la causa que llevó adelante la UFI Nº 4 de Karina Pollice, el reporte que hace la psicóloga del informe de la Cámara Gesell señaló la credibilidad del relato, que además coincidió con los testimonios de las personas a las que la niña les fue contando lo vivido en los días previos a formalizar la denuncia.
A este hombre de 63 años el Tribunal Unipersonal del doctor Danilo Cuesta le otorgó tres años de cumplimiento en suspenso por encontrarlo culpable de abuso sexual simple, reiterado y agravado por calidad de guardador.
Profesor de Rancagua
El tercer caso en cuestión, que tuvo sentencia la semana anterior, ocurrió hace algunos años en la vecina localidad de Rancagua, cuando un profesor del Instituto Comercial Rancagua, de 32 años, fue denunciado por una alumna de 15. La joven indicó que el docente la había manoseado y tocado la cola. Según relata el testimonio de la menor: “Iba con una compañera caminando por el pasillo del establecimiento, cuando diciendo que la campera que llevaba en los hombros se le estaba cayendo, el profesor le manoseó un glúteo ante la mirada de su amiga”.
La adolescente acompañada por su papá hizo la denuncia y explicó lo sucedido en modo, tiempo y lugar. Además declararon otras compañeras de curso y de la institución educativa, que si bien no habían sido abusadas sexualmente por este profesor, sí contaron situaciones que no correspondían al trato que tenía debería tener un docente con un alumno, tales como insinuaciones y frases indirectas (tales como “profe mañana es mi cumpleaños que me va regalar”, señaló una joven y el maestro respondía “de acuerdo a lo que vos me des”).
Próximo al juicio y con el objetivo de llegar a alguna salida alternativa, se realizó una audiencia previa y el profesor con su abogado particular ofreció una suspensión del juicio a prueba. La fiscal Karina Pollice en un primer momento se opuso y luego de hablar con el padre y la víctima, que actualmente tiene 18 años, aceptó. El docente ofreció hacer un curso para informarse y orientarse con todo lo que tiene que ver con el delito de abuso sexual. La víctima aceptó la propuesta del educador y se dispuso -excepcionalmente porque la fiscal luego de la charla con la joven estaba de acuerdo- una suspensión del juicio a prueba y la realización de un curso o varios cursos que tengan que ver con la temática de abuso sexual. Para ello se libró oficio a la Dirección Asistencia a la Mujer y la Familia dependiente de la Municipalidad, porque esta dependencia tiene un psicólogo que trata a los hombres que ejercen violencia.
Cabe recordar que el director del establecimiento en un primer momento decidió apartar a la joven del curso y darle clases en la dirección porque él también era docente de esa materia, mientras el profesor se quedaba con los alumnos en el aula. Sin embargo, cuando la Defensora de Incapaces tomó conocimiento de esta situación, presentó un escrito ante la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires y revirtieron la medida que en un primer momento había decidido aplicar el titular de la casas de estudios de Rancagua y la joven volvió con sus compañeros, mientras que el profesor fue apartado del curso y comenzó a cumplir otras tareas dentro de la institución educativa.(La Opinión)