Los escabrosos detalles del crimen del camionero en Arias

Dos años y ocho meses más tarde del hallazgo del cuerpo de Juan Carlos RomeroMaricel Angiolini fue condenada a perpetua. La mujer fue encontrada culpable del crimen del camionero, cuyo cadáver apareció en el pozo de bombeo de agua de su casa.  

Por primer vez en tiempos de cuarentena se desarrolló un juicio con jurado popular y bajo estricto protocolo sanitario. Con sus tapabocas colocados y sentados a buena distancia en los amplios espacios del auditorio ubicado en el nuevo edificio de Tribunales, compartieron con los integrantes de la Cámara del Crimen de Segunda Nominación la decisión contra la acusada.

Angiolini participó del proceso observando y escuchando todo desde un monitor instalado a tal efecto en la cárcel de Río Cuarto.

Del mismo modo, la amplia pantalla en la sala permitió ver y escuchar a la acusada, a la abogada querellante y a los testigos.

Una historia con detalles espeluznantes se ventiló en el recinto, a medida que los testigos fueron declarando de manera presencial o por teleconferencia.

La mujer, de 1,50 metros de estatura y 45 kilos, trabajaba repartiendo garrafas en Arias. Vivía obsesionada por Romero -a punto tal- que visitaba a un curandero de Venado Tuerto para que «hiciera trabajos» que le permitieran retener al hombre, que era casado y tenía cuatro hijos.

Ya en junio de 2017 retuvo al hombre contra su voluntad, suministrándole drogas -incluso inyectables- que lo mantuvieron dopado por 10 a 15 días. Romero volvió y comentó a sus amigos la odisea que vivió, pero no denunció esos hechos.

El 25 de noviembre de ese mismo año, Maricel se subió a su Volkswagen Suran y se fue a buscarlo hasta Casilda, Santa Fe. Romero accedió al pedido de la mujer y viajó con ella, luego de anticiparle en un mensaje de texto que sería la última vez que se verían.

Unos diez días más tarde, el olor nauseabundo que percibían los vecinos y que provenía del patio de la casa de Angiolini permitió el escabroso hallazgo.

El hombre yacía bajo una estructura de cemento, sobre 43 centímetros de agua y a tres metros de profundidad en el pozo de bombeo de la casa ubicada en la calle San Juan 1.234. Junto al cadáver se encontraban «blisters» de medicamentos, posiblemente los usados para dopar al camionero. Era 7 de diciembre de 2017.

Mientras Angiolini negó la relación con Romero y dijo que no se explicaba cómo el hombre había llegado ahí, su propia hermana, Débora, confirmaba el vínculo con Juan Carlos. Hasta los testimonios de su propio hijo y de su ex marido estuvieron lejos de favorecerla.

Cuando escuchó la lectura del veredicto, desde el monitor se podía ver y escuchar el sollozo de la amante.

Maricel Paula Angiolini, de 45 años, siempre negó los hechos. En la última audiencia, antes de que pasaran a deliberar sobre el veredicto, insistió ante el jurado, tratando de cambiar una decisión que ya se percibía inexorable. Mirando a la cámara lo subrayó enfáticamente: «Yo no hice nada, no me juzguen por algo que no hice! ¡Me quiero ir junto a mi madre! ¡Yo no lo hice, no lo hice!».

Informe de Víctor Rapetti (Cadena 3)