Los diputados nacionales recibieron un aumento del 32 por ciento en sus dietas, lo que dejó sus salarios de bolsillo en torno a los 150 mil pesos mensuales.
Según publica La Nación, se trata de una suba atada a la negociación paritaria de los empleados legislativos, que cerró en 45 por ciento.
Sin embargo, por decisión del presidente del cuerpo, Emilio Monzó, se recortó la última cuota de aumento correspondiente al mes próximo.
Con el incremento, el salario bruto de los diputados nacionales trepó a $ 218.935 mensuales. Está compuesto por la dieta ($198.935) y los gastos de representación ($ 20.000).
Con los descuentos, que promedian los 48.700 pesos, el salario de bolsillo queda en 149.162 pesos mensuales, a lo que se suma un monto extra por desarraigo y gastos de movilidad, que varía según las necesidades y la provincia de origen del legislador.
Desde la Cámara de Diputados indicaron que la suba va en línea con la del salario mínimo vital y móvil y que, además, se ubica por detrás de la inflación.
También explicaron que los diputados y los senadores nacionales no cobran ingresos extras por aguinaldo, título ni por antigüedad, a diferencia de lo que sucede en los otros dos poderes del Estado. «El salario mensual de un legislador nacional es apenas superior al sueldo que percibe un funcionario con categoría de director con una antigüedad de 10 años», compararon.