Muchas mariposas, por su dependencia con plantas nativas que hacen de hospedadoras de sus orugas, están íntimamente relacionadas a las distintas ecorregiones del territorio de la provincia de Buenos Aires y por eso son indicadoras de la pérdida del hábitat de las mismas.
De colores y tamaños distintos, se considera que en toda la Argentina hay más de 1.200 mariposas (sin contar las polillas). Muchas de estas se encuentran en la provincia y su reproducción depende exclusivamente de plantas nativas.
Recientemente el Ministerio de Ambiente provincial sacó un documento sobre mariposas en el que explicó que este insecto se caracteriza “por realizar una metamorfosis completa” y atravesar cuatro estadios: huevo, larva/oruga, pupa/crisálida y adulto, fases que pueden variar según la especie y las condiciones ambientales.
Planta nutricia u hospedadora
El ciclo de vida de las mariposas comienza con la desovación. Los huevos de mariposas, de entre 0,5 y 2 mm, tienen diversas formas y texturas y son depositados por ejemplares adultos en especies vegetales. “Los ejemplares adultos buscan determinadas especies vegetales para desovar. Muchas de ellas son plantas nativas de cada región con las que han coevolucionado”, explica el documento de Ambiente.
En tanto, otro trabajo realizado por la Municipalidad de Ituzaingó, explica que “cada especie de mariposa busca un tipo de planta hospedera o, a lo sumo un pequeño grupo” y “si bien pueden detectarlas desde lejos, si no las encuentran, no depositan los huevos y esto impide desarrollar su ciclo”.
Polinizadoras y algo más
Las mariposas son de los grupos de insectos más importantes en el proceso de polinización para la reproducción vegetal. Asimismo, también son bioindicadores, ya que la merma de estas puede indicar cómo la flora nativa está siendo afectada por distintas actividades.
“Los cambios de uso de suelo, el uso de agroquímicos y la incorporación de especies exóticas invasoras están llevando a una disminución de la población de polinizadores. Esto expone la necesidad de sensibilizar y concientizar sobre la conservación de territorios”, alerta el Ministerio de Ambiente bonaerense.
Cinco para ver en la provincia
La provincia de Buenos Aires está dividida en tres ecorregiones: la Pampeana (que ocupa casi el 75% de la superficie); el Delta e Islas del Paraná, al norte; y el Espinal, al este hasta la zona de Mar del Plata y al extremo sur. Estos territorios se caracterizan por tener diferente flora nativa que distintas especies de mariposas utilizan como hospedadoras.
Mariposa Bandera argentina. De color celeste y detalles en negro, la mariposa Bandera argentina (Morpho episthropus argentinus) es muy llamativa y todo un símbolo de la región. Se la puede ver en verano y en el inicio del otoño.
La Bandera argentina tiene como hospedador de sus orugas al Coronillo (Scutia buxifolia), un árbol nativo de la ecorregión Espinal, que se puede encontrar en los bosques de talares bonaerenses que se distribuyen desde el norte de la provincia hasta la zona de Mar del Plata.
Entre otros lugares, esta mariposa se puede ver en la zona de los distritos de Magdalena y Punta Indio. En este último municipio la Bandera argentina y el Coronillo fueron declaradas especies emblemáticas, mientras que también hay iniciativas para declararlos monumentos naturales nacionales y provinciales.
Zafiro del talar. Otra mariposa llamativa asociada a la flora de la provincia de Buenos Aires es la Zafiro del talar (Doxocopa laurentia). Como su nombre lo indica, las orugas de esta especie se alimentan del Tala (Celtis tala), un árbol nativo también de la ecorregión Espinal de la provincia. Se la puede observar entre la primavera y el inicio del otoño.
La Zafiro del talar tiene una particularidad: en su estado adulto los ejemplares machos y hembras tienen aspectos distintos. Los primeras son negras y tienen franjas azuladas en sus alas, mientras que en las segundas el contraste con el negro son el blanco y el naranja.
El Tala también atrae a las especies de mariposas Zafiro púrpura (Doxocopa kallina), y Ochenta chica (Diaethria candrena).
Mariposa Espejitos. Otra de coloración naranja, pero con manchas negras, es la mariposa Espejitos (Dione vanillae). Las larvas de esta tienen como planta hospedadora al Mburucuyá (Passiflora coerulea), una nativa trepadora de la ecorregión del Delta.
Esta mariposa tiene un vuelo veloz. Su nombre surge del brillo que se distingue en pequeñas superficies de sus alas al reflejar con la luz del sol. Se puede ver durante casi todo el año.
Mariposa Perezosa. La mariposa Perezosa (Actinote pellenea) tiene un tamaño mediano y una coloración amarronada y negra. Las mariposas más viejas de esta especie van perdiendo sus escamas y lucen desgastadas.
El nombre de la Perezosa se debe a su vuelo flameante. En tanto, su planta hospedadora es la herbácea Mariposera (Austroeupatorium inulifolium), una nativa de la ecorregión Pampeana. Las flores de esta también sirven como alimentos para distintas especies de mariposas en estado adulto.
Mariposa Limoncito. De color amarillo suave y tamaño pequeño, la mariposa Limoncito (Abaeis deva) tiene un vuelo rápido y en zigzag. La planta nutricia de su oruga es el Sen de campo (Senna corymbosa), un arbusto que se considera nativo de las ecoregiones Espinal y Delta de la provincia. Se las puede ver entre la primavera y el principio del otoño.
El Sen de campo también es hospedadora de otras mariposas como la Saltarina (Erynnis funeralis), la Lechera grande (Glutophrissa drusilla) y la Febo (Phoebis sennae). (DIB)