En su misiva que hizo pública a través del sitio web del Arzobispado platense, Mestre contó que: “Días atrás, la Santa Sede me convocó a Roma a dialogar sobre algunos aspectos de la diócesis de Mar del Plata luego de mi traslado a la Arquidiócesis de Mar del Plata al ser designado arzobispo metropolitano por el papa Francisco”.
A raíz de “confrontar algunas percepciones distintas con lo acontecido en la diócesis de Mar del Plata desde noviembre de 2023 hasta la actualidad, el papa Francisco me pidió la renuncia a la sede platense”; comentario del cual se desprende que el motivo que tuvo Francisco para desplazarlo, se relaciona con sus críticas por la situación particular de Mar del Plata.
Según se supo, en la diócesis de Mar del Plata se produjeron en el último tiempo una serie de renuncias, como la de Monseñor José María Baliña, al frente de obispado, y posteriormente, la de su sucesor, Monseñor Gustavo Larrázabal. Otra causa podría haberla provocado, el traslado del padre Luis Albóniga a la Diócesis de Jujuy.
La carta de Mestre
Hoy dejo de ser el pastor de ustedes. Quiero decirles que he sido muy feliz estos ocho meses y medio y por eso se los agradezco de corazón. He disfrutado de cada encuentro con los laicos y laicas de todas las edades, con los consagrados y consagradas, con los seminaristas, diáconos, presbíteros y obispos auxiliares. ¡Gracias por hacerme sentir en casa! ¡Gracias por los gestos de delicadeza y amabilidad en cada una de las visitas! ¡Gracias por invitarme a ser parte de sus vidas! Realmente pude experimentar la diversidad y profundidad de la fe en Dios de muchos de ustedes, fe comprometida que me edificó y enriqueció más de una vez.
Me duele partir, me duele dejarlos como pastor de esta Iglesia Particular que peregrina en La Plata, pero estoy seguro de que Dios tiene planes mucho mejores que hoy no puedo terminar de descifrar. ¡Confío en el Señor porque Cristo es nuestra paz (Ef 2,14)! Los llevaré siempre en mi corazón, rezaré por ustedes y los confío a la protección de la Bienaventurada Virgen María y la intercesión de la Beata Ludovica y el Beato Eduardo Pironio, para que puedan preparar esta nueva etapa en la espera del nuevo pastor que el Señor les regalará a través del querido Papa Francisco.
Los abrazo fuerte en Jesús el Buen Pastor, con el afecto y el cariño de siempre. (InfoGEI)