Hasta hace algunos años el sobrepeso y la obesidad eran considerados un problema de los países desarrollados, pero este escenario cambió y la epidemia se extendió a una velocidad alarmante a otros países. Asimismo, el exceso de peso dejó de ser exclusivo de los adultos y cada vez más niños comenzaron a convivir con este problema de salud.
Según los últimos datos de la OMS de 2019, en los niños de cero a cinco años, el exceso de peso alcanza el 13,6%.
A nivel mundial, más de 42 millones de niños menores de cinco años tienen sobrepeso u obesidad, y se prevé que esta cifra aumente a aproximadamente 70 millones para 2025 según las tendencias actuales. Asimismo, un reciente informe de la OMS establece que, si no se toman medidas concretas para cambiar la realidad actual y futura, para 2030 el 27,2% de los niños entre cinco y nueve años tendrá obesidad.
En este contexto, la Argentina presenta el mayor porcentaje de obesidad infantil en niños y niñas menores de cinco años en la región de América Latina con un 7,3% de prevalencia, según la Base de Datos Global sobre Crecimiento Infantil y Malnutrición de la OMS.
Y si bien los niños sufren las consecuencias del sobrepeso (hipertensión, insulinodependencia, hígado graso, enfermedades que hasta hace un tiempo eran únicamente de los adultos), otro de los aspectos que más preocupa es que un niño con obesidad tiene muchas chances de seguir siéndolo en la edad adulta. (InfoGEI)