En un reporte emitido por el Comité de Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a raíz del informe socio-ambiental sobre Argentina presentado la semana pasada por el médico Damián Verzeñassi, se resaltó la preocupación del organismo internacional por la situación ambiental del país y se exigió al Estado actuar en forma preventiva. La exposición de Verzeñassi, titular del Instituto de Medicina Socio-ambiental de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario, fue en la 64ª reunión del Comité de la ONU donde habló sobre la experiencia de los campamentos sanitarios realizados en 36 localidades santafesinas, bonaerenses y entrerrianas
Tras ello, esta semana desde el organismo multilateral emitieron un reporte donde el Comité se manifestó «muy preocupado por el aumento en el uso de pesticidas y herbicidas, que incluyen glifosato, a pesar de los graves impactos adversos a la salud y al medio ambiente de muchos de ellos, en especial del glifosato, señalado como probablemente carcinógeno por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (Iarc) de la Organización Mundial de la Salud».
En su exposición, el médico y docente se refirió a las conclusiones de los campamentos sanitarios donde se evidencia la relación directa entre las enfermedades que padecen los pobladores de las localidades evaluadas y el modelo agroindustrial contaminante que allí predomina.
«Ojalá este reconocimiento que me toca vivir como representante del equipo de la UNR sirva para que las autoridades comprendan que nuestro trabajo no es contra ellos, sino a favor de los pueblos, y se retomen diálogos necesarios y urgentes para avanzar en la defensa de la salud de las comunidades», confió el investigador a LaCapital.
Glifosato y prevención
En la sección de «Agricultura, medio ambiente sano y salud» del mencionado reporte se indicó que «el Comité recomienda al Estado parte que adopte un marco regulatorio que incluya la aplicación del principio de precaución en cuanto al uso de pesticidas y herbicidas dañinos, en particular los que incluyen glifosato, para prevenir los impactos negativos en la salud por su uso y en la degradación del medio ambiente. El Comité remite el Estado parte a su observación general número 14 (del año 2000), sobre el derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud».
En conceptos generales, el reporte es muy duro con el Estado argentino, especialmente porque evidencia el incumplimiento de su parte en cuanto al respeto por los derechos económicos, sociales y culturales que forman parte de los derechos humanos.
Asimismo, la ONU realiza una serie de recomendaciones sobre la necesidad de fomentar la agricultura familiar, generar estadísticas serias, respetar los derechos de los pueblos originarios y, entre otros, de aplicar el principio precautorio para resguardar la salud de la población ante el incremento del uso de pesticidas, especialmente del glifosato.
«Es Naciones Unidas quien escuchó nuestro informe sobre ambiente y salud relacionado con el tema de los agrotóxicos y la que realizó recomendaciones específicas y concretas sobre el tema. Esto además despeja todo tipo de dudas sobre la seriedad y validez de nuestro trabajo en los campamentos sanitarios», indicó Verzeñassi.
Universidad pública y servicio
«Haber sido escuchado por el Comité, como representante de todo el equipo del Instituto de Medicina Socio-ambiental de la UNR, vuelve a poner a la universidad pública en el lugar donde tiene que estar que es al servicio de la comunidad, al lado de quienes la sostienen y construyendo la información que permita que el mundo sepa lo que está ocurriendo y habilitando que se tomen las medidas necesarias para cuidar la salud de la gente».
Por otra parte, el facultativo consideró que «el impacto que tendrá este reporte en el país dependerá de la capacidad que tengamos las academias y los organismos sociales en utilizarlo. El gobierno nacional quizás pueda desoír las recomendaciones, con todo lo que eso significa, pero aun así ni el gobierno ni los defensores del modelo de producción a base de venenos podrán seguir diciendo de este es inocuo y que nuestro trabajo no es serio».
«Es la ONU, a través del Comité de Derechos Humanos, la que ha reconocido que la situación de los pesticidas y su relación con los problemas de salud es una violación a los derechos humanos y que es el Estado quien debe empezar a garantizar que estas cosas dejen de ocurrir», resumió Verzeñassi.
El investigador también disertó sobre el tema ante el Parlamento Europeo en la ciudad de Bruselas, y participó en Ginebra de un trabajo en la Sociedad de Científicos Críticos de Suiza con la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (Iarc por sus siglas en inglés), que fuera el trabajo por el cual fue reclasificado el herbicida glifosato como probable cancerígeno humano.
Recordamos los Resultados
Recordemos que algunos campamentos se realizaron en escuelas, centros de jubilados, municipios, comunas, y ministerios. Las localidades cubiertas por los campamentos sanitarios fueron Santa Isabel, Murphy, María Teresa, San Gregorio, Villa Cañás, Bovril (Entre Ríos), Bouquet, María Susana, Wheelwright y Totoras entre otras-.
“Las formas de producción que hemos instalado en nuestra región están teniendo un peso importante no sólo en la ganancia económica de algunos, sino también en la forma en que nos enfermamos y morimos”, describe Verzeñassi, quien asegura que en los últimos 15 años se modificaron los indicadores de salud de todas las comunidades relevadas. Los principales problemas que padece la población son hipertensión y diabetes, lo que coincide con el promedio a nivel nacional. Pero también apareció con fuerza algo que todavía no se registra en la estadística oficial: los problemas endócrinos, principalmente de la glándula tiroides. “Identificamos en estas poblaciones, que viven en general a menos de 500 metros de las áreas donde se fumiga un cambio en la forma de enfermar, y un incremento notable del hipotiroidismo, de enfermedades crónicas respiratorias y dermatológicas”, sindica.
Según el especialista, la pérdida de embarazos es otra de las cifras que ha aumentado en todas las localidades, en muchos casos duplicándose cuantitativamente en los últimos 10 años. “El impacto es muy importante como para desatenderlo”, remarca Verzeñassi. El especialista sostiene que ha quedado de manifiesto que quienes viven en áreas más próximas a las fumigaciones, presentan mayor cantidad de problemas de salud que los que viven más lejos. “Entendemos que el Ministerio de Salud provincial debería tener una participación mucho más activa”, reclama.
(La Capital)