La Fiebre Hemorrágica Argentina o “Mal de los Rastrojos” es causada por el virus Junín y suele estar presente en algunas especies de roedores silvestres que presentan infecciones crónicas sin síntomas, con eliminación del virus, particularmente por la saliva, que contagia a roedores sanos y contamina el medio ambiente, a partir del cual el hombre se infecta accidentalmente
Los casos pueden producirse durante todo el año, aunque se observa un mayor número de ellos en otoño e invierno.
A modo de prevención, es necesario mantener una higiene cuidadosa, principalmente de las manos y cambio de ropa, cada vez que se hayan frecuentado zonas con roedores. También se recomienda no introducir tallos, hojas o granos en la boca, no acostarse sobre bolsas o en el suelo, comer y dormir en habitaciones limpias y usar calzado cerrado.
Se incluye, además, la necesidad de mantener desmalezados los alrededores de la vivienda rural, para evitar que las lauchas se acerquen a ella, disponer de lugares libres de maleza para los juegos de niños y no destruir la fauna depredadores de roedores tales como lechuzas, lechuzones, chimangos y gatos.
El papel de los juninenses
En Junín y zonas fueron observados y estudiados casos de la Fiebre Hemorrágica Argentina antes de 1953. Se recopilaron datos clínicos y en especial de laboratorio, imputándosele a una virosis, distinto al gripal, la etiología de esta enfermedad. El mes de mayo de 1958 es el mojón indicador, pues ese fue el momento en que científicos de se vieron alertados por el brote epidémico de enfermos aparecidos en el área de la localidad de O´Higgins
Bajo la dirección del profesor Héctor A. Ruggiero, se convocó al titular de la cátedra de Enfermedades Infecciosas, profesor Humberto Rugiero, además de otros dos expertos: Daniel Greenway y Armando Parodi. Todos ellos, junto a profesionales de Junín y O´Higgins, realizaron el 8 de junio de 1958, en el Círculo Médico, la primera reunión en el país para el estudio e investigación de esta nueva enfermedad.
El Círculo Médico de Junín fundó, en 1958, el Centro de Investigaciones y Tratamiento de la FHA, bajo la dirección de Héctor A. Ruggiero, e integrada por los doctores Alberto Cintora, Fernando Pérez Izquierdo, Clemente Magnoni y Héctor A. Milani. El grupo trabajó junto a la Comisión de la Facultad de Medicina de Buenos Aires, en forma permanente.
El gran nivel académico quedó reflejado cuando el Dr. Héctor Milani descubrió en el sedimento de la orina un tipo de células (luego se llamarían “Células Redondas de Milani”), que con el estudio hematológico, en especial el recuento de leucocitos y plaquetas, estas últimas con método propio del autor, son pilares para el diagnóstico.
El 19 de diciembre de 1958, en la Facultad de Medicina de Buenos Aires, Alberto F. Cintora, presentó un trabajo sobre la FHA, junto con Humberto Rugiero, Héctor A. Ruggiero, Daniel Greenway, Armando Parodi, Clemente Magnoni, Héctor Milani y Rosario Locicero, donde se fijaron conceptos sobre etiología, clínica, fisiopatología, anatomía patológica, laboratorio y tratamiento, incorporándose a la medicina un nuevo capítulo en la especialidad de Enfermedades Infecciosas.
Un día después, el Dr. Julio Barrera Oro se autoinocula el Virus Junín, y la Comisión Nacional del Ministerio estudia en él la reproducción de esta enfermedad en el humano. Por ese entonces, moría el 25 por ciento de los afectados a este flagelo.
También en 1958, el Centro de Investigaciones y Tratamiento de la FHA de Junín descubre el tratamiento con plasma de convaleciente y comienza el estudio de su efectividad y la practicidad de su aplicación.
En 1969 se vacuna en Junín a 71 voluntarios, demostrando la formación de anticuerpos y su inocuidad. La experiencia se amplía posteriormente con otros 200 voluntarios, incluyendo núcleos de campo hasta llegar a 636, con el mismo resultado.
Luego el Dr. Julio Isidro Maiztegui (foto), llevó adelante el ensayo clínico que probó la eficacia del plasma inmune para el tratamiento de la enfermedad; también puso en marcha el laboratorio y el resto de los proyectos que dieron forma al Instituto.
La situación hoy
El sábado pasado, el gobierno santafesino alertó sobre el peligro que acecha a su programa de prevención de la Fiebre Hemorrágica Argentina (FHA). Por estos días, los profesionales del Instituto Maiztegui advierten que, si la administración nacional continúa restándole fondos, éste será el primer año en el que no podrán proveer la vacuna contra la enfermedad.
Cabe destacar que el Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas “Dr. Julio I. Maiztegui”, es el único laboratorio que la produce en la Argentina y en el mundo. Y Santa Fe es la provincia que más casos de infección contabiliza en el país, por su ubicación geográfica y la centralidad agropecuaria de su matriz productiva.
La vacuna está en el calendario nacional desde 2007 y todo habitante mayor de 15 años y menor de 65, que viva en la región endémica, debe colocarse una vez la vacuna contra la FHA. Con eso estará protegido de por vida. Fuera de Santa Fe, las restantes zonas endémicas están en las provincias de Buenos Aires, Córdoba y La Pampa.(LA VERDAD)