La dura realidad de las mujeres presas

La jueza Graciela Angriman presentó un informe sobre la alarmante situación de las cárceles de mujeres de la provincia de Buenos Aires. Maltratos, abusos, pobreza y falta de información oficial.

Como resultado de su tesis doctoral, la jueza Graciela Angriman publicó el libro Derechos de las mujeres, género y prisión, de 600 páginas, donde reveló historias de mujeres que viven en prisión con sus hijos, de muchas que fueron abandonadas por sus familiares y de las que sufrieron abusos y no pueden denunciarlos.

Durante el proceso de escritura se reunió y entrevistó a cientos de presas y, durante años, recorrió personalmente los penales de mujeres de la provincia de Buenos Aires. Ante la falta de información oficial, Angriman creó su propia base de datos que arrojó que la mayor parte está presa por delitos menores vinculados a la ley de estupefacientes y que los programas de reinserción laboral para internas apuntan exclusivamente a las tareas domésticas.

También mostró que las mujeres sufren abandono de sus familias y parejas por la lejanía y la pobreza y esto les impide el acceso a productos de primera necesidad. Además, temen mandar a sus hijos a los jardines maternales de las cárceles, porque son víctimas de maltrato, casi no tienen acceso a métodos anticonceptivos, no existen programas de rehabilitación de drogas y no se promueve la erradicación y prevención de la violencia de género.

Según las estadísticas, la mayor parte de la población femenina se encuentra detenida por infracción a la Ley de Estupefacientes (el 31%), seguida por las detenciones por robo (26%); y los homicidios (21%). (Judicial)

«El poder penal y el de género tienden a reubicar a la mujer dentro de los roles y cualidades fijados por el patriarcado», explicó Angriman, titular del Juzgado Correccional N° 5 de Morón y añadió que «la cárcel fija a fuego y con rejas de hierro las construcciones estereotipadas de género».

Por su parte, desde el gobierno de María Eugenia Vidal admitieron que no existen cifras oficiales y, por ello, están trabajando en un «legajo virtual único y en una encuesta penitenciaria, que permitirá contar con información cualitativa».Agregaron que no recibieron denuncias formales sobre maltratos en los jardines y que «se difunden programas» de métodos anticonceptivos