La deuda interna colonense sigue creciendo y es imparable

El intendente Ricardo Casi sigue su periplo político por distintas líneas del peronismo, y acompasada  con sus viajes sigue creciendo la “deuda interna” colonense.

Es difícil enumerar las problemáticas  que no han tenido soluciones pese a que se gastaron millones de pesos en solucionarlos y teniendo el más alto presupuesto por habitante de la Provincia.

El abastecimiento del agua de red a numerosos barrios sigue en rojo. El sistema  centralizado actual se debe cambiar. Solo basta indicar que el viejo tanque de agua de calle 23 y 42 hace más de cincuenta años que no se limpia. Tampoco no hay válvulas de cortes sectorizadas para que los 25 mil habitantes no sufran su escasez por una rotura de caño. Ni hablar de la calidad del agua. Un colonense que puede (hay muchos que toman el agua de la canilla por obligación económica) gasta entre 600 y 800 pesos mensuales en agua purificada de más de siete empresas que la ofrecen (La más alta Tasa Municipal indirecta que paga el 70 por ciento de la población).

Pero esto no es todo. Después de 15 años de economía  municipal con «vientos de cola» con la más alta coparticipación de la provincia de Buenos Aires por habitante, ATN del Ministerio del Interior y subsidios del Gobierno Nacional,  seguimos teniendo una planta de tratamientos de residuos cloacales que no funciona, volcando los desperdicios al Canal Colón y contaminando como nadie la Cuenca del Río Arrecifes.

El Basural a cielo abierto, es el mayor monumento a la desidia a nivel local e inapropiado para una ciudad moderna. No hay término cumplido del fallo de la Justicia Administrativa que obligada a ciertos arreglos.

Los perros de las calle con gastos  que  pueden llegar a cinco millones de pesos a través de los años y que siguen costando dinero con accidentes de tránsito con secuelas a las víctimas físicas y sicológicas, además del costo económico en el área salud y horas caídas de trabajo, es un agujero «muy negro» en esta administración.

El tránsito sin un plan preventivo a corto, mediano y largo plazo es una materia pendiente que cuesta vidas y secuelas físicas. Solo basta calcular como “sangra” el Presupuesto Municipal con un choque en una esquina entre dos autos o un auto y una moto, en policías, ambulancias, medicamentos, internaciones, médicos, enfermeros, daños en los autos, abogados, fiscales, jueces etc, etc. Incalculable. En Colón tenemos un accidente de tránsito por jornada y esta semana en dos días hubo seis accidentes.

También podemos agregar la ausencia de forestación y barreras forestales para proteger a la ciudad de la contaminación ambiental (fumigación,  granza de las plantas de silos, tierra que se levanta). Las   cortinas forestales en hileras de árboles sirven para formar una barrera que nos protejan en la dirección predominante del vientos.

Los uniformes de los empleados municipales son invisibles. Si vemos pasar  a los recolectores de residuos domiciliarios sin la protección adecuada, nos dará el enfoque justo de este abandono.

Por otro lado, existen trabajadores comunales que deben figurar con tareas insalubres y en el municipio. Sin embargo  este rango no existe y  no se entiende  tratándose de un municipio justicialista. O acaso  se habla por izquierda y se actúa en la economía por derecha.

La deuda de una página web que el Municipio  debe realizar por  imperio de la Ley 12.475 de Acceso a la Información Pública , debemos decir que Colón está entre las comunas ausentes. Sus funcionarios  ni siquiera tienen presentado un proyecto sobre el tema. Allí debería estar la lista y sueldo de empleados municipales, todo la información sobre las licitaciones, subsidios, declaración jurada de los funcionarios, inventario de los bienes municipales, proveedores etc, etc. La lista interminable de  la “deuda interna colonense” sigue en un camino ancho y muy largo y será tema de otra nota periodística. La Política  es mucha más amplia que “viajar” buscando un “puestito”. El buen trabajo comienza por casa y los hombres políticos deben  buscar el bien de la ciudad y no el particular. Menos aún con el dinero público.