( Por Victor Calvigioni) Uno de los alimentos fundamentales en la mesa de los argentinos son los cortes de la carne vacuna y se puede lograr que llegue a los sectores más necesitados. Se debe entender que es un nutriente por su valor proteico que no debe escasear, sobre todo en los niños y adolescentes.
El ganado vacuno es un almacén ambulante que desde los frigoríficos da vida a decenas de industrias que fabrican centenares de productos que se utilizan en la vida diaria.
La dos medias reses con sus cortes (lomo, peceto, asado, puchero etc.) es la parte visible de un vacuno.
Sin embargo, en el procesamiento del animal vacuno en los mataderos y frigoríficos, las ganancias económicas son cuantiosas.
Los subproductos son múltiples y de igual o mayor valor económico que las dos carcazas que se bajan en las carnicerías o que despostan para llenar con sus cortes las góndolas de los grandes supermercados o las bodegas de los barcos.
En este sentido, podemos afirmar que existen más de 700 subproductos, como jabones, lubricantes, detergentes líquidos, glicerina, aceites biodegradables, alimentos para perros, harina de carne, suturas quirúrgicas y heparina
En repostería, postre y alimentos para niños y personas enfermas como la gelatina, cremas de belleza, manteca comestible, harina de carne, insulina, agentes de limpieza, productos para mejorar los colorantes y pinturas.
En otro orden, ácido cólico, ácido dehidrocólico y el desoxicolato de sodio, los cuales poseen una acción terapéutica como agentes hepatoprotectores, lipotrópicos, digestivos, coleréticos y colagogos.
También se utiliza los subproductos para procesar azúcar de mesa y vinos blancos (blanquearlos).
En tanto, la glucosamina, el sulfato de la condroitina se ha convertido en un suplemento dietético ampliamente utilizado para el tratamiento de la osteoartritis.
Por último, indicamos que se puede obtener abonos, filtros de autos, zapatos, zapatillas-entre elementos útiles para la vida diaria.
En este contexto, los frigoríficos sobre todos de exportación podrían comercializarlos cuartos delanteros y traseros, con cortes como peceto, cuadril, bifes angostos, bifes anchos, aguja, bola de lomo, carnaza de cola, nalga, matambre, asado, vacio, lomo y arañitas.
En tiempo de pandemia y solidariamente destinar para los sectores menos pudientes y necesitados, cortes como azotillo, parte de la aguja, brazuelos, osobucos y en achuras hígado, corazón, riñones y centro de entraña.
El “pacto” entre el Estado Nacional y los frigoríficos no es difícil llevar a cabo y para controlar su cumplimiento solo hace falta destinar 120 técnicos y 30 móviles, utilizando el “mapa” creado en 1990, por la ex Junta Nacional de Carnes con el sistema de rotación y visitas de los Inspectores cada tres o cuatro días.
Se debe tener en cuenta que el 3 de abril subrayamos “En poco meses cada pueblo peleará por “el pan nuestro de cada día” y los gobiernos deberán estar preparados para soportar los embates de esta pandemia. Ya no alcanzará con el alcohol, el aislamiento y una hipotética vacuna. El virus parece un “arma perfecta” e indescifrable. El año y medio que se requiere parece no alcanzar. Los grandes centros financieros lo único que no pueden adquirir con sus simuladores de “dinero” es el tiempo, tan intangible como el propio coronavirus. Es urgente de llevar a cabo una economía de supervivencia.
Los gobernantes deben olvidarse de la ortodoxia y la heterodoxia económica pregonada en enfrentamientos estériles. En este sentido, se debe tener presente como nunca antes y en este nuevo diseño de la “economía de supervivencia” al ex ministro Aldo Ferrer y el siempre vigente “Vivir con lo nuestro”.
El 10 de abril argumentamos “El 2020 se estrenó de la mano de un enemigo invisible que ataca nuestras libertades más preciadas y nos obliga a encerrarnos como único herramienta de combate.
Por los daños que viene realizando en vidas humanas es la tercer guerra mundial. La esperanza podría resumirse en pocas palabras “La humanidad para salir de la pandemia debe ofrecer disciplina, sacrificio y solidaridad de todos los sectores”.
* Victor Calvigioni: Experto Agrario, Agrónomo General, Técnico Superior en Administración de Empresas, Tipificador y Clasificador de Ganado y Carnes.