En medio de la expectativa electoral, el secretario de Actuación Electoral de la Cámara Nacional Electoral (CNE), Sebastián Schimmel, ha enfatizado la imposibilidad de alterar los datos una vez concluido el proceso electoral. Este pronunciamiento se basa en el robusto sistema de controles establecido por la ley, destinado a salvaguardar la integridad del proceso democrático.
Schimmel destacó que la seguridad del acto electoral reside en la participación de autoridades de mesa, fiscales y un estricto control de trazabilidad de la urna. El «acta de escrutinio» y el posterior «control de la trazabilidad» forman parte de una serie de procedimientos que garantizan la transparencia del proceso.
Es esencial comprender que el escrutinio provisorio realizado el día de las elecciones no tiene validez legal, siendo meramente informativo. El escrutinio definitivo, llevado a cabo por las Juntas Electorales en los 24 distritos del país, inicia 48 horas después de las elecciones. Esta descentralización asegura una mayor transparencia, ya que cada junta está compuesta por tres jueces y supervisada por los partidos políticos.
Schimmel subrayó la complejidad del escrutinio final, que varía en duración según la cantidad de mesas en cada distrito. Provincias con un gran número de mesas, como Buenos Aires, pueden experimentar demoras significativas. Según estimaciones, el proceso podría extenderse de 5 a 6 días en condiciones normales, pero incidencias como la apertura de urnas podrían prolongarlo hasta 10 o 12 días.
En un llamado a la paz y la participación ciudadana, Schimmel recordó la importancia de esta elección, marcando los 40 años de democracia recuperada en el país. Además, instó a los ciudadanos a votar en tranquilidad y, si es posible, llevar consigo la boleta desde casa.(Pergamino Virtual)