Junin: La historia de Mateo Carbajal, el pequeño atleta no vidente que emociona por su fuerza

Este sábado fue un día imborrable en la vida de Mateo Carbajal. Este pequeño atleta no vidente participó por primera vez en una competencia que se realizó en Los Toldos, ciudad cabecera del distrito de General Viamonte . Pero este hecho es sólo el pequeño capítulo de una gran historia.

 

Mateo tiene ocho años y el primer obstáculo que tuvo se le presentó a los cuatro días de vida, cuando una bacteria hospitalaria le generó el desprendimiento total de sus retinas. A partir de ese momento, su realidad y la de su familia se transformaron por completo.

Pero el destino le guardaba sorpresas. Mateo creció en un contexto familiar repleto de amor y acompañamiento; y es ahí donde Estefanía y Brian, sus padres, cumplieron un rol clave. En su paso por el jardín de infantes, el pequeño comenzó a dar señales de una inmensa fuerza de voluntad. Esa característica se confirmó cuando comenzó la primaria y mucho más cuando arrancó a practicar deportes.

La actualidad lo encuentra con una gran motivación. En los últimos dos meses, este pequeño atleta se estuvo preparando junto al guía Walter Nuozzi para participar de la carrera en Los Toldos.

Entrevista con Democracia

Estefanía, la mamá del pequeño guerrero, en una entrevista con el diario local, Democracia, contó la historia de su hijo Mateo.

¿Cómo surge el interés de Mateo por el atletismo?

– Él iba a fútbol hasta que por intermedio de la directora de la escuela 29, Marisa Larroca, lo conocimos a Walter (Nuozzi) y así comenzó a entrenar. También hace kempo. Pero hoy en día, Mateo disfruta mucho ir a entrenar con Walter, quien siempre se mostró muy predispuesto. El tiene una paciencia y un corazón enorme. Lo ayudó mucho porque Mateo estaba mucho tiempo en casa y ahora sale, vale a entrenar. Todo esto lo ayudó mucho a sociabilizarse. Es como que en algún punto todo esto le cambió la vida, gracias a dios.

– ¿Cual es la discapacidad de Mateo?

– Tiene desprendimiento de retina en sus dos ojos. No fue de nacimiento. A los cuatro días de haber nacido lo agarró una bacteria en el hospital que estaba internado, en Buenos Aires, y le comió parte de los dos ojitos. A los tres meses le hicieron una operación, en uno de los ojos, pero se volvió a desprender la retina y no dio resultado. Y bueno, hoy es un nene no vidente.

– ¿Cómo siguió su vida?

– Por suerte lo más normal posible. Fue al jardín y a la escuela solito, nunca necesitó de una maestra integradora, ni nada. Nunca se lastimó y siempre se pudo manejar muy bien. Le gusta andar en bici, en rollers, no tiene miedo. La verdad que Mateo va al frente.

– ¿Cómo vive el hecho de que vaya a intervenir en esta competencia?

– Con muchos nervios porque todo esto es muy nuevo para nosotros. Pero bueno, por Mateo estamos y nos armamos de fuerza. Es muy emocionante todo. Sinceramente, no pensábamos que íbamos a estar viviendo esto que es tan lindo.

– ¿Cómo es él?

– Es un chico re independiente, hoy más sociable, compañero y muy valiente. Este momento para nosotros es muy importante y se lo tenemos que agradecer, en gran parte, a Marisa (directora) porque ella nos puso en contacto con Walter. A Walter también, porque él, con su trabajo, hizo que Mateo se sienta más confiado y esa seguridad también la notamos nosotros en la familia. Así que para nosotros lo que está pasando es importantísimo.

– ¿Cómo estableces vínculo con Mateo?

– Esto es el resultado de una suma de voluntades. Yo hace tres años que pertenezco a una fundación en Buenos Aires que se llama Ojo de Águila y que está conformada por un grupo de guías de atletas con disminución visual. La mayoría de las carreras de esta modalidad se concentra en Capital Federal y muy pocas en el interior de la provincia, entonces la idea es expandirnos. Le comenté a un amigo personal, que es concejal, Marcelo García, que tenía ganas de hacer algo en Junín con este tema y él me contactó con Karina Sánchez (directora de Discapacidad); y ahí empezamos a diagramar un trabajo que está relacionado con la discapacidad y el deporte.

– Es decir que Mateo sería uno de los primeros atletas del proyecto acá en Junín.

– Exactamente, ya están participando varios, a nivel nacional son conocidos Fernando Sosa y Pablo Redondo; y Martín Kremenchuzky que sería el principal exponente. Hace poco Martín vino a presentar su libro (Confianza Ciega) en Junín y en ese marco también dio una charla en la que estuvieron presentes Mateo (8) y otro chico de Junín que se llama Ezequiel (10). Al escuchar a Martín los chicos se motivaron muchísimo y ellos decidieron comenzar a participar. Nosotros hablamos con los padres y el contexto familiar de los dos chicos mostró mucho interés y mucha predisposición. En el caso de Mateo, sus padres, Estefanía y Brian, lo acompañaron desde el primer momento y muy rápidamente comenzamos a entrenar en el parque Borchex.

– ¿Cómo son los entrenamientos?

– Nosotros somos guías, cumplimos la función de un GPS para los atletas. Ellos dependen de nuestros ojos. Sabiendo eso se planifican los entrenamientos y las participaciones en las competencias. Hoy, Mateo tiene un entusiasmo enorme, está muy contento y tiene muchas ganas de participar. Eso ya es un logro enorme para nosotros. Es el primer atleta de ocho años que compite en la provincia de Buenos Aires con esa edad. En los registros oficiales no figuran participantes de las características de Mateo. Es decir que, sin saberlo, él está haciendo historia. También es el más chico de nuestra fundación.

– ¿Cómo describirías la relación con él?

– El vínculo que se establece es muy especial, no sé si te lo podría describir con palabras. Te puedo asegurar que él me enseña muchas cosas. Entre las satisfacciones que te da este trabajo, que dicho sea de paso es ad honorem, está la alegría de compartir el crecimiento de los deportistas. En el caso de Mateo, él era un chico muy tímido y hoy está cambiando mucho, está más desinhibido y en lo deportivo ha mejorado también. Hace dos meses que nos estamos preparando para esta carrera que para él será la primera.

– ¿Cómo surge su vocación?

– Hace tres años fui a Mar del Plata a participar de una maratón y ahí conocí Ariel Scavo, quien es el director de la fundación Ojo de Águila. Ahí lo vi junto a un chico ciego, me acerqué a hablar con ellos y la verdad que me atrapó la idea. Así que me comprometí, empecé a viajar y a instruirme como guía de estos atletas. El apoyo de mi familia, mi señora y mis dos hijos, ha sido fundamental. Es una alegría enorme para mí. No hay dinero que represente el abrazo y el cariño de los atletas. Ni hablar en el caso de Mateo, la relación que tenemos es muy linda, de mucha confianza, tenemos permanente comunicación y es una satisfacción enorme para mí poder acompañarlo en su primera carrera. (InfoGEI)