(Por Manuel Tejo, de la agencia DIB. )Son fósiles de animales extintos hace varios miles de años atrás los que se encuentran asiduamente en el distrito bonaerense de Junín. Las piezas llegan a las 2 mil entre las expuestas en el Museo Municipal Paleontológico (Mumpa) y las almacenadas, pero cada vez que el río Salado tiene una gran crecida y luego una gran bajante aparecen más restos.
El Museo Municipal Paleontológico “Legado del Salado” está emplazado en el Parque Natural Laguna de Gómez, en las afueras de Junín. En ese sector se encuentra también el yacimiento fosilífero del río, en donde se han hallado restos fósiles de animales de la megafauna como el Stegomastodon, la Macrauchenia, el Gliptodonte y el Smilodon (tigre diente de sable), entre otros.
“El yacimiento de Junín es muy rico en el sentido de que aflora mucho material, muchos restos fósiles y de varios géneros y varias especies”, le contó a DIB el director del Museo “Legado del Salado”, José María Marchetto. Y agregó: “Como el río Salado ya existía cuando estaban estos animales (obviamente tenía otro cauce, otro caudal), como cualquier otro animal, estos desarrollan su vida en un lugar cercano al agua”.
El río Salado atraviesa gran parte del territorio provincial, desde el sector noroeste en el límite con Santa Fe hasta desembocar en la bahía de Samborombón del Río de La Plata. El yacimiento paleontológico se encuentra en el tramo que une a la Laguna de Gómez con la llamada El carpincho, bordeando la ciudad de Junín. “Los sectores donde aflora material abarcan unos 9 kilómetros”, explicó.
El boom fosilífero
Marchetto le señaló a DIB que se han encontrado fósiles en esa zona del río Salado durante el siglo XX de manera más aislada y relaciona las apariciones en grandes cantidades de los últimos años a las obras realizadas sobre el cauce.
“Cuando empezó a aflorar en mucha cantidad fue a partir de la canalización. Creo que ese sería un factor determinante por el cual en esta zona aparece tanta cantidad de material”, afirmó.
En tanto, advirtió que actualmente cuando el río sube y vuelve a bajar aparecen más fósiles. En este sentido, explicó: “Cuando más afloramiento de material hubo fue luego de la gran crecida del río de 2017, que casi se desborda. En 2018 pegó un bajón de golpe y ese bajón del agua removió tierra. Ahí apareció muchísimo material de golpe y piezas relevantes”.
“En el río hay mucho material. Cada vez que hay una creciente y una gran bajante aparece material nuevo. Se rescata lo que es relevante y después no ves por un tiempo nada hasta que vuelve a haber una gran crecida y una gran bajante. Es difícil estimar que material hay, pero hay mucho”, aclaró.
Las bestias
Los fósiles encontrados en Junín pertenecen animales de la megafauna, extinguidos hace varios miles de años atrás. Uno de los hallazgos importantes de 2018 fue el del cráneo de un oso gigante llamado Arctotherium (tiempo atrás se había encontrado otro), un omnívoro que habitó América del Sur hasta hace más de 11 mil años.
“El Arctotherium en tamaño era similar a un oso polar. No es muy común que aparezcan y estén completos cráneos de animales carnívoros y omnívoros”, señaló Marchetto. Y agregó: “Hacer hallazgo de ese tipo no es muy común y obviamente llama la atención a la gente y a los investigadores”.
En el yacimiento juninense también se han encontrado fósiles del Smilodon (conocido popularmente como el “tigre diente de sable”) y del Stegomastodon. Este último “era muy similar al elefante”, pero con las defensas (dientes incisivos) más rectas.
Otro animal de la megafauna extinta del que se encontraron fósiles en Junín es el Megaterio. Marchetto le explicó a esta agencia que su nombre “quiere decir bestia grande”. Y agregó: “Era una bestia grande. En dos patas llegaba a medir seis metros, con unos 5 mil kilos. Era un perezoso que está emparentado con el perezoso actual del Amazonas. Además, no tenía dientes. Tenía una batería de muelas que en tamaño y forma parecen los borradores del pizarrón”.
Entre otros, también se han encontrado restos de la Macrauchenia, un herbívoro de dos metros de altura y alrededor de una tonelada. “Tenía una trompa corta como un tapir, tres dedos por pata, una forma en su estructura física similar a la llama, pero un cuello largo que algunas personas la relacionan con la jirafa. Era como una especie de quimera sudamericana”, reflexionó Marchetto. Y detalló: “Genéticamente tendría un parentesco muy lejano con los camélidos”.
Protección del patrimonio
El Museo de Junín busca proteger todo el patrimonio paleontológico de la zona a través de un trabajo que incluye a los vecinos. “El yacimiento es enorme y siempre puede haber alguien que se lleve un fósil”, explicó Marchetto sobre alguno de los inconvenientes con los que se han encontrado en relación a la ley de protección de patrimonio 25.743.
Sin embargo, advierte que “siempre hay gente que hace las cosas mal, pero por suerte acá en Junín la gran mayoría colabora”. “Es un trabajo mancomunado de proteger el patrimonio. Sin la comunidad esto no se sostiene”, aseguró. (DIB)