En diálogo con Radio Universidad de la UNLaM, el inventor cordobés compartió que su objetivo siempre fue utilizar sus conocimientos como ingeniero electromecánico con la premisa de “hacer algo útil para la humanidad y el planeta sin fines de lucro”. Un día, se alertó porque el 80 por ciento de la energía eléctrica era en base al petróleo y que todo el mundo funciona en base a él.
Por eso, en 2007, tomó la decisión de convertir su Ford Falcon Ranchera 1983 en un auto combustionado a basura. Doce años después, logró salir a la calle por primera vez con el vehículo, que alcanzó una velocidad de 115 kilómetros por hora: concretó un viaje de 4.800 kilómetros desde La Quiaca hasta Río Gallegos con residuos que encontró en el camino y “sin utilizar ni un litro de nafta”.
“Utilizo residuo mojado que después de varias semanas genera metano, que es un combustible también llamado gas pobre. Lo mío es un gasificador que utiliza residuos secos como cáscaras, carozos, semillas, restos de podas, carbón o pedazos de madera. Deben ser residuos orgánicos, secos y combustibles, y el gasificador es un tacho metálico”, explicó el inventor del AutoBasura.
Y continuó: “En estos momentos estoy utilizando dos gasificadores. Uno es chico y como un termotanque de 70 litros con el cual tengo autonomía de 50 kilómetros. Lo lleno de residuos secos, combustibles, lo prendo fuego y a los diez minutos ya estoy en la calle. Lo que utilizo es el humo, que es monóxido de carbono y a su vez es combustible. Yo lo llamo gasura, o sea, gas de basura, y con eso movilizo el vehículo.”
Última etapa del proyecto
Su proyecto ya se encuentra en la última etapa del proceso de patentamiento y, tal como prometió hace 16 años, el manual de su invento puede ser descargado de forma gratuita desde su canal de YouTube AutoBasura, que ya fue aprovechado y duplicado en Suecia, distintos países de África, Estados Unidos, Bolivia y Paraguay.
Nuevo combustible
“Me han ofrecido financiación del proyecto, pero si yo me pusiera a fabricar gasificadores no me podría dedicar a lo que realmente me interesa ahora, que es un nuevo proyecto al que llamo Plastigas. Mi idea es que mi auto basura, los autos basuras del futuro y cualquier maquinaria utilice esto como combustible y así limpiar el planeta de la basura plástica”, describió Edmundo. (InfoGEI)