Un hombre de 71 años lucha por su vida en la terapia intensiva del Hospital de Pinamar tras sufrir una fuerte lesión en las cervicales y haber aspirado agua, cuando una ola lo revolcó este jueves por la arena en una playa de Ostende, en un día de marea fuerte que resultó con decenas de heridos. En la misma jornada, otro hombre de 50 años sufrió un accidente similar.
Con un oleaje de mucha intensidad y alrededor de un metro de altura, Pinamar fue escenario este jueves de numerosos rescates por turistas heridos en el mar, en medio del primer día de calor de la temporada. Cinco fueron trasladados al hospital municipal.
El más grave fue este turista que había llegado desde Rosario, Santa Fe, y sufrió “una lesión a nivel de columna cervical que daña la médula con compromiso de vida”, explicó el secretario de Salud municipal, Eduardo D’Agostino.
Además, el rosarino aspiró agua mientras estaba inconsciente en el mar, explicó el funcionario, y detalló que el hombre permanece en terapia intensiva en observación.
Esteban Maggi, jefe de seguridad en Playas de Pinamar, explicó a este diario que no es que “el mar esté peligroso”. “Las olas no están descontroladas, pero hay que tomar conciencia de los riesgos y tomar recaudos”. De hecho, en la playa en la que se accidentó el rosarino no había prohibición para bañarse en el mar.
En ese sentido, apuntó que el nivel de peligrosidad del mar depende de la actividad que se quiera desarrollar en el agua -no es lo mismo mojar los pies que intentar aprender a surfear-, el estado ese día puntual y del grado de conocimiento que tenga la persona de las olas.
“El mejor consejo para la gente es que pregunten a la persona que está en el puesto de guardavidas qué recaudos tomar y que evacúen todas las consultas que tengan”, siguió y agregó que, por supuesto a eso se suma vigilar el estado del mar en las banderas que se disponen cada 80 metros: la roja indica la prohibición para bañarse, mientras que la roja y negra “mar peligroso”.
Cómo fueron los accidentes
El accidente del hombre de 71 años se produjo a la altura del parador Barlovento, en la calle Progreso 1, donde según una turista con la que conversó con este diario las “olas estaban tremendas”.
“Lo sacaron los guardavidas del agua ya inconciente y le hicieron RCP hasta que lo pudieron llevar al hospital”, confió a Clarín la mujer.
Fuentes de Seguridad de Playas de Pinamar detallaron que el hombre perdió la estabilidad cuando lo impactó la ola y sufrió un golpe en la cabeza que lo dejó inconciente. Los guardavidas le realizaron RCP por uns 40 minutos hasta que lograron trasladarlo al hospital local.
Intervinieron guardavidas municipales, de balnearios privados y personal de emergencia de Guardavidas, hasta que llegó el servicio de emergencia.
Además, un hombre de 50 años que barrenaba una ola en una tabla corta a la altura del parador Cocodrilo, en Av. del Mar y Fragata 25 de Mayo, se clavó de cabeza en un banco de arena, y cuando salió del agua, caminando, se empezó a sentir mal.
El secretario de Salud municipal, Eduardo D’agostino, detalló a Clarín que una vez en el hospital, fue tratado “rápidamente”. “Pudimos desinflamar la lesión en la zona cervical, que comprometía la médula espinal, por lo que ya este jueves pudo recuperar la movilidad en las piernas”, informó.
En este caso, una ambulancia recogió al hombre que continuará su tratamiento en un centro de salud privado de la ciudad de Buenos Aires.
Los otros tres heridos que ingresaron al hospital eran niños y resultaron con heridas leves. “Ninguna fractura ni luxación, aunque muchas veces esos heridos directamente se atienden en centros privados”, detalló.
“Este tipo de heridas graves no son frecuentes en el mar de Pinamar. Estamos teniendo muchos accidentes por el estado del mar, porque hay un banco de arena en el lecho del mar y se generan olas grandes, pero esto el año pasado ni el anterior”, afirmó D’Agostino.
El estado del mar hoy
Este viernes, el mar seguía “horrible también”, confía Gustavo Zatti, un guardavidas de Cariló. “Está todo roto, muy feo, muy movida, con olas muy grandes atrás, así que estamos con bandera de mar peligroso y haciendo mucha tarea de prevención”, detalla.
“Los accidentes pasan cuando las olas están grandes y la gente se mete al agua, no toma conciencia, cuando sale no mira para atrás y ahí la ola le pega en la espalda. O también personas con obesidad o personas que no tienen una buena musculatura y se terminan lastimando”, opina.
En varias playas había carteles de prohibido bañarse y banderas rojas este viernes. “Esto puede no vincularse al tamaño o tipo de olas, sino a que aparece lo que la gente conoce como un chupón en un sector particular de la costa, que es cuando hay una rotura del banco de arena”, explicó Maggi.
“Hoy las olas no son como las de ayer, porque el viento sopla desde el noreste, y el oleaje rompe de otra manera. El oleaje traslada a las personas de manera paralela a la costa”, aclaró el funcionario municipal.
El guardavidas Diego Giamberardino miraba atento hacia las olas este jueves, en un playa cercana a donde se accidentó el hombre de 50 años y detalló que las olas tenían un metro de altura. Sin embargo, explicó que este tipo de accidentes no se dan tanto “por la altura de la ola sino por la fuerza que tienen”.
“Las olas son muy fuertes”, explica Giamberardino y cuenta que este tipo de olas no nacen cerca de la orilla: “Vienen de más adentro, a veces después de dos o tres días de viento, o como hoy, cuando hay un swell (mar de fondo). Y encima se suma viento de tierra (en sentido contrario a la fuerza de las olas) que las hace levantar más”.
Solo el jueves, el hombre vio a un turista que rescató con una luxación de hombro, pero supo de otros tres más en la zona de Pinamar Norte.
Lo que pasa, sigue el guardavidas, es que los veraneantes “agarran la ola barrenando y caen mal y se tuercen el hombro o se rompen la clavícula. Lo peor es cuando caen de punta”.
En ese sentido, el hombre recuerda el caso de Bernardo Miguens (57), un jugador de rugby y ex Puma, que nadaba en Valeria del Mar cuando el agua lo tiró hacia abajo y golpeó su cabeza contra el fondo. Murió tras sufrir múltiples fracturas vertebrales y edema cerebral.
Para el guardavidas es clave que “las personas mayores se mantengan 4 o 5 metros alejados de la rompiente”, mientras que para los que “ya se manejan más en el agua” sugiere que siempre se pongan en la línea de la rompiente “para intentar filtrar la ola”, o en criollo, pasarla por abajo. (DIB)