Fue por un peritaje efectuado por la DATIP sobre un teléfono celular de un comisario ya detenido, del que surge que tenían conocimiento del accionar ilegal de los tres oficiales de la Brigada 6 y ordenaron tomar acciones para “justificar” lo ocurrido.
En el marco de la investigación desarrollada por la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°32, a cargo de Leonel Gómez Barbella, el titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°7, Martín del Viso, dispuso la detención -que se efectuó ayer- e indagatoria de un comisario y un comisario inspector de la Policía de la Ciudad, que participaron del procedimiento tras la balacera que culminó con el homicidio de Lucas González y la aprensión ilegal de sus tres amigos.
El 9 de diciembre pasado, el fiscal Gómez Barbella había requerido la detención e indagatoria de los dos efectivos policiales, pero el juez Del Viso las rechazó por entender que “más allá de sus posibles permanencias físicas en el sitio donde se detuvo a las víctimas (Alvarado y Pedriel), no se aprecia por ahora ningún elemento que haga suponer, al menos con el grado que exige el art. 294 del CPP, la eventual participación de alguno de ellos en los hechos investigados”. Sin embargo, gracias al resultado de un peritaje efectuado por la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP) sobre el celular de otro comisario ya detenido por encubrimiento, surgio que los ahora apresados tomaron conocimiento del accionar ilegal de los tres integrantes de la Brigada 6 y acordaron tomar medidas para “justificar” lo ocurrido.
Para el representante del Ministerio Público Fiscal, la conversación recuperada del teléfono celular de uno de los comisarios resultó “a todas luces, demostrativa de la existencia de las conductas por las que se dictaron autos de procesamientos de seis policías y se indagaron recientemente a otros cinco, y esto es que, entre las manipulaciones llevadas a cabo por el grupo de policías involucrados activamente en ocultar y alterar rastros y pruebas, ayudando a los autores del homicidio y de otro tres tentados a ocultarlos y alterarlos, incluía colocarles a los jóvenes la réplica de juguete de un arma de fuego, para darle fuerza a la falsa versión de que Lucas González y sus amigos se trataban de ‘peligrosos delincuentes’” que habían atacado a los ya mencionados”.
Detenciones
Debido a las nuevas pruebas recolectadas, el 23 de diciembre el fiscal le solicitó al juez Del Viso la inmediata detención del comisario y el comisario inspector, su indagatoria y la extracción de material genético. De esta forma, el 25 de diciembre pasado, el titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°7 ordenó la detención de los dos hombres para ser indagados en las próximas horas.
En su resolución, el magistrado señaló: “se ha reafirmado la sospecha que han participado en la comisión de los delitos investigados bajo una relevante responsabilidad y jerarquía institucional dentro de las dependencias cuyo personal concretó estos sucesos que el Fiscal calificó en las hipótesis de los arts. 144bis, inc. 1° y 2°; 144 ter, incs. 1° y 3º; 277, incisos 1°, apartados “a” y “b” y 3°, apartados “a” y “d” y 293, todos del Código Penal”.
El hecho
En la mañana del 17 de noviembre, Lucas y tres amigos salieron del entrenamiento en el club de fútbol Barracas Central, y se subieron al Volkswagen Surán del padre de uno de ellos, para volver al barrio San Eduardo, de la localidad bonaerense de Florencio Varela, donde vivían.
Tras detenerse en un kiosco, comenzaron a ser perseguidos por un Nissan Tiida, en el que circulaban el inspector mayor, el oficial mayor y el oficial de la Brigada 6 de la Comisaría Vecinal 4D de la Policía de la Ciudad, que realizaban tareas de campo, en la intersección de las avenidas Iriarte y Vélez Sarsfield, en el marco de una investigación de la Unidad Fiscal Especializada en la Investigación de Delitos Vinculados con Estupefacientes (UFEIDE) del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires.
Por su parte, los efectivos policiales informaron al servicio de comunicaciones policiales, que perseguían un automóvil con “cuatro masculinos menores, con apariencia menores, jóvenes”, refirieron “que estaban armados”, y les cruzaron el Nissan Tiida para detenerlos. Como el automóvil de la brigada no tenía ninguna identificación ni los policías vestían chalecos ni uniformes policiales, los chicos pensaron que podían ser ladrones y quisieron escapar, pero fue entonces cuando los efectivos policiales dispararon contra el Volkswagen Suran.
El joven de 17 años, que viajaba en el asiento del acompañante, recibió 2 disparos, uno de ellos en la cabeza. Fue trasladado al Hospital General de Agudos “José María Penna” -donde permaneció con custodia policial-, pero luego lo llevaron al Hospital El Cruce, de Florencio Varela, donde falleció al día siguiente por la tarde. Sus tres amigos fueron detenidos -ilegalmente- tras el hecho, pero el juez de Menores dispuso sus sobreseimientos, tras determinar que no habían incurrido en ningún delito, como habían señalado los policías inicialmente.
Tres días después del hecho, los policías investigados por el ataque fueron detenidos cuando llegaban a la comisaría donde trabajaban, y fueron procesados con prisión preventiva por el homicidio de Lucas, la tentativa de homicidio agravada y la privación ilegal de la libertad agravada respecto de sus tres amigos, y por el delito de falsedad ideológica.
Días después, también se apresó al comisario, el principal y dos oficiales la Comisaría Vecinal 4D de la Policía de la Ciudad, y al comisario y al subcomisario de la División Sumarios y Brigadas de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad. Todos ellos fueron procesados, la semana pasada, por falsedad ideológica, encubrimiento agravado por la condición de funcionario público y por ser el delito precedente especialmente grave, privación ilegal de la libertad doblemente agravada por tratarse de funcionarios públicos en abuso de sus funciones o sin las formalidades prescriptas por ley, y por el delito de vejaciones en perjuicio de los jóvenes detenidos. También se procesó al subcomisario, al inspector y las dos oficiales como coautores de falso testimonio agravado.