(Por Victor Calvigioni) El 21 de diciembre de 1971 a las 23.53, se desató el mayor tornado que vivió la región, en tiempos modernos y que arrasó una franja de 10 kilómetros por seis de ancho entre la provincia de Santa fe y Buenos Aires. .
El epicentro se centró en el casco de la Ex Estancia Santa Juana, y fue un duro golpe económico para su economía
Las huellas del tornado todavía en el presente se encuentran en el parque que por aquel entonces tenía setenta hectáreas. La pérdida del arbolado (pinos de distintos tipos, robles, eucaliptos, paraísos) destruyeron años de trabajo. Como ejemplo podemos indicar que la capilla del sitio, tenía un boulevard de doscientos metros de extensión con eucaliptos y pinos de ambos lados. El daño fue total. Una antena de radiocomunicación de 40 metros de altura que estaba destrás del edificio de la administración quedó enrollada sobre sí misma. Algunos grandes galpones, utilizados como talleres y herrerías, perdieron todas la chapas metálicas de sus techos. Las mismas se enterraban “literalmente” en el arbolado” circundante. Algunas de ellas fueron encontradas a varios kilómetros del sitio.
El fenómeno llegó de repente. En este sentido, varios menores se encontraban en el parque acampando en una vieja casilla y fueron sorprendidos durmiendo. Al llegar el tornado intentaron escapar a una vivienda cercana. Los adolescentes contaban que veían volar las chapas sobre sus cabezas.
Un tractorista de apellido Benitez que se encontraba en medio del campo descansando en una casilla antigua de chapa, que tenía la puerta y sus dos ventanas del mismo lado. A pesar de sus ruedas gigantes, volcó por la acción del viento, del lado de las aberturas y el trabajador quedó atrapado dos días. Un puestero pasó por el sitio, escucho los gritos de auxilio y con ayuda logró liberarlo.
A tres kilómetros de distancia un segundo tractorista de apellido Godoy y de gran peso corporal, el meteoro lo tomó trabajando. Se encontraba arando, utilizando un tractor marca Deutz 110, sin cabina. Solo atino a meter medio cuerpo debajo del vehículo. Su espalda quedó morada por acción de las piedras que tenían el tamaño de un huevo de gallina.
Los caminos quedaron cortados. Las piedras destruyeron más de mil hectáreas de maíz. Las plantas de la gramínea quedaron de 20 centímetros de altura.
El 22 de diciembre, el sector fue recorrido en avión. Las fotos mostraban que el tornado había sido ondulante y cuando bajaba a tocar tierra destruía todo a su paso. No hubo víctimas. El desastre natural todavía en el presente dejó miles de huellas.
El parque destruido
El parque de la Estancia Santa Juana abarcaba 70 hectáreas y para su mantenimiento trabajaba una cuadrilla de más de 15 personas. En el interior del mismo existen todavía dos construcciones de importancia. El chalet principal era destinado a la familia Duhau. El parque tenía dos estilos en la distribución de arbustos, plantas y construcciones. El inglés y el francés. Un boulevard de más de 300 metros de largo lo atravesaba, finalizando en dos pequeños y vistosos obeliscos de siete metros de altura. En el centro y como atracción, se apreciaba una gran pileta con camalotes y peces de colores y frente al espejo de agua, se construyó un jardín romano . En el interior del parque, se podía observar una cancha de golf con montículos de hasta ocho metros de altura
Historia del establecimiento
La estancia «Santa Juana» fue fundada en los años 20 por Luis Duhau y su esposa Lucía. Su extensión abarcaba parte del sur de Santa Fe y norte de la provincia de Buenos Aires. La superficie total era de 25 mil hectáreas. En el momento económico de mayor apogeo se llegó a sembrar por año 7 mil hectáreas de maíz y alcanzó a criar y engordar más de 20 mil vacunos, además de miles de porcinos.
También contó con 25 tambos, entre ellos el primer tambo mecánico de la región y con una fábrica, destinada a cerrar el ciclo productivo, donde se refrigeraba la leche y se realizaba un proceso de mantenimiento para luego, y todos los días, ser enviada en un camión cisterna a la Fábrica «La Martona» que estaba situada en cercanías de Pilar, sobre la Ruta Nacional Nº 8.
En el establecimiento rural trabajaron en su apogeo más de 700 personas. A la escuela primaria que atendía un director y siete maestros, concurrían 110 alumnos. Para esparcimiento del personal existía un Club Social y Deportivo que competía en la Liga de Colón con su equipo de fútbol «Santa Juana». Las instalaciones de la institución tenían pista de baile, cancha de fútbol, juegos para niños, cancha de bochas y buffet. Por otra parte, todos los sábados se proyectaban dos películas, que prácticamente salían a cartelera al mismo tiempo que en las grandes ciudades. Los bailes de carnaval eran famosos en la zona y concurrían para disfrutarlo gente de Colón, Teodelina, Villa Cañás y Ferré.
Tal vez para dimensionar la importancia de la vida social podemos señalar que en los escenarios del Club se presentaron a principios de la década del 60 los más famosos radioteatros, como «Juan sin Ropa», «La Rubia Mireya» o «Santos Vega el payador».
Tornado en la ciudad de Colón
El 22 de diciembre de 2017, cerca de las 20, llegó al casco urbano de Colón, un tornado de grado 2. La localidad quedó literalmente aislada del resto de la Provincia. El arbolado público, y el lago Municipal sufrieron un duro golpe. Hubo destrucción de galpones y voladuras de techos. No había agua corriente, electricidad, internet, medio centenar de árboles obstruían el tránsito de vehículo en el casco urbano, decenas de palmeras de la Cooperativa Eléctrica con los cables caídos, y árboles que habían cortado servicios esenciales en un centenar de sitio(incluido Internet), había dos cortes con grandes árboles en la Ruta Nacional 8, personas atrapadas en el interior de sus autos, se calcula más de cuarenta voladuras de techo (una treintena reportados), los pedidos de ayuda eran incesantes.
Sin embargo los colonenses se pusieron al hombro las consecuencias del desastre natural. Se empezó a tener prioridades. Se debía dar a todos los hogares en nochebuena luz y agua. Los empleados de la Cooperativa Eléctrica serán seguramente un baluarte difícil de igualar. Personalmente observe que eran las 23 horas del domingo y una camioneta pasó tratando de solucionar el corte de luz en una de las últimas casas que no tenía el servicio. Se puede decir que a pesar de semejante desastre cada hogar brindó con luz eléctrica y agua. El centro de la ciudad en el mediodía del sábado ya tenía el esencial servicio, incluido internet. Se tendieron cables y se arreglaron otros. Los pozos del agua comenzaron a funcionar y gracias a los hombres de calle de Obras Sanitarias se repuso el agua en toda la ciudad antes de las 24 horas de haber pasado el tornado
La Policía Comunal dispuso desde el mismo momento del meteoro a todos sus hombres en las calles. Ocho patrulleros recorrían el casco urbano, y hasta se observó a agentes tomando una motosierra y cortando árboles que se encontraban sobre las calles. No se produjo un solo robo reportado.
Otro pilar fundamental fueron los Bomberos Voluntarios con un centenar de salidas y liberando a muchos vecinos que no podían de salir de sus casas.
También el punto fuerte fue la Municipalidad de Colón, donde todas las direcciones, estando al frente el Intendente Ricardo Casi, evaluaron puntos críticos y dispusieron prioridades a solucionar. Ya a las pocas horas los dirigentes de Cambiemos y La Campora (por solo dar un ejemplo) estaban en el calle, ayudando y repartiendo botellas de agua y otros elementos esenciales.
Por último, desde el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires reaccionaron rápidamente brindando equipos electrógenos, agua pura, ayuda económica y elementos de necesidad. Toda la recuperación se trabajó en conjunto y con un solo objetivo poner en marcha una ciudad desbastada y los periodistas que estuvimos en la calle desde el primer minuto lo pudimos observar. A todos los que “laburaron” por el bien de la población un agradecimiento especial. La ciudad pasó una nochebuena normal, y se había puesto en marcha en apenas en 24 horas.
Cinco muertos en nuestra ciudad
El 10 de diciembre por la tarde cayó un tornado sobre la ciudad de Colón. Hubo heridos y la historia indica que hubo cinco muertos. El tanque de agua que se encontraba en Plaza San Martín (donde hoy es la Plazoleta Cívica) se derrumbó.