La flor de una planta que habitó la zona norte de la provincia de Buenos Aires hace unos mil años atrás, fue descubierta en los últimos días por un equipo de especialistas del Museo Paleontológico de San Pedro.
El ejemplar fue hallado durante una caminata de rutina en un sector del partido conocido como Bajo del Tala, por el río homónimo que atraviesa el lugar. Allí, en un campo propiedad de la firma arenera Spósito S.A., se encontraban Emma Lostal, Jorge Martínez, Julio Simonini y José Luis Aguilar investigando un sector de antiguos barros oscuros, casi negros.
La sorpresa fue grande cuando en un bochón de ese barro consolidado, Aguilar observó a la pequeña flor de no más de 1 centímetro de diámetro asomando en el sedimento. Sabiendo que estaban relevando una capa cuya antigüedad está fechada para la zona entre los 900 y los 1.300 años, enseguida comprendieron el valor de aquel ejemplar botánico.
Desde el Museo de San Pedro describieron algunas particularidades de este hallazgo. “Esta flor proviene de un momento histórico mundial, conocido como la ‘Edad Media o Medioevo’. En el período en el que creció la planta que desarrolló esta flor, se producían diferentes hechos que marcaron la historia de la humanidad. En Europa prosperaban los caballeros medievales, los vikingos exploraban Groenlandia y América, se daba el colapso de los antiguos mayas en México y los mongoles iniciaban ataques a China”, indicaron los especialistas.
En aquellos tiempos, el norte de Buenos Aires estaba poblado por grupos indígenas que habitaban la ribera del río Paraná y su zona de influencia. De hecho, en la capa donde fueron hallados los restos de la flor, suelen encontrarse fragmentos de alfarería, asociados a restos de fauna como, por ejemplo, carpinchos, ñandúes, ciervos de los pantanos y nutrias, entre otros animales que habitaban la zona y eran cazados por aquellos pobladores”.
Inflorescencia
El doctor Leandro Martínez, investigador independiente de CONICET que se desempeña en el Museo Histórico Regional de Villa La Angostura y Profesor adjunto en la Cátedra de Paleobotánica de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de La Plata (UNLP), colaborará con el museo para estudiar esta flor. “Este nuevo descubrimiento resulta notable por la singularidad del espécimen en cuestión. No se trata simplemente de una flor, sino más bien de una inflorescencia, conocida como ‘capítulo’, que consiste en grupos de numerosas flores que han sido fuertemente reducidas y modificadas, adoptando la apariencia de una sola flor”, indicó Martínez.
Esta inflorescencia de tipo capítulo es característica de la familia de las Asteraceae o también conocidas como Compuestas. Los registros de inflorescencias fósiles de la familia Asteraceae, a la que pertenecen plantas como las margaritas, girasoles, cardos, dalias y alcauciles, son escasos.
Esto se debe a la naturaleza sumamente frágil de las piezas florales que componen estos capítulos, así como a su capacidad para disgregarse y dispersar sus semillas una vez alcanzada la madurez. Los estudios a llevar a cabo se centrarán inicialmente en la clasificación sistemática del espécimen, con el objetivo de identificarlo, si es posible, a nivel de especie”.
Las observaciones preliminares indican que podría tratarse de la primera flor de edad holocena hallada hasta hoy, procedente de un afloramiento natural, en el país. En tumbas egipcias, por ejemplo, se han encontrado semillas de otras flores compuestas pero, obviamente, en otro tipo de ambientes y preservación que ya son artificiales.
La valiosa flor será estudiada en profundidad por Martínez, junto a la doctora Estrella Urtubey y el doctor Raúl Pozner, ambos pertenecientes al Instituto de Botánica Darwinion. Una vez que se haya logrado la identificación de esta especie, será posible realizar inferencias que proporcionen datos sobre las características de la vegetación, el ambiente y el clima en l región durante un período anterior a la conquista y colonización del Río de la Plata. (DIB)