El papa Francisco recibió el 9 de noviembre a los miembros del Instituto para la promoción de las nuevas generaciones de periodistas, una escuela alemana fundada hace 50 años después del Concilio Vaticano II, a quienes les agradeció por “hacer periodismo de personas para las personas”.
El papa Francisco recibió este viernes, a los miembros del Instituto para la promoción de las nuevas generaciones de publicistas, una escuela de Periodismo alemana fundada hace 50 años después del Concilio Vaticano II.
Según consigna un cable de la agencia AICA, el Papa señaló que dicho instituto “forma a periodistas calificados que obran en su profesión y como cristianos en la sociedad. Alemania puede sentirse con suerte, afirmó, porque muchos de los periodistas tanto en los medios de comunicación seculares como eclesiales pertenecen a esta escuela de formación”.
“Saltemos el muro de la tristeza y de la resignación y ayudemos a las personas a abrir los ojos y los oídos pero sobre todo el corazón para ser custodios los unos de los otros y así darse cuenta de ser hijos e hijas del único Padre”, les dijo Francisco a los periodistas que lo visitaban.
“Gracias porque como periodistas se dedican a las personas y llaman injusticia a las injusticias. Gracias por hablar de las cosas bellas que tal vez no terminan en la portada de los medios, pero que ponen las personas al centro. Gracias porque con su estilo cristiano continúan haciendo un periodismo de personas para las personas”, subrayó.
Tras destacar que como periodistas cristianos, se distinguen por su actitud positiva hacia la persona y por su ética profesional, afirmó: “Ustedes, no hacen sólo un trabajo, sino que cumplen una tarea y un compromiso”.
El pontífice advirtió, sin embargo, que es fácil dejarse ir por una opinión común, por un derrotismo y un pesimismo que paraliza y ciega, e indicó: “Es por la costumbre que no afrontamos más el mal, y permitimos que las cosas, ‘vayan como van’ o como algunos han decidido que deben ir”.
Francisco pidió la parresia y la franqueza que viene del Espíritu Santo y que ayuda a “confiar en la verdad de Cristo que nos hace libres”, concluyó. (InfoGEI)