Firmat: Los titulares de Dasa anunciarían su cierre definitivo

empresa Dasa por atrasos salariales podría encontrar el peor final la semana próxima con el cierre definitivo del establecimiento metalúrgico afincado en Firmat cerca del cruce entre las rutas nacional 33 y provincial 93. Aunque no fue confirmado oficialmente, la firma concretaría su ya manifiesta intención de bajar definitivamente las persianas y dejar en la calle a los 14 operarios que desde el 20 de julio mantienen tomada la planta fabril en busca de respuestas que nunca llegaron.

La decisión de la patronal sería confirmada el miércoles venidero en el marco de una audiencia convocada en la delegación rosarina del Ministerio de Trabajo provincial. Allí Dasa plantearía el cese de sus actividades y haría un ofrecimiento de pago a los trabajadores. De ser así, como todo indica, el gremio metalúrgico anticipó que se opondrá.

«Desde el sindicato rechazaremos el cierre del establecimiento y cualquier tipo de despido aunque se dejará librado a la voluntad individual de cada trabajador la aceptación o no de la eventual propuesta», explicó ayer a LaCapital el abogado de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Pablo Cerra.

La empresa subastó días atrás máquinas con el propósito de destinar los ingresos a la desvinculación de sus trabajadores que, al menos hasta ahora, no recibieron telegramas de despido ni se consideran cesanteados a pesar del tiempo que llevan sin cumplir funciones mientras esperan cobrar remuneraciones impagas.

La firma tampoco presentó ante el organismo laboral el procedimiento preventivo de crisis que preveía iniciar con la intención de obtener la chance de pagar la mitad de las indemnizaciones, algo que el gremio desde el primer momento calificó como «inviable» al asegurar que la empresa no está condiciones para acceder a tal beneficio.

La definición sobre el tema en cuestión surgirá en el encuentro que tendrá lugar en las oficinas que la cartera de Trabajo tiene en Rosario y que ya fue escenario de negociaciones que, lamentablemente, no llegaron a buen puerto.

«Hay desesperación porque hace más de 80 días que estamos en la lucha y seguimos con las manos vacías», dijo el delegado gremial, Cristian Romero, para luego indicar que «ante esta situación límite ya se piensa con el estómago y no con la cabeza, por lo que no es fácil mantener la calma».

Desde que comenzó el conflicto, los obreros solo recibieron a los pocos días de iniciar la medida de fuerza un exiguo porcentaje de las acreencias que reclaman y luego todo fue padecimiento en un clima de absoluta preocupación e incertidumbre que sobrellevaron gracias a su fuerte espíritu de lucha con el acompañamiento del gremio metalúrgico.

La angustiante situación tuvo como correlato, gestión municipal mediante, una ayuda económica provincial que los trabajadores utilizaron para hacer frente a algunas necesidades aunque, claro está, no fue más que un paliativo de emergencia.

Al no encontrar respuestas de fondo, los huelguistas profundizaron las acciones de protesta sin obtener el efecto buscado. A los cortes de ruta, movilizaciones y escraches le siguió la drástica decisión de encadenarse en inmediaciones de otra metalúrgica que también pertenece a la familia propietaria de Dasa, tal como lo reflejó en su momento este diario.

Tras un extenso reclamo que no reportó soluciones ahora solo resta esperar lo que acontezca de la audiencia prevista en Trabajo, la cual sería el último capítulo de una historia cuya suerte parece estar echada.