En marzo pasado, la imagen de una avioneta fumigando con agroquímicos por encima de una escuela rural de Exaltación de la Cruz, recorrió todo el país. Ahora, ambientalistas locales denuncian que un «mosquito» fumigó a metros de la misma escuela, en horario escolar.
Si bien desde el municipio a cargo de Adrián Sánchez aseguran que el procedimiento se realizó a dos kilómetros del establecimiento y con la fiscalización en persona de la Ingeniera agrónoma del gobierno local, lo cierto es que los ambientalistas reclaman un punto incumplido de la Ordenanza 101/2012, que deja mal parado al gobierno.
En esa Ordenanza, no se fijan metros exactos para las fumigaciones en horario escolar, por lo cual, el nuevo episodio que afectó a las Escuelas Primaria Nº 4 y Secundaria Técnica Nº 1 de Parada Roble, debió haber sido suspendido.
El nuevo caso se dio el pasado sábado, cuando según el relato de los vecinos y autoridades de la escuela, “un mosquito de arrastre continúo sus trabajos que venían del fin de semana, fumigando sin el más mínimo reparo por la salud de niñas y niños y la población en general”.
“No es un caso aislado. Es una constante. La situación en Exaltación de la Cruz es insostenible”, denunciaron en un comunicado.
La organización ambiental Exaltación Salud denunció el nuevo caso de pulverización y recordó las justificaciones de la Ingeniera agrónoma del municipio, Victoria Majkowski, quien en la primera fumigación aérea hacia la escuela de Para Robles intentó transmitir tranquilidad a los vecinos explicando que los químicos utilizados eran “como un insecticida”.
“No resiste al más mínimo análisis esa comparación. Al insecticida uno elige si lo echa o no. Es diferente con las fumigaciones, que uno no lo elige”, manifestó para INFOCIELO, Anabel Pomar, una de las referentas de Exaltación Salud. Las dos fumigaciones cerca de la escuela rural provinieron del campo perteneciente al productor Miguel Zocca.
A su vez, desde la organización advirtieron que el municipio se valió de un técnico con vínculos a Monsanto para capacitar a los aplicadores. Se trata de Diego Oliva, quien en su propia página web aclara que trabaja como Capacitador oficial del ministerio de Agroindustria de la Provincia y también es “Asesor externo de Monsanto en tecnologías de aplicación agrícola”.
LOS CASOS DE CÁNCER QUE ALARMAN
Pero la llamativa situación en Exaltación de la Cruz, no termina ahí. Al igual que en Pergamino, en donde un relevamiento realizado por vecinos de esa localidad permitió realizar las primeras estadísticas que mostraron más de 40 casos de cáncer en pocas manzanas, allí los vecinos comprobaron que en los Barrios Esperanza y San José –lindante a los campos fumigados-, 1 de cada 3 familias “presenta enfermedades relacionadas con exposición a agrotóxicos”.
Según ese informe local, de un total de 280 casas visitadas “se encontraron enfermedades relacionadas con las pulverizaciones en 94”.
“En algunas más de un miembro de la familia está enfermo y se cuentan 45 casos de cáncer”, alarman. Además ya se cuentan 28 personas fallecidas por esas enfermedades, de las cuales cuatro eran menores de edad.
Dato no menor: las escuelas que ya fueron fumigadas dos veces en pocos meses, se encuentran a tan solo 10 kilómetros de distancia de los barrios en donde se realizaron la contabilización de casos de cáncer.
Al respecto, y a raíz del peso de la investigación que encabezaron los ambientalistas, el municipio envió asistentes sociales para recabar otros datos, pero por ahora –explican- “no compartieron sus resultados”. Sospechan que se encontraron con la misma realidad.
“Hacemos nuevamente responsables de lo sucedido al Intendente Municipal, Adrián Sánchez y a la autoridad a cargo de Ambiente y Producción, Benjamín Vittori, y a todos aquellos funcionarios que desde hace años miran para otro lado y siguen dilatando se garanticen los derechos de la población a la salud y el ambiente”, puntualizaron desde Exaltación Salud.
Ante las pruebas y el avance de enfermedades relacionadas con las fumigaciones, desde la organización ambientalistas exigen la “inmediata suspensión de las pulverizaciones en zonas pobladas” y buscan establecer que el mínimo de distancia para aplicar los denominados fitosanitarios sea de 3000 mil metros de casas y escuelas.
A su vez, alentados por lo ocurrido en Pergamino, piden que se realice un estudio de la calidad del agua potable en los barrios afectados. (INFOCIELO)