Las compañías de biocombustibles bonaerenses –y las de otras tres provincias- están en pie de guerra por la posibilidad de que un fuerte lobby sectorial termine por delinear la nueva regulación del sector de tal como que la mayor parte de la actividad termine desarrollándose en Santa Fe.
La alarma, que se había disparado a principios de año, volvió a sonar ahora, luego de que circulara la versión de que la provincia de Santa Fe envió al Ejecutivo nacional un borrador similar al que ya había puesto en pie de guerra a las empresas radicadas en Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y La Pampa.
Ese texto, que se incorporaría a la nueva Ley Bases, implica desconocer la ley 27.640, que regula al sector. La preocupación en la industria es que ese texto deja expuesto un plan para que la producción de biocombustibles, una industria que se reactivó en 2006 tras el auge de los 80- se mude a Santa Fe.
La Cámara de Empresas PyMe Regionales Elaboradoras de Biocombustibles (CEPRREB) emitió en este contexto un comunicado que se titula “Ante movimientos especulativos contra la ley de biocombustibles”, en el que manifiestan su “preocupación ante las versiones que indican que sectores políticos y empresariales” activaron un lobby para cambiar en su contra la regulación existente hasta ahora.
Según supo DIB, el lobby detrás de la posibilidad de que Santa Fe se quede con la parte del león del negoció vincula al secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, al subsecretario de Hidrocarburos Luis De Ridder con dos gigantes del sector -Explora, de Hilarión del Olmo y Unitec Bio, cuyo CEO es Eric Bazarian- ambas relacionadas con Eduardo Eurnekian, el CEO de Corporación América-
Rodríguez Chirillo y De Ridder habría tenido contactos secretos con Explora y United, que están radicadas en Santa Fe y busca beneficios para que la industria se desarrolle allí. El entramado incluye al gobernador Maximiliano Pullaro y registra contactos que aúnan lo empresarial con lo personal: De Ridder es amigo de Del Olmo al que conoció en el Nacional Buenos Aires.
Ante esos movimientos, desde CEPREB advirtieron que “para las PyMES es imposible entrar en un proceso de libre competencia contra las compañías integradas, que tienen una escala hasta 10 veces más grande”. El texto, firmado por el director ejecutivo de la Cámara, Federico Martelli, explica que si se avanza con los cambios los gigantes del sector “tendrían la llave para abrir y cerrar la producción de sus competidores”.
Las Pymes nacionales se mostraron abiertas al diálogo, pero a la vez comenzaron a analizar la posibilidad de presentaciones judiciales, sosteniendo que toda modificación que permita el ingreso a las aceiteras multinacionales las llevará a la quiebra salvo que le dejen un cupo de 7,5% inicial del corte como indica la Ley vigente 27.640.
Los biocombustibles se han convertido en los últimos meses en un problema autogenerado para el gobierno dado que es uno de los aspectos que la agroindustria sigue de cerca luego del debate en el Congreso Nacional y parece haber encontrado una polémica solución.
Desde el año 2006 en el que se sancionó la ley 26.093, la Argentina volvió a retomar un sendero de uso de los biocombustibles que se habían abandonado en los ’80 con la caída del plan Alconafta. La realidad es que el estado de situación actual de los biocombustibles no es tan alentador: el gasoil se corta con un 7,5% de biodiésel (aunque en la práctica el año pasado la cifra no alcanzó ni el 4,4%); y la nafta se debe cortar con un 12% de bioetanol (el año pasado apenas alcanzó el 11%, debido a que faltó materia prima del lado de la caña). (DIB)