El expediente judicial: Lucio Díaz… un homicidio de carnicero pergaminense, fugas y asaltos

(Por Victor Calvigioni) En junio de 2007, el Tribunal Criminal de Pergamino condenó a 18 y 14 años de prisión a Lucio Omar Díaz y Pablo Lescano, respectivamente, en el marco del juicio oral por el homicidio de Miguel Severino Roces, cometido el 2 de setiembre de 2003, en ocasión de robo a la carnicería «La Unión», ubicada en la esquina de Rivadavia y Pinto de Pergamino.

El carnicero muerto tenía vinculaciones familiares con vecinos de nuestra ciudad. El Tribunal Oral conformado por Danilo Cuesta, Miguel Gaspari y Gloria Aboud, votaron en forma unánime la condena contra los dos cacos.

Se debe destacar que está probado que Lucio Omar Díaz, fue el autor de los disparos contra el carnicero. El ahora condenado nació el 1º de julio de l975, tiene el DNI 24.834.111, curso estudios primarios, y en su D.N.I figura el domicilio de la calle Necochea  al 600 de Rojas.

La causa judicial lleva el número 31948 y fue sustanciada por la Fiscal. Dra. Patricia Fernández.

En el debate, los jueces dieron por acreditado que el 2 de septiembre de 2003, alrededor de las 12.30, los dos imputados, Lucio Díaz y Pablo Lescano, asaltaron a Severino Miguel Roces, con domicilio en calle Chiclana, del barrio Acevedo, quien cumplía funciones en la carnicería «La Unión», de la empresa Simón Hermanos, ubicada en la esquina de Rivadavia y Pinto de Pergamino.

Los delincuentes, se habrían retirado a pie, y posteriormente abordado un automóvil Renault 11, que fue divisado por personal policial tras el asalto, por lo que se produjo una corta persecución hasta que se les perdió el rastro. Según se supo, el empleado y su propietario resistieron a los asaltantes, por lo cual los delincuentes comenzaron a efectuar disparos, impactando algunos de ellos en el cuerpo del infortunado Roces, quien a pesar de haber sido llevado a un nosocomio perdió la vida. Tareas de inteligencia llevaron a los policías a seguir las pistas en la ciudad de Rojas.

 La  fuga a Rojas

Según se pudo saber,  Lucio Díaz en un primer momento habría fugado a la localidad de Rojas y desde allí (una vez que se habrían calmado las aguas) habría pasado a vivir en la ciudad de Salto bajo nombre falso.

Los policías siguieron sus pisadas en el submundo del hampa y lo pudieron detener sin que mostrara resistencia.

El aprehendido fue trasladado al Juzgado de la Departamental Mercedes y el magistrado interviniente sospechó que no era quien decía el documento de identidad, comenzando con una breve averiguación que concluyó rápidamente al determinar el verdadero nombre del detenido.

Los uniformados saltenses secuestraron en poder de Díaz un arma de fuego.

Se trató de una pistola 9 milímetros, que según las pericias sería la que se utilizó para dispararle al comerciante pergaminense.

  El escape

Una vez detenido,  Lucio Díaz fue enviado a la Comisaría de Colón. En nuestra ciudad sucedió un hecho increíble y inexplicable. Lucio Díaz con Juan Carlos Mora ( 38) y Jacinto Esteban Cabrera (42), escaparon en diciembre de 2003. El peligroso trío había sido alojado en el calabozo de contraventores (un lugar poco seguro para encarcelar delincuentes de alta peligrosidad), tal es así que los detenidos limaron rápidamente dos barrotes,  luego los doblaron y ganaron la calle llevándose una pistola 9 milímetros del agente que estaba de imaginaria y que la había dejado en el interior de un bolso junto a las ropas de civil.

Por el incidente pasaron a disponibilidad efectiva cinco policías de la bonaerense que cumplían funciones en el horario donde se produjo el escape de los presos.

Juan Carlos Mora y Jacinto Cabrera buscaron refugio en una vivienda ubicada en la calle Chaco y Escribano Rizzo de Arrecifes.

Meses después la inteligencia policial bonaerense los detecto y hasta el lugar llegó una partida que allanó la vivienda deteniendo a los cacos sin que opusieran resistencia.

Del trío que escapó en nuestra ciudad quedó como prófugo Lucio Díaz. Sin embargo el caco, aunque muy afectado por el síndrome del SIDA, formaría una nueva banda. Los sabuesos bonaerenses comenzaron una pesquisa que poco tiempo después terminaría con Díaz y sus dos cómplices detenidos en el paraje denominado “Los Angeles” cercano a la ciudad de Chacabuco.

Lucio Díaz , cayó detenido,  junto a Néstor Deface y Andrés Rossini. La banda en su haber tenía un homicidio (Omar Roces), cuatro tentativas de robo calificado, cuatro privaciones ilegal de la libertad (entre ellas Carlos Pérez de Remis «La Merced») y ocho robos.

El galpón adonde llegaron los bonaerenses, ubicado en el paraje Los Angeles, servía para almacenar el producto de sus robos (piratería del asfalto). La banda se resistió y la balacera fue infernal.

En los pocos meses que estuvo en libertad se lo acusó de robar camiones bajo la modalidad de piratas del asfalto, asaltar comercios y remiserías.  El delincuente se movía en un triángulo conformado por Pergamino, Junín y Colón.

Algunos hechos sospechados

El ahora preso,  Díaz era un delincuente muy sagaz. Tenía como modalidad cometer hechos en distintas jurisdicciones dejando abandonados a los camioneros y autos utilizados en los ilícitos en diferentes localidades. Un ejemplo de cómo trabajó la banda es el asalto cometido en el 2004, a la remisería colonense “La Merced” ubicada en 20 y 48.

En este sentido, el profesor Ricardo Gutierrez denunció que un vehículo Ford Falcon, color gris, desde hacía varios días se encontraba estacionado frente a su Escuela de Música, ubicada en calle 20 entre 48 y 49. La policía de Tránsito lo secuestró y lo remitió al corralón Municipal, sin saber que el auto tenía una larga historia. El propietario del auto era de Salto.

En Salto -separada 100 kilómetros de Colón- los vecinos que pasaron ocasionalmente por el camino viejo a Berdier, en un sector que va al campo más conocido como de la estancia de “Plazibat”, encontraron un Fiat Duna, color blanco totalmente quemado. El mismo hacía tres meses que tenía pedido de captura y había sido robado a un remisero de Pergamino.

   La investigación

Cuando se comenzó a investigar la aparición del Fiat Duna, la policía lo relacionó rápidamente con un camionero que había matado a balazos a un hombre que intentó robarle un cargamento de soja. El episodio ocurrió el martes 11 de mayo del 2004 a las 21, en la Ruta provincial 46, entre las localidades de O Brien y Junín, por donde circulaba un camión Mercedes Benz 1114, con 28 toneladas de soja, conducido por Angel Edgardo Bini, de 56 años.

El camionero fue sorprendido por dos vehículos, un Fiat Duna blanco y un Ford Galaxi gris, donde viajaban tres hombres que intentaron asaltarlo. Uno de los delincuentes se acercó al camión con la intención de abordarlo y Bini tomó un revólver calibre 38 que llevaba y le disparo. A raíz del hecho, el delincuente resultó herido en la cabeza y fue rápidamente recogido por sus cómplices quienes lo dejaron en el Sanatorio Junín, donde falleció. El delincuente fue identificado como Gustavo Alejandro Bevilacqua, de 29 años, quien poseía antecedentes penales.

El camionero, tras este episodio, denunció ante la policía de Junín el intento de robo, pero no explicó nada sobre el disparo que le efectuó al delincuente. Tras una rápida investigación, efectivos de la DDI Junín, la comisaría 1°, el Comando de Patrullas y del Destacamento de Seguridad Vial, descubrieron que el autor del disparo había sido el chofer, siendo detenido en las instalaciones de luna Industria Aceitera.

El chofer reconoció ante la Policía que había disparado contra el delincuente, y manifestó que el arma que utilizó la arrojó a un costado de la ruta 56. Por otra parte, los investigadores montaron un operativo cerrojo y lograron detener a uno de los cómplices, siendo identificado como Néstor Defays de 33 años.

   Más delitos

Los delincuentes que abandonaron el Fiat Duna, habrían asaltado una remisería y apropiado del Ford Falcon (aparecido en Colón) en Salto. Con el mismo llegaron a nuestra ciudad y lo dejaron estacionado en calle 20 entre 48 y 49. Seguramente los cacos habrían realizado una rápida inteligencia y sin mediar un tiempo prolongado y luego de estudiar la situación brevemente se dirigieron a la remisería «La Merced». El hecho como se recordará ocurrió el lunes 17 de octubre a la medianoche.

En este sentido, el remis de Carlos Perez fue abordado por dos delincuentes que pidieron ir a Carabelas y al llegar a Ruta 8 y 31 mostraron sus verdaderas intenciones amenazándolo con un revolver. Poco después a  Pérez, lo abandonaron luego de quitarle la recaudación del la jornada en cercanía de Rojas. El auto apareció en un camino que conduce al Cementerio de la vecina localidad y seguramente iba a ser utilizado para perpetrar otros hechos delictivos. La denuncia presentada por Adrián Perez (hermano del remisero) en la comisaría de Carabelas y la persecución de la policía de esa localidad hizo que los delincuentes cambiaran de planes y dejarán el Renault 12 a la vera del camino.

     ¿Otros hechos?

La policía sospechó que la banda realizó otros hechos. En este sentido podría estar relacionada con dos asaltos que conmovieron la localidad de Ascensión. En el paraje La Angelita, tres sujetos con sus rostros cubiertos por capuchas asaltaron a una mujer en su casa de la calles 25 de Mayo. Los ladrones ingresaron a la vivienda de la víctima, y la amenazaron con armas de puño.

Le exigieron la entrega de una alta suma de dinero que la mujer tenía guardada en un mueble. Los investigadores sospechan que los asaltantes contaban con datos precisos y cometieron el robo sabiendo lo que encontrarían en la casa. En total, los delincuentes se apoderaron de 3.000 pesos en efectivo y escaparon a bordo de un vehículo, cuyas características no pudieron ser precisadas.

El otro asalto a mano armada ocurrió el mismo día, pero una hora después, en la calle Mitre sin número de Ascensión. Un matrimonio de 60 y 70 años de edad fue sorprendido en su casa por dos encapuchados que lo amenazaron y le sustrajeron dinero en efectivo. Las víctimas -sus nombres no fueron revelados por las fuentes consultadas- vivieron momentos de tensión, ya que los ladrones amenazaban con matarlos si no les entregaban el dinero. Con el botín en su poder, cuya cifra no se informó, los asaltantes escaparon del lugar, aunque antes maniataron a la pareja. También hubo asaltos de igual características en localidades del sur de Santa Fe, Lincoln, Vedia y Junín. El hombre que asolaba la región ahora está detenido y condenado a 18 años de prisión.

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