El expediente judicial: El Proceso Militar y su apoyatura civil en Colón

En la ciudad de Colón y la zona hubo bandas de represores que se refugiaban porque supuestamente tenían zonas liberadas. La historia debe demostrar quienes eran su apoyatura económica, y política…

Nuestra zona fue un propicio “caldo de cultivo” para las bandas represoras íntimamente conectadas al poder de esa época. El propio ex canciller Rafael Bielsa, fue liberado luego de ser secuestrados por las bandas del Proceso Militar en cercanías de Pergamino. En el mismo sitio vieron nuevamente la “luz del día” otros veinte militantes sociales y políticos. En la región existen más de 50 desaparecidos y todavía no se pudo hilvanar como actuaba el sistema represivo, conectado a los poderes municipales y provinciales de aquella época.

 

La ciudad de Colón entre 1976 y 1983, estuvo literalmente “infestada” de represores que iban y venían con total impunidad. Solo basta decir que impunemente se paseó por nuestras calles la banda de Aníbal Gordón, cuya guarida se encontraba en calle 54 entre 17 y 18.

 

Pocos años después y debido a alternativas inmobiliarias se “mudo” a casa alquilada a comerciante, ubicada en cercanías de calle 47 y 13. Las actividades represivas de esta banda en «Automotores Orletti» y su estadía en nuestra ciudad eran simultaneas. Las visitas de aviones y el movimiento a altas horas de la noche en la vivienda de calle 54, eran evidentes y se debe decir que solo estaba a tres cuadras de la Comisaría de Colón y la sede Municipal.

Las conexiones locales eran diversas y Gordón, se mostraba con su camioneta Ford F-100, color blanca, “amontonando plástico” en un lote lindante con la ex Ruta 8. El plástico era vendido al mejor postor.

 

El represor habría tenido libre pasaje a la provincia de Córdoba por su amistad intima con el comisario Juan Telleldin ( padre del acusado de facilitar la combi usada en el atentado contra la AMIA) que trabajaba en el sur de la provincia mediterránea.

Otro ilustre visitante a nuestro casco urbano fue Raúl Guglielminetti, más conocido como el “Mayor Guas tavino” y que habría comprado y regenteado un lucrativo negocio. Al frente del mismo habría puesto un supuesto testaferro para su administración. El “mayor Guastavino” realizaba llegadas relámpago y las mismas habrían sido periódicas.

 

Según las averiguaciones de este diario,  el 13 de octubre de 1976, estuvo en nuestra ciudad por primera vez una de las máximos represores, el almirante, Emilio Nicolás Massera. Sus pasos se pierden en lo que parece ser “un secreto de estado” bien guardado entre quienes fueron sus comensales en opíparos asados en estancia de la zona.  La fotocopia de una foto en blanco y negro  revelaría las relaciones del militar en la zona.   No habría sido su única visita. Aunque la verdad no resistirá una profunda investigación y la historia determinará responsabilidades.

 

La lista de los “ilustres” continúa. Las raíces echadas por aquellas bandas, llegó a tener sus heredero en el primer detenido de la AMIA, Juan Rossi ( posiblemente un agente de inteligencia de la Fuerza Aérea llamados  en su jerga “Sifón”) y que había estado conectado con grupos de derecha en Colón. El hombre que le gustaba vestirse con ropas militares vivió sin ningún tipo de oficio conocido y son recordadas sus caminatas por el centro de la ciudad y sus estrafalarios “gustos”.

Su importancia en el armado de una derecha “local” es significativa. Sólo basta recordar que en abril de l987, Juan Rossi , partió de Colón en el Chevallier de la 0.45. Solamente llevaba un bolso azul. El ómnibus fue detenido en Pergamino por agentes federales.

 

En su equipaje se encontró una bomba desactivada y panfletos vivando al tristemente recordado jefe de la policía, Ramón Camps.

En la misma jornada se produjeron allanamientos en nuestra ciudad y Arrecifes, secuestrándose gran cantidad de armas y la detención de varias personas entre ellos un Comisario. Los procedimientos continuaron en Isidro Casanova y Merlo (Gran Bs.AS.). La banda desarticulada producía atentados con bombas con la intención de desestabilizar al gobierno de Raúl Alfonsin.

 

El 20 de julio de 1994, Juan Rossi fue detenido en el Chaco, sospechado de una supuesta participación en el atentado a la AMIA. Sus viajes a “Tres Fronteras” eran sumamente misteriosos.

El rapto de Graciela Ojeda, esposa de Dante Gullo, en agosto de l976, en el corazón del barrio Rivadavia es otro mojón a tener en cuenta. Una banda integrada por doce personas ingresó a la ciudad y se llevó a Puente 12 a la mujer con total impunidad. Los colonenses se enteraron del operativo cuando publicamos una nota en otro medio periodístico.

La mujer, luego de semanas de torturas fue liberada y pudo regresar. En aquel entonces había “colectivitos” que recorrían el casco urbano. Los familiares que quedaron en Colón en varias ocasiones fueron “molestados” por policías con la intención de amedrentarlos. El mecanismo represor estaba muy bien sincronizado.

 

La historia tenebrosa no termina. El libro de ingreso al Cementerio Municipal de Colón, según el actual Ejecutivo Municipal en contestación al pedido de informes de la Comisión de Derechos Humanos Provincial, describe a tres cadáveres ingresados como NN entre 1976 y 1983. Sin embargo existen, en ese archivo correcciones, borroneos y personas anotadas como NN y con solo su apellido (neonatos).

El número existente de nacidos antes de tiempo es racionalmente imposible y no resiste cualquier estadística de abortos naturales. ¿Qué misterio se esconde atras de ellos?.

Seguramente cuando la Comisión de Estudio , desembarque en la ciudad a investigar en el camposanto se sabrá la verdad, las identidades de los NN y cuantos de- saparecidos del Proceso Militar fueron enterrados en el Cementerio local.

En este contexto, una fuente dijo  que un osario municipal (de los dos que había) sin completar fue “mandado” a tapar en ese periodo. ¿Quién dio la orden? y ¿Porqué intentaron disimularlo?.

 

Muerte al Pastor

 

Las sospechas indican que el sistema represivo parece haber sido “guiado” por Manuel Fernando Saint Aman, jefe del área 132, el cual incluye nuestra ciudad. Este militar habría estado en Colón donde su visión personal sobre que el obispo Ponce de León “era zurdo y cobijaba a los zurdos” pudo haber caído en tierra fértil. ¿Quiénes eran sus principales contactos?.

 

Ponce de León

 

El fiscal Juan Murray está investigando el asesinato del obispo de nuestra diócesis Carlos Ponce de León

La historia indica que el clérigo asesinado participó del Concilio Vaticano II, en Roma, y se tomó en serio sus conclusiones acerca de la necesidad de reformar la institución .

En Colón tenía religiosos que pensaban lo mismo y habrían sido perseguidos en esa época, hasta obligarlos a renunciar.

Seguramente la aclaración de esta injusta muerte traerá a luz la verdad sobre como funcionaba el sistema represivo en nuestra región y sus cómplices civiles.

El obispo asumió en la diócesis de San Nicolás el 18 de junio de l966 y el 19 de agosto de ese mismo año visitó nuestra ciudad, explayándose con las religiosas y religiosos sobre las ideas de estar con los más pobres . Esto no habría pasado desapercibo para la “derecha” colonense y seguramente para los “fascitas” de otras ciudades de la región donde llevaba el mismo mensaje.

 

El hecho

 

El 11 de julio de l977, era asesinado en Ramallo el obispo Ponce de León y todavía no se sabe quienes fueron los responsables ideológicos de esa muerte.

Sin embargo para entender el proceso que lo llevo a su muerte se debe observar cuando los represores comienzan a “asomar” su cabeza. En este contexto existe una fecha clave: El 29 de agosto de 1966 el general Juan Carlos Ongania derrocaba al gobierno de Arturo Illia.

La dictadura de Onganía sería una mezcla de «incienzo, espada, picana y dólares», como la definió el historiador Alberto Lapolla.

En tanto, Carlos del Frade en uno de sus libros dice: “El coronel Juan Francisco Guevara, que perteneció a la plana mayor del general Eduardo Lonardi, fue el mascaron de proa de un proyecto político cultural que Rogelio García Lupo definió como ‘una sociedad secreta’ que vinculaba a los empresarios católicos más poderosos, los militares y la jerarquía, a usanza de las experiencias de la derecha francesa.

 

La pregunta es ¿ Quienes eran los miembros de esta sociedad secreta en las ciudades de nuestra región?.

La investigación de la muerte de Ponce de León y sus “instigadores” puede mostrarnos a los responsables ideológicos “encubiertos” recordando que son delitos que no prescribirán.

Por otro lado, Carlos del Frade indica que Ponce de León inició «la escuela diocesana de Servicio Social que funciona con número cada vez mayor de alumnos, preparando asistentes sociales con una sólida formación de caridad cristiana» y aplicó el llamado «plan pastoral diocesano» que «ha tenido una marcada insistencia en la religiosidad popular».

 

¿A quién molestó la forma de pensar del Obispo Ponce de León en ciudades como la nuestra?

Cabe recordar que para la atención de las clases más necesitadas, el prelado procuró la presencia de sacerdotes en las villas de emergencia, quienes acompañados por religiosas y laicos, llevaban a cabo una tarea pastoral especializada’, señala la biografía oficial que entrega el obispado de San Nicolás.

Según el sacerdote José Karaman, Ponce de León se dedicó a poner en marcha las conclusiones del Concilio Vaticano II y «empezó movilizando a los curas. Ese conglomerado de curas de distintas edades, distintas procedencias, disímiles formaciones. Era una Babel clerical. Y la movilización fue la para la organización interna de acuerdo a lo que el Concilio pedía: delegados de zona, delegados de distintas áreas, secretarios, apuntando a un gran encuentro del pueblo de Dios», cuenta en su jugoso ensayo «Mini historia diocesana de San Nicolás».

En setiembre de 1966 se hizo el primer encuentro del pueblo de Dios, toda una semana en Pilar. Para Karaman se trató del acto fundacional de la pastoral diocesana.

 

Hechos salientes

 

El 27 de octubre de 1968, Ponce ordenó como sacerdote de la Catedral de San Nicolás, al cura Galli, peronista, obrero de SOMISA y villero, habitante de Villa Pulmón, allí donde muchos años después se levantaría el templo que venera la imagen de la Virgen María del Rosario.

A fines de 1969, tiene lugar el llamado Segundo Encuentro del Pueblo de Dios en Pergamino.

Ya existía un muy fuerte grupo juvenil que trabajaba en la zona de villas y se ratificó, entonces, el compromiso con los más pobres.

El 27 de agosto, sacerdotes del movimiento de San Nicolás, se oponen a la construcción de una capilla por SOMISA. En 1972, Ponce de León lanzó la Pastoral de Cuaresma y se ordenaron los primeros siete sacerdotes de su seminario: José Pepe Aramburu, Abel Gaspar, Rogelio Váz quez, Horacio Lombardo, José Luis Spo- saro, Raúl Acosta y José María Regueiro.