(Por Victor Calvigioni) En setiembre de 2003, Néstor Fica, fue acusado por 14 casos de violación. Los hechos ocurrieron cuando era estudiante en Rosario. Lo atraparon cuando se había recibido de médico.
El galeno es oriundo de Pergamino e hijo de acomodada familia.
La pena que la Justicia de alzada otorgó 20 años de reclusión para el hombre que al ser detenido por casualidad, terminó confesando ser el violador serial.
Los magistrados resolvieron confirmar la condena aunque redujeron la pena de 20 años de reclusión a 20 de prisión.
En el sistema de reclusión, según las fuentes, dos días de cárcel se computan como uno.
La condena
La Sala I de la Cámara Penal, Ernesto Pangia, Alberto Bernardini, Eduardo Sorrentino, y sus pares de la Sala III Otto Crippa García y Ernesto Navarro habían mantenido una audiencia de reconocimiento personal con el médico de 31 años alojado en la alcaidía de la ex Jefatura de Policía, de San Lorenzo al 1900.
La charla se extendió por más de una hora. En ella Fica debió responder sobre sus condiciones de detención y contó que ejercía su profesión en prisión, donde atendía a sus compañeros enfermos pese a que su condición profesional, según dijo, le impone distancia con los otros detenidos.
El fallo donde Fica resultó condenado en primera instancia a 20 años de reclusión por hechos de robo a mano armada, hurto calificado y violaciones estaba a consideración de los camaristas desde marzo de 2002. El expediente fue revisado por un tribunal integrado a pedido del representante legal de Fica, el defensor general de Cámaras Carlos Giandoménico.
El médico
Fica, un médico oriundo de Pergamino que recibió el diploma dos días antes de ser apresado, confesó haber protagonizado unos 14 ataques que tenían como víctimas a jóvenes estudiantes que generalmente vivían o se encontraban solas. En casi todos los casos el atacante ingresaba con alguna excusa a sus departamentos, amenazaba a las víctimas con un arma y las sometía cubriéndose la cabeza con una remera.
La seguidilla de ataques en viviendas del macrocentro rosarino dio origen al mote de «violador del centro» para designar al responsable de esas agresiones. Por todos esos hechos la policía detuvo primero a Leandro Martín Riboldi Ursini, un estudiante que guarda con Fica cierto parecido físico y que llegó a ser condenado a 7 años de cárcel por dos episodios.
A 16 días de recibir esa condena, un incidente fortuito llevó a Fica a ser demorado en una comisaría, al frustrarse un ataque en un departamento del séptimo piso de Córdoba 3030 donde se encontraba una pareja, a las 6.30 del 8 de noviembre de 1999.
Mi gran culpa
Una vez en la seccional 2ª, Fica se quebró: «Tengo un gran sentimiento de culpa porque están presas personas inocentes», dijo en presencia de una fiscal y una defensora oficial antes de desgranar una larga descripción de los 14 hechos en los que se autoincriminó. Su admisión permitió que, luego de pasar 14 meses detenido por error, Riboldi fuera liberado.
La condena para Fica llegó en febrero de 2002 y fue apelada. La defensa objetó que no existiera ninguna prueba contundente como un análisis de ADN o una huella digital para inculparlo, más allá de la confesión que prestó «luego de pasar 48 horas sin dormir porque había asistido a un casamiento fuera de Rosario», dijo una fuente cercana a la defensa de Fica.
Los representantes de Fica remarcaron las diferencias entre la fisonomía descripta por las denunciantes y el aspecto de Fica, quien «impresiona más bien como una persona débil y no tiene contextura robusta», como describieron las víctimas del violador.
Sin embargo, las fuentes revelaron que el juez Casas no sólo se basó en la confesión de Fica para condenarlo sino que hizo concordar una serie de elementos probatorios que terminaron acreditando su participación en unos 14 hechos. «Hubo un reconocimiento terminante en el que la víctima se puso a llorar al verlo», señalaron. Fica
El médico fue liberado al cumplir dos tercios de la pena (13 años y 3 meses).