(Por Manuel Tejo, de Agencia DIB )El escuerzo común (Ceratophrys ornata) es un animal de aspecto y hábitos llamativos. Verde, brilloso y de gran tamaño en relación a otros anfibios de la región, suele pasar buena parte del tiempo bajo tierra. Históricamente habitó en los pastizales nativos de la pampa argentina y sectores costeros de Uruguay y del sur de Brasil. Sin embargo, hoy sus poblaciones se encuentran reducidas y encontrarlo no es una tarea fácil.
“En la actualidad nosotras reconocemos dos lugares de la región pampeana en donde existen poblaciones que todavía se están reproduciendo, que lo hacen casi todos los años y que, entendemos, son las mejor conservadas del país”, le contó a DIB la bióloga Gabriela Agostini, impulsora del proyecto de conservación del escuerzo “Gigante de las Pampas”. Y detalló: “Uno de los lugares se encuentra en el oeste de la provincia de Buenos Aires, en esa esquina que linda con las provincias de Córdoba y La Pampa; y otro en el norte de la Costa Atlántica bonaerense, en el sector de los partidos de La Costa y General Lavalle”.
Agostini estudia anfibios hace más de 20 años. Es doctora en Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), investigadora del Conicet e integrante del Instituto de Ecología, Genética y Evolución de la Universidad de Buenos Aires (UBA). En este marco, dirige la iniciativa Conservación de Anfibios en Argentina (Coana), en la que se enmarca el proyecto “Gigante de las Pampas” que lidera junto a su colega Camila Deutsch.
El escuerzo es un animal llamativo por su tamaño. Una hembra puede medir hasta 14 centímetros y pesar unos 400 gramos, mientras que un macho alcanza los 11 centímetros y los 200 gramos. Cuando Agostini y su grupo comenzaron a investigar la información disponible sobre el tema era escasa. Entre otras cosas, no había datos sobre la actual distribución de la especie.
Al advertir esta situación, el grupo de investigación decidió realizar un mapeo de las zonas de distribución histórica y actual. “Hoy nosotras ya estamos bastante convencidas de que no existen más poblaciones en Uruguay y en Brasil. En Uruguay el último registro tiene 42 años y en Brasil unos 30”, señala la investigadora. Y sentencia: “Creemos que las poblaciones del escuerzo son únicamente argentinas”.
El principal problema que afronta la especie tiene que ver con la pérdida de los pastizales nativos en los que suele habitar, como consecuencia del reemplazo por pasturas y cultivos. En tanto, también tienen fuertes impactos los cambios impulsados por la actividad humana en los humedales donde los escuerzos (y los anfibios en general) se reproducen.
Mala fama o fanatismo
En el cuento “El escuerzo” del escritor Leopoldo Lugones, publicado en 1906, una anciana relata que uno de estos animales vuelve de la muerte para vengarse del hombre que lo mató a hachazos. “El escuerzo no perdona jamás al que lo ofende”, dice el personaje.
Agostini le explicó a esta agencia que una de las amenazas que afronta el escuerzo “tiene que ver con el sentir de quienes se encuentran con él”. Desde Coana realizaron hace un tiempo un estudio en el que advirtieron que un gran porcentaje de personas que habían tenido contacto con escuerzos sentían miedo, asco o repulsión por estos animales, y que muchos decidían matarlos.
Asimismo, advirtió que el gran tamaño de esta especie (en comparación con las ranas y los sapos) y sus colores brillantes “pueden referir a un animal venenoso”. “Ante el miedo y el desconocimiento, a veces la gente decide matarlo. Esto es una gran porción de personas, por eso nosotros entendemos que la aversión puede ser un factor más que haga que las ya deterioradas poblaciones estén un poquito peor”, agregó.
En el otro extremo, Agostini contó que hay personas que tienen una gran fascinación por los escuerzos y que esto ha llevado a que exista el mascotismo de la especie. “A veces es quien lo captura el que lo tiene de mascota y otras veces, hemos detectado, que estos ejemplares se ofrecen ilegalmente en redes clandestinas de venta de animales silvestres”, explicó.
Una red de cuidado
El escuerzo es un animal emblema de las pampas en general y de la provincia de Buenos Aires en particular. Por eso, en los entornos rurales de esta región abundan anécdotas e historias que hacen referencia a este animal.
En esa línea, “Gigante de las Pampas” utiliza herramientas de ciencia ciudadana para nutrirse del saber y la ayuda de quienes habitan los territorios. “Tenemos una red de colaboradores y colaboradoras maravillosa que está atenta cada vez que sale al campo, una noche, después de una lluvia, para avisarnos si encuentran escuerzos cantando”, detalló Agostini.
La red se fue tejiendo a partir de la difusión del proyecto de conservación y se transformó en una herramienta fundamental. Las personas que colaboran informan no solo sobre la presencia de los animales, sino que también dan detalles sobre los entornos en los que se encuentran, el momento en que salen a cantar y los tiempos de reproducción, entre otros datos de importancia.
“Una noche nos llegó un registro de un camionero que no sabía nada de escuerzos, pero nos buscó en Google. Nos encontró y nos mandó una foto de un escuerzo hermoso”, ejemplificó Agostini.
A través de este instrumento de colaboración se pudo confirmar la presencia del escuerzo en distintos distritos como General Villegas, Trenque Lauquen, Carlos Tejedor, General Lavalle, Las Flores, Daireaux y Carlos Casares. “Es un volumen impresionante de datos el que nos aportan. Nosotras (que somos siete personas en el equipo) no podríamos generarlo ni en 500 años”, advirtió Agostini sobre la importancia de la red. (DIB)