El día que José de la Sota perdió las elecciones por uno de los propietarios de General Deheza

(Por Victor Calvigioni) Las pequeñas anécdotas hacen a la gran historia. En el año 1987, la fórmula del peronismo cordobés  estaba conformada por  José Manuel de la Sota-Enrique Gastaldi, y  en la capital mediterránea era candidato a intendente Miguel Ballestrino. 

Sin embargo, lo más importante para los años posteriores era que en  tercer lugar  en la lista de candidato a Diputado Nacional se encontraba Domingo Felipe Cavallo. El economista de la Fundación Mediterránea resultó electo. El país en los años  que siguieron  tuvo cambios que todavía en el presente repercuten. El economista tenía su «bunker» electoral en el Hotel Viña de Italia en la calle San Jerónimo. Ya en esa época en la mesa de café de la confitería lo acompañaba un gruesa carpeta con la reforma financiera que años más tarde aplicó, y que comenzo a nacer con toda su fuerza en un chalet del barrio «Las Rosas» en octubre de 1991, cuando desreguló la economía.

El 6 de setiembre de 1987, se realizaron las elecciones. La Unión Cívica Radical con Eduardo Angeloz como candidato a Gobernador  de Córdoba  ganó   con el 49.90 por ciento  de los sufragios. El justicialismo con José Manuel  de la Sota, era derrotado por casi cinco puntos.  En la provincia de Buenos Aires, Juan Manuel Casella,  perdía las elecciones ante Antonio Cafiero.

  En el sur cordobés 

En un próspero pueblo del sur cordobés,  el 12 de diciembre de 1987, asumió la intendencia de General Deheza, Roberto Urquia que representaba a la UCeDe del ingeniero  Alvaro Alsogaray..

En los meses previos jamás  esa localidad había vivido una situación política tan tensa como la que se originó entre el Jefe Comunal, Enrique Gastaldi  y el concejal Roberto Urquia. (familiares directos entre si).

Este periodista fue testigo de aquellos días  donde  se originó una situación política-social muy densa,  con grandes enfrentamientos  y resultados que  finalmente trascendieron las fronteras de esa población.  El clima social era tan “enrarecido”  que obligó al conserje del  Club de General Deheza, más conocido como “El pelado”  a “partir” en dos el salón principal (que quedaba adyacente al cine). En un lado se ubicaba Ballestrini y sus partidarios,  en el opuesto Urquia y sus seguidores.

La localidad contaba  con dos grandes empresas la Aceitera General Deheza y la empresa acopiadora de granos de  Enrique Gastaldi.  Los puestos de trabajo “sobraban”  y se cubrían con  los habitantes de localidades cercanas  como General Cabrera,  Las Perdices –entre otras-

El desarrollo económico del incipiente pueblo cordobés   era espectacular. Se puede decir con seguridad que existía  pobreza cero. Los barrios con modernas casas rodeaban el centro urbano.  El  Club Atlético Acción Juvenil Tiro y Gimnasia de General Deheza, contaba con cancha de tenis, una pileta construida sobre una moderna confitería, canchas de fútbol con tribuna, varias canchas de tenis, y hasta un cancha de fútbol reducido con tribunas. Además había un gran supermercado (cuyo propietario era Urquia), Matadero de Vacunos, un moderno Hotel,  para recibir a visitas ilustres (entre ellos los Alsogaray) y que estaba ubicado en esa época en el medio del campo.

En lo social había  una tasa de delito y de desocupación cero. Un paraíso terrenal, cuya única dificultad para el visitante  era el intenso olor a maní proveniente de la aceitera.

  La guerra política

Pero… de buenas a primeras se  desató una “guerra política”  sin cuartel. La denuncia partió del lado, del Concejal Roberto Urquia. El tema principal giraba sobre el asfalto construido en las calles de la localidad. El edil del partido de la Ucede de Alvaro Alzogaray indicaba que no reunía las condiciones por la que se había licitado.

El Intendente Justicialista, Enrique Gastaldi, respondió duramente los argumentos. Los habitantes del pueblo crearon una gran “grieta”  ideológica y en cada esquina, cada familia o en cada negocio se  discutía el tema.

El salón del Club General Deheza  (dividido por una línea imaginaria en dos) fue un caldo de cultivo en la problemática que  se vivía con grandes discusiones y hasta algún arrebato de pelea. Todo se desarrollaba apasionadamente. Las Sesiones del Concejo Deliberante eran seguidas por una muchedumbre que ya no entraba en la sala de debate. Las autoridades municipales tomaron la decisión de sacar parlantes a la plaza y allí la población se daba cita y en silencio escuchaba  los duros cruces  de oratoria de los concejales.

Se podría contar decenas de anécdotas de esta situación. Sin embargo, lo importante es que el medio de prensa cordobés por excelencia “La Voz del Interior” se hizo eco  de la situación y comenzó a cubrir los debates y las acusaciones.

Los  ciudadanos cordobeses comenzaron a tener noción que estaba enfrentando el ex candidato a vice gobernador  Enrique Gastaldi en su intendencia. La campaña estaba casi en su último tramo y lo que pasaba en ese pueblo del sur cordobés incidió en los resultados electorales. El fallecido José Manuel  de la Sota perdió la elección y Roberto Urquia fue Jefe Comunal con una promisoria carrera política que término en el 2009, como Senador Nacional. En los años posteriores la “grieta” se fue achicando de la mano de la prosperidad económica de la ciudad y sus alrededores. Una pequeña historia que se había pasado por alto.