(Por Victor Calvigioni)La cabeza del colonense Rogelio Gordillo, irónicamente alias el “Pibe Cabeza” se encuentra en el museo de la Morgue Judicial en la Ciudad de Buenos Aires. Los restos depositados en el cementerio local están incompletos.
La cultura necrofílica de algunos argentinos llega a límites increíbles. Los ejemplos emblemáticos a través de la historia afloran. Entre los hechos más escabrosos podemos señalar, el cuerpo sin vida del general Lavalle, llevado en su huida por sus partidarios al norte del país, descarnado y velado en decenas de paradas que en el presente son sitios históricos. Las manos cercenadas de Juan Domingo Perón robadas del panteón familiar de la Chacarita en la Capital Federal. El padre del presidente Nicolás Avellaneda descuartizado por sus enemigos y su cabeza exhibida al pueblo en la punta de una lanza en la Plaza Independencia de San Miguel de Tucumán.
Los colonenses también tenemos un ejemplo y se trata del destino de partes del cuerpo de Rogelio Gordillo, alías “El Pibe Cabeza”.
La cabeza en formol
En este sentido podemos afirmar que su cabeza se encuentra exhibida en un frasco con formol, en el museo de la Morgue Judicial situada en la Ciudad de Buenos Aires. En sus vitrinas se pueden observar éstas y otras piezas recuerdan a delincuentes famosos y resonantes crímenes.
En el Museo se puede observar la cabeza de Gordillo, y no se recomienda la entrada a personas impresionables o menores de 18 años. En los frascos con formol que se exhiben, existen cabezas humanas, fetos de distinto tamaño y diferentes partes del cuerpo humano con alguna particularidad médica o relacionada con formas de homicidio o abuso sexual.
En otro de los museos pertenecientes a la Policía Federal (la fuerza que lo mató en el barrio de Mataderos) existe en una de las vitrinas otros valiosos trofeos. Los visitantes pueden observar las seis medallitas de la Virgen que el asaltante colonense tenía puestas al morir.
Rogelio Gordillo, el célebre Pibe Cabeza, es uno de los personajes más extraños y violentos en la historia de la delincuencia argentina. En los años de la “Década Infame” fue considerado el «enemigo público número 1».
Sin embargo, esa condena parecía más una opinión de la policía y de la prensa. Como se pudo ver al momento de su muerte, entre el pueblo se lo respetaba y hasta se lo quería.
El 9 de febrero una partida de la policía federal integrada por el comisario Héctor Fassio y los agentes Daniel Russo, Carlos Morales y Carlos Antequera rodean al malviviente en el barrio de Mataderos.
El delincuente y sus perseguidores intercambiaron más de 60 disparos. Rogelio Gordillo es herido en el brazo derecho y luego otra bala le perfora el corazón.
El cuerpo cayó hacia atrás y quedó tendido boca arriba y con los ojos abiertos. El amor por una mujer terminó provocándole una “encerrona” policial en la vivienda de la calle Artigas 5549. La hermosa joven que enloqueció a Gordillo se llamaba María Romano, estaba embarazada y pocos meses después dio a luz a una beba.
Las seis medallas
Al momento de su muerte el delincuente colonense llevaba consigo seis pequeñas medallas. Estas imagines tienen una particular historia. Una de los recuerdos según nuestras averiguaciones fue un regalo del carrero rojense Ricardo Gil. Este particular personaje de nuestras pampas vasta-mente conocido y con amigos íntimos en Colón, le dedicó a Rogelio Gordillo los versos denominados el “Errante y el Pibe Cabezas”.
Las medallas fueron confiscadas por la Policía Federal y en el presente pueden ser observadas en el museo de la fuerza policial.
El Pibe Cabeza nació en Colón el 9 de junio de l910. Su padre Segundo Gordillo fue un caudillo socialista que varias veces terminó apaleado en la comisaría de nuestra ciudad. Según su madre, Gregoria Lagarda esto marcó profundamente la vida del Pibe.(Foto Cronos)