Un grupo de biólogos y epidemiólogos se reunieron en la ciudad bonaerense de Bragado para acordar, con nueve municipios de la cuenca del Salado, el uso de bacterias para el tratamiento científico, integral y sistémico del barigüí. Es que el insecto, también conocido como “mosquita negra”, se convirtió en una verdadera plaga a raíz de las inundaciones recientes.
El encuentro fue organizado por el ministerio de Ciencia y Tecnología bonaerense, y contó con los aportes del investigador del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (Cepave) Juan José García, y de la bióloga y epidemióloga de la Dirección Provincial de Epidemiología e Información Sistematizada, Alejandra Rodríguez.
Los participantes propusieron diferentes iniciativas para abordar la problemática en el mediano y el corto plazo. El tema es apremiante: la picadura del baragüí es muy dolorosa y causa reacciones alérgicas y dermatitis en algunas personas.
Del encuentro también participaron representantes de los municipios de Bragado, Junín, Alberti, Mercedes, Chivilcoy, Roque Pérez, General Arenales, General Viamonte y General Belgrano, los más afectados por la plaga del barigüí.
Las acciones llevadas a cabo en esos municipios -uso de repelentes y fumigaciones- no dieron resultado por ahora para combatir al insecto. Por ello, se acordó en la reunión usar bacterias denominadas BTI, aplicadas por medio de un producto biológico de carácter natural formulado para su empleo en ambientes acuáticos, con el propósito de eliminar tanto las larvas del barigüí, como de los mosquitos y jejenes.
Además, los especialistas reunidos en Bragado estudiaron las posibilidades de establecer un convenio de cooperación institucional para el uso de las BTI -siglas de la bacteria Bacillus Thuringiensis-, que es la tecnología más difundida para el control del jején.