Bajo un panorama adverso para los sectores más pobres del país, en la provincia de Buenos Aires los indicadores sociales y económicos lanzan cifras que expresan un recrudecimiento de los efectos de la crisis económica. En ese marco, el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA realizó un informe, a pedido de la Defensoría del Pueblo bonaerense, con números lapidarios sobre la realizad que viven los niños, niñas y adolescentes (NNyA) del conurbano.
El relevamiento confirmó que cuatro de cada diez pequeños se alimentan en comedores comunitarios y que el 14,5% pasó hambre durante 2018. De esta manera, las cifras en el conurbano bonaerense superan a la media nacional que es del 11%.
El informe sostuvo que «la inseguridad alimentaria, junto con la cobertura de alimentación gratuita, experimentó un fuerte incremento en el último periodo interanual (2017-2018), tanto para el total de NNyA a nivel país urbano como en el conurbano bonaerense, alcanzando los valores más elevados de la serie 2010-2018».
Entonces, detalló el aumento exponencial en ese aspecto: en 2010 el 17,4% asistía a comedores, en 2017 ya aumentó a 35,8% y en el tercer trimestre de 2018 se disparó a un 40%.
A su vez, los y las niñas del Gran Buenos Aires «presentan grandes desventajas en materia de seguridad alimentaria frente a sus pares del promedio nacional». De hecho, el 7,8% no consume ningún nutriente esencial (carnes, lácteos, frutas, verduras) en su dieta alimentaria diaria.
En cuanto a la asistencia del Estado en la alimentación, el estudio dio a conocer que “la tasa de cobertura disminuye abruptamente para los niños de edad preescolar y para los adolescentes. Es decir, la ayuda alimentaria en el GBA está fuertemente localizada en el espacio escolar y no en espacios socioresidenciales de villas o asentamientos o en las escuelas más pobres del territorio. El acceso a los alimentos se ve fuertemente vulnerado para los niños y niñas no escolarizados y los adolescentes».
Sobre el sector que vive en hogares que no pueden comprar alimentos, el 44% no recibe ningún tipo de asistencia alimentaria y forman parte del 6,46% del total de niños que viven en el conurbano. “Deja al descubierto que no son suficientes las políticas de ayuda alimentaria directa en el conurbano bonaerense y que las mismas necesitan mayor escala y mejor calibración para llegar a los NNyA más vulnerables», sentenció en informe.
En tanto, el déficit de acceso al agua de red alcanza al 14% de los hogares de la Argentina urbana y al 18% NNyA. Dichos niveles casi se duplican cuando se tratan de los hogares y a los más chicos del conurbano bonaerense (27% y 32%, respectivamente). Este déficit los afecta con mayor fuerza sobre todo a los estratos sociales muy bajos (43,1%) y bajos (38,7%), que viven en condiciones de pobreza (38,9%) e indigencia (40,2%), y en aquellos que residen en villas de emergencia o en asentamientos o barrios informales (50,3%).
La probabilidad de acceder al agua de pozo es mayor en el GBA que en el total país (24,8% contra 11,6%), y también es mayor la propensión a tener que acceder al agua fuera de la vivienda (7,4% contra 4,6%).
“Estos datos nos muestran que existen graves problemas en el conurbano para acceder al agua potable, lo que se agrava al poner la atención en las poblaciones más vulnerables. A la hora de pensar una solución, es necesario proyectar una política de Estado a gran escala y sostenida en el tiempo”, dijo el Defensor del Pueblo bonaerense, Guido Lorenzino. (INFOCIELO)